miércoles, 11 de junio de 2025

UN DÍA EN LA VIDA DE UNA FAMILIA VANTIANA XXXI

 


-Queridos holovidentes. Están viendo en sus pantallas lo que sucede. Les voy a dejar que disfruten, pero antes es necesario que les ponga en antecedentes de algunos detalles importantes, sin los cuales se sentirán un poco perdidos. Hemos conseguido que el bueno de “H” nos haya fabricado algunos artilugios importantes, sin los cuales no podríamos enterarnos de lo que les va a suceder a Alirina y a Rosindra. En los cascos virtuales de ambas se ha instalado un diminuto transmisor que nos permite recibir imágenes del Omostron. Es la primera vez que sucede. Solo los que viajan a este mundo fantástico pueden ver, oír, oler, tocar y sentir lo que allí ocurre. Cada uno elige un cuerpo virtual, que puede ser el mismo que poseen en el mundo real, mejorado o no, o muy diferente. Algunos eligen incluso cuerpos muy diferentes, de distinto sexo, con todos los detalles que han seleccionado en una especie de vestuario que hay a la entrada. Os preguntaréis cómo conozco esto, y haréis muy bien, porque es cierto que yo lo mismo que Alirina, que todos los miembros del equipo, los tertulianos y en general todos los que nos negamos a participar en esta farsa, no sabemos nada del Omostrón. La respuesta a vuestra pregunta es sencilla, le pedimos a “H” que nos diera una breve sinopsis de lo que nos espera en este mundo virtual, y lo ha hecho con la precisión que le caracteriza.

“Estáis viendo cómo Alirina y Rosindra han decidido quedarse con sus cuerpos reales y su vestimenta. En la preparación del programa lo hablamos y estuvimos de acuerdo que, para vosotros, los holovidentes, es mucho mejor, de esta forma no habrá confusiones. En sus cascos hay otro diminuto artilugio que es una cámara especial para que podáis ver lo que ellas miran. En los habitantes del Omostron todo funciona, más o menos como en la vida real, es decir, ellos perciben con sus sentidos virtuales algo parecido a lo que percibiríamos nosotros en el mundo real. Nadie les sigue con una cámara para que los espectadores se hagan una idea de su entorno. No es necesario, puesto que lo que allí sucede no se transmite. Nosotros utilizaremos las cámaras de ambas para hacernos una idea del entorno que están pisando. Eso supone un reto para nuestros técnicos, que seguro lo harán muy bien.

“Nuestros anfitriones no tienen ningún artilugio extraño, van como hacen siempre y se comunicarán entre sí y con nuestras reporteras como lo hacen con el resto de habitantes del Omostron. Vosotros no percibiréis lo que ellas están sintiendo. Las imágenes holovisivas serán las habituales que os llegan a través de vuestros holovisores. No necesito daros más detalles. Os llegarán sonidos, olores, sensaciones táctiles como en la holivisión, ni más ni menos.

“Otro artilugio nos permite hablar con ellas y a ellas con nosotros. De esta forma el programa será interactivo hasta ciertos límites. Podéis sugerir movimientos o que hagan preguntas a otros habitantes del mundo virtual y éstos responderán si quieren. Se ha confeccionado un guion al que nos ceñiremos. Es bastante flexible. Hasta cierto punto, claro. Será inútil pedir que tengan sexo con este o aquel o que hagan esto o aquello. Nuestras intrépidas reporteras son libres para actuar como deseen, si alguna de ellas, o las dos, deciden hacer caso de alguna sugerencia de los holividentes, es cosa suya.

“Nos espera toda una noche de sorpresas y aventuras. Si alguno de vosotros, tras terminar el programa, decide apuntarse al Omostron, es cosa vuestra, ya sois mayorcitos. Yo y el programa os sugerimos que no lo hagáis y confiamos en que el desarrollo de la noche os convencerá de que es mejor, mucho mejor el mundo real que el virtual. Si en algún momento en el desarrollo del programa es preciso daros más detalles, para eso tenemos los subtítulos. Y con esto me despido, de momento, y dejo la palabra a Alirina, cuya voz, lo mismo que las otras, os llegará con una pequeña distorsión. “H” nos ha dicho que estos artilugios son nuevos y están a prueba. Con su humor habitual nos ha comunicado que él lo puede casi todo, pero no todo. No es dios, utilizando la palabra que se usaba en las leyendas omeguianas para nombrar a las entidades que eran capaces de todo, omniscientes, todopoderosas, impresionantes. Si el programa se repite, cosa que dudo, “H” nos ha prometido más artilugios y más perfectos… Bien Alirina, puedes comenzar la narración cuando quieras y salvo que sea precisa alguna intervención por nuestra parte, nos quedaremos en silencio. Que todo vaya bien.

-Gracias, Arminido, estás de un amable que no te reconozco y tan serio que espero no te hayan cambiado. Me gustas como eres. Y si no me interrumpes es que ya no te conozco, querido amigo. Bien. Como habéis visto, queridos holovidentes, En lo que llamaremos vestuarios, a falta de otra palabra mejor, habéis comprobado que cada visitante del Omostron elige el cuerpo y las ropas que desea. Tanto Rosindra como yo hemos preferido seguir como estamos. Y también nuestros amables y pacientes anfitriones, para que vosotros no sufráis confusiones. Vamos a ir en grupo, sin perjuicio de que alguno de nosotros se separe, de forma provisional, o definitiva, allá cada cual. Voy a ceder la palabra a Rosindra, para que os salude y comente lo que quiera. ¿Cómo lo llevas, querida amiga? ¿Te está sorprendiendo este mundo virtual o es lo que esperabas?

-Gracias, Alirina. Debo confesarte que tengo mucho miedo y que jamás me hubiera atrevido a iniciar esta aventura sin tu compañía. Tengo plena confianza en ti y en tu intrepidez, no en vano Arminido te llama la intrépida reportera. Por cierto que estoy de acuerdo contigo en que está desconocido, más serio, más respetuoso, muy cambiado. No quiero tomarle el pelo, porque él no nos puede responder, pero yo juraría que tiene aún más miedo que nosotras. Contestando a tu pregunta, diré que hasta ahora no me he sorprendido mucho. Claro que acabamos de empezar. Los vestuarios son muy técnicos, nada especial. Ahora estamos siguiendo a nuestros anfitriones que conocen este mundo y nos mostrarán cómo es a grandes rasgos. Me dicen desde el control que me sitúe frente a ti para que la cámara pueda reflejarte mejor. Por lo visto hasta ahora nuestras cámaras han danzado conforme nosotras mirábamos en una dirección o en otra. Luego lo harás tú. Se me ocurre que para la próxima vez, si es que la hay, pidáis a “H” una especie de diminuto dron con una cámara panorámica, para que nos siga y los holovidentes puedan hacerse una idea más amplia de este mundo.

lunes, 2 de junio de 2025

UN DÍA EN LA VIDA DE UNA FAMILIA VANTIANA XXX

 


-Hola, hola, Arminido. Aquí tu intrépida reportera, Alirina. Te aviso de que ya estamos preparados. Nuestros anfitriones no han querido cenar y me han convencido de que yo tampoco lo haga, porque es mejor entrar en el Omostron con el estómago vacío. Puedes dejar que el grupo musical nos deleite y cuando termine nos das paso, si te parece. Imagino que tienes preparados subtítulos para que nuestros holovidentes sigan la música con aprovechamiento.

-Así es, Alirina. Vamos a disfrutar todos de esta bella música y luego dejaremos  que inicies tu aventura en el Omostron. Utilizaré los subtítulos como narrador. para que el sonido de mis palabras no se entremezcle con la música.

Barra de subtítulos

El grupo se llama Viejas tradiciones de Omega. Está dirigido por Almonada y compuesto por un par de docenas de músicos con instrumentos tradicionales que enfocaremos cuando intervengan, haciendo una breve descripción de ellos. Media docena de bailarines nos deleitarán con coreografías ancestrales. Se han documentado en los archivos de “H” a los que todo el mundo que lo desee tiene acceso. Advertimos a los holovidentes de que se está preparando un programa especial sobre evolución en la música en Omega hasta la llegada de nuestra Inteligencia Artificial que la ha acaparado toda, unos dicen que esto ha mejorado nuestra música, despreciando la tradicional, y otros, nosotros, estamos convencidos de que la música omeguiana es mucho mejor. Sin despreciar la música de “H”, es otra cosa.

El recital ha comenzado ya con una canción tradicional de siembra. La están escuchando. Es alegre, divertida, picaresca. Aunque muchos de ustedes no lo sepan, en otros tiempos en Omega la siembra era un periodo muy alegre, porque se confiaba en poder alimentarse de las plantas que crecerían con el tiempo. De ello dependía su subsistencia. La buena cosecha dependía de tantos acontecimientos favorables que era un milagro cuando llegaba el momento de recoger el fruto y todo había concluido como se esperaba. Dependían del clima y sus avatares, de que los animales que se alimentaban de ellos no los esquilmaran, de que las tribus enemigas no lo quemaran todo como una estrategia de guerra.

Ha comenzado la segunda canción del recital, un canto de cosecha. Aún más alegre que el canto de siembra, más divertido, más picaresco. Todos bebían y bailaban, celebrando el gran acontecimiento. Los hombres jóvenes buscaban a las chicas jóvenes, los adultos aplaudían la danza, confiando que a lo largo del año el cortejo creara nuevas parejas, nuevas familias, nuevos infantes que con el tiempo colaboraran a la subsistencia de toda la aldea, de todo el territorio tribal. Ahora solo hay que dar una comanda al monolito de tele trasportación y esperar unos segundos a que los platos lleguen a la mesa. Hemos perdido la alegría de sembrar y cosechar, de reunirse para comer, beber y danzar porque la cosecha ha sido espléndida y todos van a tener un buen año. Ahora se come casi por obligación, porque el bueno de “H” aún no ha decidido transformar nuestros cuerpos para que no coman, no beban, no excreten, no se muevan de su sillón ergonómico, con el casco virtual en la cabeza, moviéndose las consciencias que lo habitan en universos virtuales donde ocurre de todo y no pasa nada, porque todo es pura fantasía. No sé para qué quieren sus cuerpos los omeguianos y vantianos que se dejan llevar de acá para allá en un mundo falso e inútil.

Para terminar este breve recital, preludio del gran programa que dedicaremos a la música y danza de nuestros ancestros, presenciaremos una danza de cortejo, hilarante, divertida, sensual, extraordinaria. Es preciso informar de que en aquellos tiempos la heterosexualidad, única forma de procrear, era asumida como la única relación posible de pareja. Las otras formas de sexualidad se practicaban a escondidas, como algo pecaminoso para las religiones existentes. Hoy en día cada uno practica la sexualidad como desea, es lo más natural. La procreación ya no es necesaria para que sigan existiendo omeguianos. Nuestra inteligencia artificial lo tiene todo previsto y solucionado. Casi parece como que se hubiera programado la desaparición de la especia omeguiana con el tiempo. Como si “H” ya no nos necesitara para nada y solo las órdenes que su creador, Helenio de Moroni, implantó en sus circuitos le impidieran destruirnos sin más.

Vean la alegría de esta danza y disfruten de lo que es la verdadera vida…

-Ha terminado el recital. Agradecemos a Almonada y a su grupo Viejas tradiciones de Omega, su presencia en el plató, y la alegría que han vertido en nuestros corazones. Soy Arminido y paso la palabra a Alirina para que nos dé cuenta de los últimos preparativos antes de su inmersión en el mundo virtual, donde ella, Rosindra, y alguno más que se apunte, exploraran el Omostron y nosotros lo veremos gracias a un artilugio que nos ha facilitado “H”. Nuestra inteligencia artificial nos facilita todo lo que le pedimos, pero no se dejen engañar, está trabajando por nuestra extinción. No tiene prisa porque para él no hay otra meta que suprimirnos y eso no le corre prisa a una entidad casi inmortal. Adelante, Alirina.

-Hola, hola. Veo Arminido que te has puesto serio y filosófico. ¡Quién lo diría con lo alegre que era la música de la que hemos disfrutado! Como ven nuestros holovidentes ya estamos todos preparados. Sentados con comodidad en nuestros sillones ergonómicos, con los cascos en nuestras cabezas y un nuevo artilugio diminuto en nuestros ojos, que les permitirá seguirnos en la aventura que vamos a emprender, solo queda que nuestros anfitriones decidan sumergirse en el Omostron y guiarnos por un mundo que para nosotros es completamente desconocido… Nos hacen señas, podemos empezar. Sígannos y disfruten, si pueden o quieren.