domingo, 24 de junio de 2018

EL CLUB DE LA COMEDIA EN EL TEATRO MÁGICO III

MONÓLOGO DE UN POLÍTICO

POR AMABILIO, UN POLÍTICO GENTIL





NARRADOR/ El club de la comedia, en el teatro mágico, ha permanecido cerrado durante algunos años, oscuro como boca de lobo, criando telarañas, las butacas vacías, el escenario como la cueva del dragón, a la que nadie se asoma por miedo a ser quemado por la santa Inquisición. Lo lógico en estos casos es que hubiera sido okupado por okupas de variada especie y pelaje, incluso okupas cultos que hubieran pintado sus paredes con grafitis y representado el teatro del absurdo, de Ionesco, pongamos por caso, o simplemente por sin techo para refugiarse de la lluvia, quemando sus butacas para calentarse, cazando ratas para alimentarse y durmiendo a pierna suelta porque no hay mejor infusión soporífera que tener la conciencia tranquila y nada que perder, así se caiga el mundo sobre las cabezas de todos.

Curiosamente nada de esto ha ocurrido. Tal vez se trate de simple respeto al gran templo del humor o de aleatoriedad de la suerte que siempre les toca a quienes no se la merecen o puede que se deba a la estancia de Pedro San Juan el apocalíptico, quien buscó refugio de sus perseguidores entre estos abandonados muros, donde se entrenó echando discursos apocalípticos durante un tiempo. En la nueva programación del club de la comedia veremos en diferido alguno de estos discursos, gracias a que el anterior empresario dejó grabando unas cámaras de seguridad o espías, que lo han grabado todo, hasta la nada, algo que ahora es posible gracias a los discos externos.

El nuevo empresario, no vamos a dar nombres ni a decir quién es quién, al menos de momento, ha decidido la reapertura del club de la comida por todo lo alto, a lo grande, buscando una invasión de espectadores que paguen una módica entrada para resucitar el humor, como se dice en los tickets. Su idea no es mala, ya veremos el resultado que da. El primer monologuista del nuevo club de la comedia será Amabilio, un político gentil, quien ha fundado un nuevo partido político y tiene ideas tan revolucionarias sobre la política y la democracia que o se produce la revolución, de una vez por todas, o nos vamos todos al garate, que todo es posible.

En el día y hora señalados, lleno hasta la bandera, la iluminación perfecta, el sonido muy alto, para que lo escuchen hasta los sordos, sale a la palestra o escenario Amabilio, que viste traje gris, sin corbata, deportivas, gafas de sol y pelo peinado con raya en medio. Se mueve sin prisas por el escenario y cuando le da la real gana comienza su monólogo con tal impasibilidad que se diría que no hay espectadores, o no los ve o él es su único espectador.

LA POLÍTICA DE LOS NUEVOS TIEMPOS

Queridos electores, queridos futuros electores, queridos hermanos todos en la nueva democracia, soy plenamente consciente del odio que sentís hacia los políticos, por eso les votáis una y otra vez cada vez que hay elecciones. Sé que os ha dejado de interesar la política y desconfiáis de todo y de todos. Se que si pudierais colgarnos a todos los políticos nos lincharíais sin dudarlo un segundo, pero siempre que alguien se encargara de gestionar el bien común, vuestros intereses, y lo hiciera bien, claro, porque una cosa es predicar y otra dar trigo. Que aquí hay muchas burras que van al trigo y no sé si habrá trigo para todas.

Os preguntaréis cómo se me ocurrió meterme en política y fundar un nuevo partido político. Eso no se le ocurre ni al que asó la manteca, diréis, y con toda razón, porque meterse en política es no parar de recibir coscorrones, de los partidos situados a la izquierda, a la derecha, arriba y abajo, incluso de los miembros de tu propio partido, de los ciudadanos, de los extraterrestres, todo el mundo se apunta a darle un coscorrón al político,y así nos va, que cada vez somos menos, cada vez se va mas gente, se dejan los escaños vacíos, las poltronas criando telarañas, y a este paso habrá que reclutar políticos en las escuelas, reclutándolos con caramelos y mentirijillas ingenuas y candorosas, que los niños se lo creen todo y no ponen pegas a nada.

Con lo bien que estaba yo en mi casita, anónimo y feliz, con mi poltronita en varios consejos de administración de varias empresas, cobrando unos buenos sueldos y sin el menor miedo a las tarjetas black, porque cuando eres honrado no temes a nada ni a nadie. Con lo agradable que es pertenecer a la clase media-alta, más bien alta que media, con tu chalecito en una urbanización de la sierra, con guardias de Securitas Direct protegiendo tu intimidad, con cámaras por todo el perímetro, con alambradas electrificadas, disfrutando de una vida discreta, anónima, donde no falta de nada y no echas nada de menos, con tu familia agradable y anónima, sabiendo que nadie sabe tu nombre ni le interesa saberlo, pudiendo ir en tu coche a donde quieras y si te ponen una multa la pagas y no sales en los medios de comunicación. Y así, de pronto, sin más, das el paso, te lanzas a la política, sabiendo que te van a venir bien dadas de todas partes, incluso puede que se abra la tierra y te trague, que todo es posible cuando uno se mete en política.





Y te pones en el candelero, en el candelabro, en la diana, y todo el mundo juega a los dardos contigo y te conviertes en el chivo expiatorio perfecto, incluso para los hombres del tiempo. Si algo va mal, tú tienes la culpa, si hay un terremoto es porque pisaste de mala manera, si la economía se hunde es porque tú pesas mucho y no podías ir en el barco, con todos. No hay derecho, el político recibe todos los guantazos, de todo el mundo, en todas partes, y a cambio qué. Eso digo yo, qué de qué. Porque no es por el sueldo, ganamos más en la privada, no es por la fama, porque seríamos más famosos participando en los reality shows. No es por el erotismo del poder, un orgasmo cada vez que te sientas en la poltrona y los tentáculos del poder te masajean las partes, porque todo el mundo sabe que los jefes no se enteran de nada, puede faltar dinero de la caja, que ellos no se enteran, eso es competencia del tesorero, puede haber alcaldes corruptos, subordinados que lo mangonean todo y producen terremotos en la economía sumergida, que uno no se entera de nada porque nadie le dice nada. ¿Tendrá la culpa el político que sentado tan ricamente en su poltrona intenta gestionar la rex pública, que no la república, porque si tienes una monarquía confórmate y no busques las cosquillas a nadie, el bien común, los dineros de todos, el futuro de todos y cada uno de los ciudadanos y lo hace lo mejor posible, con una honradez a prueba de bomba, si no se entera de nada porque nadie le dice nada? ¿Acaso no son culpables ellos, los que están por debajo y tienen que rendir cuentas que nunca rinden y tienen que decir cosas que nunca dicen y tienen que hacer cosas que nunca hacen y no tienen que hacer cosas que hacen y rehacen? Ellos, ellos, son los culpables de todo. No voy a estar yo levantándome de la poltrona cada dos por tres para vigilar el trabajo que hacen otros, bastante tengo con el mío. Y si mienten pues que les pongan el polígrafo, y si echan mano a la caja común, pues que les hagan auditorías externas y que encuentren hasta el último céntimo extraviado. Que uno no puede estar en todo, bastante tiene con lo suyo.

¿Se dan cuenta? Con lo ricamente que estaba siendo yo un anónimo, un privado, y ahora quiero meterme a político para gestionar la rex pública y que te den por todos los costados. ¿Qué saco yo de esto? Solo dolores de cabeza, broncas con la señora, no ver a los hijos, padecer insomnio, jaquecas, migrañas, tener que soportar que te llamen de todo. ¿Qué se me ha perdido a mí en esta selva? Porque no solo pierdo comparado con lo que tenía, sino que encima tengo que soportar a ciudadanos analfabetos que te dicen lo que quieren y encima les tienes que dar la razón y acariciarles el cráneo para que te voten en las próximas elecciones. Que ser político es como depender de las inclemencias del tiempo, que quiere llover hoy, aunque no toque, pues paraguas y a aguantarse. Que quiere nevar en pleno verano, pues nos vamos a esquiar. Que el campo y los árboles tienen sed, pues me voy con la manguera de mi jardín y riego donde haga falta. ¿Y te lo agradecen? ¡Que te van a agradecer! Te quitan los votos cuando quieren, te dicen que lo has hecho mal porque tus subordinados han actuado como topos cegatos para lo que no sea su interés monetario personal, y cargas tú con la culpa de todo el mundo.

¿Y para eso quiero ser yo político? Pues no, para eso no. Porque como ciudadano estoy harto de soportar tanta mentira, tanta manipulación, tanta desvergüenza, tanta tomadura de pelo, tanto caradura, tantas promesas incumplidas, tantas caritas de niños buenos que en su vida no han roto un plato y luego te enteras que jugaban al tiro al plato en su jardín. Y es por eso que quiero regenerar la política fundando un nuevo partido político, porque miren que lo intenté en todos los existentes y allí no te puedes mover, todo el día firme, saludando al jefe de turno, diciendo sí "guana" a todo lo que diga, aunque sea una estupidez de elefante elevado al cuadrado. Allí solo progresabas a puñaladas traperas y a mí no me gusta eso. Nada de puñales, al pan, pan, y al vino, vino, y con tiento, no sea que te pases de lo permitido y te hagan un control de alcoholemia.

Yo estoy aquí, queridos ciudadanos, porque he venido. He venido para deciros que la edad de la mentira se ha terminado. Que nadie os diga que la democracia no puede ser mejorada, es lo que hay y no hay más, porque todo puede ser mejorado, incluso a la perfección le salen arrugas con el tiempo y siempre puede ser reconstruida con un buen lifting facial. Que no os engañen diciéndoos que en el arcoiris no caben más partidos, porque los colores pueden mezclarse hasta el infinito y siempre puedes estar un paso más a la izquierda o a la derecha, o subirte a una silla que te permita estar un centímetro por encima de cualquiera. He venido, porque aunque no pueda decirlo y vosotros no podéis oírlo, ni mucho menos transmitirlo, he venido a terminar con los partidos políticos. Sí, porque las siglas son enormes paraguas bajo los que se refugian todos cuando llueve, lo mismo da que sean corruptos que honrados, calvos que con peluquines, más listos que el hambre que más tontos que el que asó la manteca. Un partido político, unas siglas, no pueden amparar a todo el mundo sin antes haber pasado por el arco de los metales, para ver si lleva metralla en el cuerpo. Ya está bien de amparar a los corruptos y mentirosos y manipuladores y canallitas de tres al cuarto, que no paguen justos por pecadores, que los pecadores vayan al infierno y que los justos soporten sin inmutarse las pruebas del Santo Job. Porque a cada uno lo suyo, cada uno en su casa y Dios en la de todos. Que cuando lleguen las elecciones cada uno pague por lo que ha hecho y que no se pueda meter en una lista al corrupto y quede amparado por el paraguas de la sigla, así llueve o truene. Y que cada cual responda en persona, personalmente, de lo que hace o deje de hacer y no buscarse la típica disculpa de que por muchos carneros lanudos negros que haya en el rebaño, el rebaño es blanco e impoluto porque hay más ovejas que carneros. Que no, que os digo que no, que si hay un carnero negro que lo vea todo el mundo y que lo voten, si tienen redaños, y que luego no se quejen. Pero no se puede seguir amparando a las ovejas negras o carneros bajo las siglas de los buenos, porque por mucho carnero que haya en nuestras filas nosotros somos los mejores y nadie como nosotros. Pues no, la ética más elemental dice que no se puede amparar a nadie que sea un carnero, por Dios, faltaría más, que embistan los carneros de nuestro rebaño que nosotros no somos culpables, no somos conscientes. Y una mierda... Perdón, perdón, perdón. que estoy perdiendo el control y alguien que no se controle no puede ser político, porque en sus manos estarán todos los huevos y si tiembla, por miedo y por rabia, o por lo que sea, los huevos van a ir al suelo y se va a organizar la gran tortilla.





Yo soy el futuro, ñoras, ñores, si no me quieren votar, que no me voten, pero luego no se quejen. Puedo prometer y prometo que la democracia será mejorada y las listas cerradas serán clausuradas y cada cual responderá de sus actos, buenos o malos y será juzgado y absuelto o condenado. Puedo prometer y prometo que devolveré la ética a la política, aunque para ello tenga barrer todos los días a fondo, mi casa, la calle, los parques, los edificios públicos, lo que sea. Me haré basurero por vosotros, pasaré hambre por vosotros, si vosotros no tenéis pan yo tampoco, si vosotros no tenéis techo, pues yo tampoco. Acogeré en mis brazos, quiero decir, en nuestras fronteras a todo el que quiera llegar, porque todos somos hermanos y las fronteras son artificiales y el que pase hambre en su tierra tiene todo el derecho del mundo a buscar pan en tierra extraña. Y nada de que si dejamos entrar a todos aquí no vamos a caber, porque a la meta se llega paso tras paso, y si nosotros no damos el primero paso nadie lo dará. Convenceremos al mundo de que hay que instaurar un nuevo orden mundial, de que las fronteras son artificiales y de que la mejor manera de que no vengan a tu casa, a llamar a la puerta, y pedirte un mendrugo de pan es llevarles a las suyas lo que necesiten. Si quieren industria, pues les financiamos la industria, si quieren una buena agricultura,pues aquí estamos nosotros para echarles una mano. Porque en eso se nota que somos hermanos en que todos nos damos la mano, por encima de fronteras artificiales, no importa el color de la piel, ni que seamos más bajos o más altos, más cabezudos o más pepinudos, que la naturaleza nos hizo como nos hizo por algo y todos salimos del mismo barro. No seamos timoratos, que si esto, que si aquello, que si lo demás allá, que si otros países construyen muros les va a ir mejor, que si crean ejércitos de policía seguro que controlan hasta una hormiga que pase la frontera. Que no, leñe, que los muros no son la solución, que los muros se pueden saltar, o se puede excavar por debajo, o se pueden tirar a patadas o acaban cayendo por la erosión del tiempo. Todos somos hermanos, la humanidad es global y no está partida en rodajitas como el salchichón. Propongo el comienzo de la fraternidad universal, que todo país que construya muros quede aislado dentro de ellos, que quienes se hinchen a marcar fronteras queden marcados de colorines, para que todos sepan que no se puede luchar contra la naturaleza y si el arcoiris está formado de todos los colores aquí no pueden venir cuatro listos a decir que la naturaleza es blanca o negra o todo lo contrario.

Ñoras, ñores, ciudadanas, ciudadanos, ciudadanitos, ha llegado el momento de cambiar la política, no podemos seguir sentados, viendo cómo todo el mundo hace lo que le da la gana, en su propio interés, porque no se puede hacer otra cosa. Este es el nuevo partido político que os presento y al que os pido que votéis. No tiene nombre porque no quiero siglas como paraguas, no tiene presidente porque aún no se ha votado, pero os pido que me votéis como vuestro presidente, y sino allá vosotros, ya me llamaréis cuando me necesitéis, y entonces os haré una pedorreta. Al final va a resultar que la democracia no puede vivir sin el voto, pero yo os digo, fijaos bien, que día vendrá que tontos nos hará, y cada votante deberá responder de su voto y si vota mal no podrá quejarse y si vota bien podrá exigir y si no quiere votar que no vote, tonto el que no bote, repito, tonto el que no bote. Y aquí cada cual tendrá que asumir la responsabilidad y la consecuencias de sus actos. El voto seguirá siendo secreto, pero cuando un votante se queje, un chip, que se le ha incrustado en el dedo, al tocar el voto, se encenderá y sabremos si ha votado a quien no debería votar y entonces no se le hará caso, o si ha votado al que ha hecho promesas podrá exigir que las cumpla. No estoy preconizando el regreso del Gran Hermano, pero leñe, ya está bien de tirar la piedra y esconder la mano. Que los que voten a los corruptos no se quejen luego de que les mangan el dinero y quienes voten a los que prometen que luego exijan su cumplimiento, que aquí los cheques en blanco se han acabado, o se cumple lo que se promete o patada en el culo y si no puedes cumplir, no prometas. Y...


Ejem ejem ejem. Que me estoy quedando ronco. Pues nada, ciudadanas y ciudadanos, podéis pasar ahora por las mesas que hay a cada lado del escenario y dais vuestro nombre y apellidos, os registráis en el nuevo partido, dais una pequeña donación y prometéis votarme. Que luego ya veremos lo que se hará. Que hay cosas que no las cambia ni un terremoto. Lo que yo sí os digo y os prometo es que nunca os voy a mentir, si digo que como en este partido alguien meta la mano se tendrá que ir, se irá, y si no me entero, pues me voy yo y santas pascuas. ¡Con lo feliz que estaba donde estaba! Que solo lo hago por vosotros, porque os quiero. Si es que soy un santo, un santo.

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