sábado, 31 de marzo de 2018

LUIS QUIXOTE Y PACO SANCHO VIII

LUIS QUIXOTE Y PACO SANCHO VIII

 
 
 
 
 
 
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-No, no creo que te molesten más Luisillo, que por los ronquidos que llegan hasta aquí se deduce que toda la casa duerme y hasta medio mundo hace lo mismo, que las noches son para soñar y el día para estar bien despierto en las actividades propias del ajetreo de estos tiempos.
-Bien dices fermosa doncella que tiempo hoy para todo hasta para perder la razón que quien no la pierda alguna vez bien puede  pasarse el resto de su vida creyendo razonar, cuando ha ya largo tiempo que le han hurtado toda razón.
La fermosa doncella antes de ayudar a Quixote a regresar a su puesto de guardian de la honradez y la doncellez sacó hasta el cobertizo una tumbona que tenían en el trastero, un poco deteriorada pero aún servible. Una vez le hubo ayudado a sentarse se despidió porque el dormir es el único enemigo a quien nadie resiste y el único amante que siempre alcanza su objetivo amoroso.
Por la mañana Paco Sancho aprovechó la imperiosa necesidad que sentía de descargar su vejiga para echar un vistazo a su amigo a quien encontró a la sombra del cobertizo dormido como un niño sobre la destartalada hamaca. Se le quedó contemplando unos instantes como quien observa conmovido el sueño de un ángel y luego, acuciado por el hambre y por la necesidad de seguir ruta buscó a su amigo Manitas y logró convencerlo de que antes de desayunarse oficiara una breve ceremonia que diera término a la locura de su amigo, locura que no podía durar mucho porque ninguna droga entumece el cerebro para siempre.

Su amigo salió con un banderín del equipo del que toda la familia, incluida la fermosa doncella, era forofo, y al son de su cutre himno, que sonaba en el viejo cassette de la cocina, procedió a armarle caballero. De esta  manera y teniendo a Luis Quixote de rodillas y a Paco Sancho de acólito inició la ceremonia bautizándole mediante el derramamiento de media botella de agua sobre su cabeza al tiempo que con el banderín le golpeaba en los hombros. En el nombre del padre del hijo y de los Quijotes de Chicago. Paco Sancho se derramó el resto de la botella sobre su cabeza empapando la camisa –el calor comenzaba a hacerse notar- y se dispuso a iniciar la nueva jornada. Pero mejor que el agua le sentó el vinillo del desayuno que ayudó a pasar media docena de huevos fritos, dos lonchas de jamón y unas cuantas salchichas que se metió entre pecho y espalda sin que ni el primero ni la segunda se inmutaran en lo más mínimo.
Quixote apenas probó un vaso de leche con cacao y una galleta y eso porque la fermoso doncella insistió hasta la extenuación. Mientras lo hacía no cesaba de intentar convencer a Paco Sancho de la necesidad de internar a su amigo.
-Puedes utilizar la excusa de la anorexia, come como un pajarito.
-Imposible, con el cuelgue que tiene hasta el enano del orinal sabría lo que le sucede a Luisillo.
-¿Y un centro de cura para drogadictos?.
-Encerrarle sería asesinarle. Tu misma has dicho que es como un pajarillo. No saben cuánta razón tienes.
Terminada la colación caballero y escudero arrancan sus motos y se ponen a cabalgar por la llanura manchega a la busca y captura de gloriosos fechos que pongan sus nombres en las portadas de periódicos y revistas aunque estas sean llamadas del corazón no se sabe muy bien si por carecer de este órgano en sus pechos o por utilizar corazones ajenos en nuevo elixir moderno de la eterna felicidad y juventud.
Y así termina este primer episodio de la famosa historia contada por el historiador Paco Montefiel que largo tiempo acapara portadas en el universo mediático donde todo puede suceder hasta que las mentiras se transformen en verdades y  las verdades en mentiras.
Pero no se pierdan ustedes el siguiente capítulo de Luis Quixote y Paco Sancho el gran éxito mediático de los últimos tiempos en el famoso episodio donde por fin Luis Quixote puede hacer delegado del gobierno a su amigo paco Sancho de una ínsula rica y muy jugosa: una exclusiva muy alta por contar sus memorias. No se pierdan cómo Paco Sancho nos narra sus memorias en los siguientes episodios de la historia más famosa jamás contada.
cabalgamos

domingo, 18 de marzo de 2018

TEATRO HUMORÍSTICO I


TEATRO COMPROMETIDO Y DE VANGUARDIA I
                         Autor: César García Cimadevilla





TEATRO COMPROMETIDO, TEATRO DE VANGUARDIA Y EXPERIMENTAL EN EL TEATRO MÁGICO.



LO HEMOS TITULADO: ALGUNAS CONSIDERACIONES SOBRE LA GUERRA PSICOLÓGICA.



SE TRATA DE UNA COMEDIA DRAMÁTICA O DRAMA BUFO EN UN PRÓLOGO Y TRES ACTOS.



EL PRÓLOGO ESTÁ INTERPRETADO POR ALVARITO QUE INTERPRETA EL PAPEL DE SUBCONSCIENTE BUFO O EL BUFÓN SUBCONSCIENTE. YA VEREMOS SI LA REPRESENTACIÓN CONTINUA PUESTO QUE ALVARITO ES EL ÚNICO INTERPRETE AL QUE HEMOS ECHADO EL LAZO. ÉL DICE QUE ESTUDIÓ INTERPRETACIÓN EN EL ACTOR’S STUDIO. HABRÁ QUE CREERLO POR LA CUENTA QUE NOS TRAE.





ESCENARIO:

 MUCHOS FOCOS QUE DAN LUCES DE TODOS LOS COLORES, PERO CUANDO SE ABRE EL TELÓN O SE SUBE (AÚN NO LO SABEMOS) TODO ESTÁ A OSCURAS. LUEGO VEMOS UN ANDAMIAJE METÁLICO QUE RECORRE LA PARTE SUPERIOR DEL ESCENARIO. SOBRE EL ANDAMIAJE UNOS TABLONES, COMO LOS QUE SE ENCUENTRAN EN LAS OBRAS DE LOS ALBAÑILES. 

DE MOMENTO NO NECESITAMOS NADA MÁS. SE OYE POR LOS ALTAVOCES EL PRIMER MOVIMIENTO DE LA NOVENA SINFONÍA DE BEETHOVEN.

CON EL TRANSCURSO DE LA OBRA SE DARÁN CUENTA DE ALGUNOS ADELANTOS TÉCNICOS, TALES COMO UNA GRAN PANTALLA DE VIDEO, PAREDES QUE SUBEN Y BAJAN, MOBILIARIO QUE QUEDA COLGADO CUANDO NO SE NECESITA, ETC



No haré aún el reparto, ni daré cuenta del elenco, puesto que esto es un ensayo y pueden surgir modificaciones sobre la marcha. Al final, si Dios quiere, al recoger los aplausos, saldrán en la pantalla de video todos los personajes del reparto y los agradecimientos.






Y BASTA YA DE PRESENTACIONES. RECUERDEN QUE ESTO ES PURA FICCIÓN Y ESTÁ DEDICADA A LAS VÍCTIMAS DE LA GUERRA PSICOLÓGICA, DEL ACOSO EN EL TRABAJO, DEL ACOSO SEXUAL, DEL ACOSO A LA MUJER, DEL ACOSO A LOS ESTUDIANTES, DEL ACOSO PSICOLÓGICO, MORAL Y DEMENCIAL.

  



                                             PROLOGO



ACOTACIÓN DEL AUTOR



El subconsciente, vestido de payaso, con ropajes de un rojo chillón, permanece dormitando, la cabeza apoyada en la palma de la mano izquierda y las piernas colgando del andamio. De pronto abre los ojos y observa al público. Hace un gesto autoritario con la mano y la música se apaga bruscamente.



-Alvarito-El subconsciente bufón:



¡Vaya, vaya! Veo que ya están ustedes aquí, cómodamente sentados, mascando chicles o ronchando caramelos y esperando reírse un rato conmigo. No en vano el autor anuncia esta obra como un drama bufo. Es decir, que alguien lo pasará mal (no serán ustedes, de eso pueden estar seguros) pero el resto se carcajeará a mandíbula batiente.... Veo que se mueven mucho, buscando la postura ideal, mientras se interrogan unos a otros con la mirada, como preguntándose: ¿Quién será ese payaso?

          Se pone de pie con brusquedad y emprende carrerilla por el pasillo central, a todo lo ancho del escenario. Al regresar al punto de partida, de pie, se dirige de nuevo al público.

                  El subconsciente bufón



No se confíen. Puede que salgan llorando al terminar esta historia, aunque se hayan reído mucho por el camino. Seguro que recuerdan el refrán...cuando las barbas de tu vecino... Seguro que acabarán por echar mano a las partes anatómicas más preciadas de sus cuerpos -cada uno sabrá cuáles son-, por si viene Paco con las rebajas.





El payaso se ha llevado las manos a sus partes pudendas, luego se señala a sí mismo con el índice.

                           El subconsciente bufón:



¿Pero quién soy yo? No se lo van a creer. La mayoría de ustedes tiene muy poca imaginación, prefieren que se lo den todo mascado y digerido... A ver levántense los que posean una viva imaginación y no se lo coman todo en papillita, como los bebés...Ven... Ni uno. ¿O es que son ustedes tímidos?

          Les decía que no me van a creer, porque yo, aquí donde me ven, soy el subconsciente del protagonista. Aún no lo conocen, no saben cómo es su cuerpo (no se pierden nada). Pronto aparecerá sobre el escenario para representar algunas escenas de su vida. Ahora conduce medio dormido, pensando que su subconsciente lo avisará si surge algún imprevisto. ¡Pobre ingenuo!

              -Pero dejémonos de prólogos. La función debe comenzar. ¡Música maestro!



FIN DEL PRÓLOGO.


                                     

sábado, 3 de marzo de 2018

VARIACIONES CLIMÁTICAS I




                 


                     VARIACIONES CLIMÁTICAS

                              I

NOTA: Los hechos y personajes que aparecen en esta serie de relatos son todos absolutamente verídicos. El hecho de que sucedan en el año 2051 de nuestra era no significa nada. El autor confiesa con orgullo, casi soberbia, haber viajado en el tiempo gracias a un artilugio de su invención capaz de viajar en el tiempo como quien lava. Al acabar el viaje escondió el artilugio con tanto esmero que ahora sería incapaz de encontrarlo ni aunque tuviera en su poder los planos y la base de datos que hacía referencia al invento y el lugar donde está oculto, lo que no es posible porque han sido destruidos. Por eso nadie puede rebatir lo que cuenta. Solo viajando a los mismos lugares y en las mismas fechas que se dice aquí se podría saber con absoluta certeza que lo narrado es cierto o tan falso como las monedas de Judas. Solo queda confiar en el autor o esperar a que el futuro se haga presente. Les aconsejo la primera opción. Y ahora permítanme que situe la acción en el formato que está tan de moda actualmente en algunos seriales televisivos. Tomen nota y procuren no cometer los mismos errores que llevaron a la humanidad a tan peligrosa situación.

NOTA A LA NOTA/ Recupero estos textos, que ya tienen unos años, a la vista de la situación actual, presente, mientras la bestia del Este sopla sobre toda Europa, dejando nieve, hielo, agua, viento y lo que se tercie, porque las bestias son muy bestias. Tal vez en algunos aspectos estén desfasados, pero no puedo resistirme a la tentación de recuperar lo perdido y de encontrarme con lo que nos espera. No creo que el apocalipsis descrito en estas variaciones sea demasiado fantasioso o delirante, a juzgar por los hechos. Ustedes juzgarán.






 MADRID-ESPAÑA.- 15 horas, 1 minuto, 30 segundos. Año 2051 de la era cristiana. Domicilio de D. Anselmo García Rodriguez.

Don Anselmo acaba de encender el televisor con la sana intención de enterarse de las noticias en el telediario de sobremesa. De la caja tonta al sofá ha tardado exactamente un minuto. Razón por la cual ha oprimido el botón de su armatoste a las 14,59 horas, exactamente, según marca su viejísimo reloj de pulsera, que aún funciona como un reloj de los buenos.

D. Anselmo respira por la boca, que mantiene abierta, amén de porque no es capaz de hacerlo por la nariz, por el gozo que siente al enterarse de la noticia con la que abre el telediario el canal 44, cuatro-cuatro, de cobertura nacional. El gozo que siente se ha iniciado en los riñones y ha tardado exactamente treinta segundos en llegar a la boca, por cuya comisura brota un hilillo de repugnante baba, que está llegando en este momento al mentón, desde donde caerá, como en cascada, hasta la pechera de una vieja camisa de color indescifrable que hace unos quince días que no se quita ni para dormir. ¿Para qué?, piensa D. Anselmo, con lógica implacable,si nadie me visita.

D. Anselmo es uno de los dos millones de ancianos que según las últimas estadísticas permanecen solos en sus pisos, debido al terror causado por la plaga de la salmonelosis cuarta, que ha matado ya al 50% de los ancianos residentes en asilos públicos y privados. 

Nuestro protagonista huyó en cuanto su compañero de cuarto inundó el retrete. Desde la residencia a su viejo piso, que conservaba cerrado, por si las moscas, tardó exactamente doce horas, treinta minutos y veinte segundos, a pie, por supuesto.

La noticia que a Don Anselmo produce tanto gozo dice escuetamente: "El gobierno español de coalición nacional, mediante decreto-ley por el trámite de urgencia, ha prohibido la circulación de vehículos particulares por todas las carreteras y calles del país. Se fundamenta esta medida en que el petroleo existente en nuestras reservas no serviría ni para  encender la pipa de un indio (suponiendo que aún quede algún indio y que éste fume petróleo). Otra de las razones muy convincentes se basa en el cambio climático, apabullante, que se ha producido en la última década. La contaminación acabará con todos nosotros en un periquete, si no tomamos ya las medidas oportunas. Ha dicho el portavoz del Consejo de ministros.

D. Anselmo ha escupido al suelo un repugnante gargajo. Pensando, con lógica implacable, que morirá antes de que algún asistente social le haga la primera visita. ¿Para qué limpiar, si nadie me visita? En la pantalla de su viejo televisor, anterior a la era digital, las calles de Madrid aparecen tan desiertas de vehículos como un desierto lo estaría de peces, si las inundaciones catastróficas no hicieran impredecible semejante posibilidad. Las calles madrileñas son ahora autopistas para patinetes y bicicletas por donde grupos de jóvenes compiten por amor al arte. Una intrépida reportera entrevista en la Gran Via a un adulto, al que pesan más los años que los quilos. Justo hace un momento se rompió la nariz contra el asfalto. La pregunta quiere saber la gracia que le hace el nuevo decreto-ley del Gobierno.

De pronto se oyen unos pitiditos durante unos treinta segundos, de esos que suelen utilizarse para tapar los insultos, palabras groseras y hasta blasfemias que utilizan gentes sin escrúpulos para expresar sus emociones en momentos puntuales. Cuando terminan los pitiditos la intrépida reportera, intentando congraciarse con su entrevistado, le dice, toda sonrisa, que al menos él tiene la suerte de estar justo al borde de la jubilación.

Solo un año, un mísero año. ¿Pero cree usted que a este ritmo podré llegar? Hoy la nariz, mañana la pierna y pasado la cabeza. Yo no llego vivo a la jubilación, no llego. De nuevo la atrevida reportera intenta una vez más dar en el clavo y le sugiere al entrevistado que tal vez una baja por depresión podría ayudarle a esperar que llegue el feliz momento.

¿Pero usted es...pitido...pitido? ¿No recuerda el último decreto-ley por el trámite de urgencia sobre la Seguridad Social? Si me quedo de baja no cobraré ni el 10%...¿Y si usa la bicicleta en lugar del patinete? Insiste con paciencia asesina. 

Pitidito...pitidito...pitidito...Se interrumpe la comunicación y una bella locutora, con peinado a lo rastahari (está de moda) da paso a otras ciudades, otras opiniones, otros pitidos...

 D. Anselmo enciende un pitillo, da una calada y escupe al suelo un enorme gargajo. A continuación se echa a reír sin dientes a todo trapo. Cuando se le pasa la risa tonta comenta: A j...todos c... ¡Pa lo que salgo yo de casa! A continuación se cuelga del pitillo como de un chupete. Hace unos años un real decreto-ley por...prohibió la producción y el consumo de tabaco. Antes de que entrar en vigor D. Anselmo se hizo con todas las existencias de un despacho de tabaco, cercano a su casa. Se gastó todos sus ahorros y pero calculando a paquete diario aún le sobrarían algunas cajetillas el día de su muerte. El referido decreto-ley también prohibió fumar en el propio domicilio particular, pero D. Anselmo no tiene miedo a la multa. ¡Pa lo que me visitan!

Son las 15,10 horas y en el telediario de la cadena 44 se dan paso a otras noticias igualmente catastróficas. D. Anselmo carraspea y estrella un gargajo enorme, como un meteorito, contra el suelo.