lunes, 27 de abril de 2015

CRAZYWORLD XI

PRIMER ALMUERZO EN CRAZYWORLD VI

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-¿No pensarás que tanto hombre encerrado aquí durante años podría permanecer quietecito y controlado sin una buena ración de sexo, al menos semanal? Aunque sigas amnésico no creo que necesites que te explique cómo funcionan estas cosas. Puede haber más mujeres que hombres, pero siempre se necesitarán profesionales, porque ya sabes que los hombres nos tiramos a todas, sin embargo ellas son muy suyas para este tipo de cosas. Solo se lo hacen con quien les gusta mucho y eso no siempre, mejor dicho cuando les apetece, que es casi nunca, al menos por lo que a mí respecta.

-Perdona Jimmy. No acabo de entender cómo funciona este tinglado. Más que un manicomio, como pensé al principio, o una lujosa clínica para millonarios, como me explicaste luego, esto parece una auténtica ciudad, gobernada por una cabeza bien amueblada, aunque tal vez un pelín desquiciada, delirante, con una patología que se debería tratar también aquí. ¿Por qué no está con nosotros ese famoso millonario que creó todo esto?

-Es una larga historia que ya tendré tiempo de contarte. Desde luego que Crazyworld es obra suya desde el principio, aunque se sirvió de un numeroso consejo de asesores, a los que ató con un juramento muy bien redactado en un contrato. Algunos, como el doctor Sun, que le asesoró en todo lo referente al comportamiento de un numeroso grupo de locos encerrados de por vida, también acabaron en la jaula. Otros han permanecido callados por la cuenta que les trae. Una demanda les hubiera hundido en la más terrible de las bancarrotas. Y eso sin contar con el miedo que les metió en el cuerpo. No totalmente infundado, porque al parecer alguno ha desaparecido de la faz de la tierra, se dice que a manos de un asesino a sueldo.

Y aquí Jimmy hizo un gesto muy expresivo con el canto de la mano rebanándose el pescuezo. 

-¿Me estás diciendo que Crazyworld está en poder de la mafia?

-Quien maneja el cotarro desde la sombra es el millonario. No me preguntes su nombre porque aunque lo supiera no te lo diría. Hay ciertas cosas que es mejor no saber en Crazyworld y si algún día salgo de aquí, espero que pronto, no quiero tener una manada de sabuesos tras de mí. Quien da la cara aquí es el doctor Sun, el ejemplar más extraño que podrás echarte nunca a la cara, tanto como persona como psiquiatra. El director se encarga de la logística y de estar ahí, en la cima de la pirámide, para que todo el mundo sepa quién tiene la culpa de todo. En otro momento te contaré su historia. En realidad todo va sobre ruedas. Tras un periodo de prueba el protocolo funciona a la perfección y no tiene otra cosa que hacer que disfrutar gratis de las prostitutas. Bueno, en realidad ya se cansó de ellas y ahora se dedica a chantajear a las chicas que le gustan. Se dice que en su pasado hay una mancha que nunca podrá lavar nadie. Fue un pedófilo. Es por eso, entre otras cosas, que fue presa fácil para el millonario. Consiguió sus servicios a cambio de un sueldo que no es nada del otro mundo (el doctor Sun gana bastante más que él) y con la condición de que le ocultara de quienes iban tras de él, muchos, e hiciera la vista gorda a alguno de sus desmanes.




En esta última parte de la parrafada Jimmy bajó la voz, hasta casi susurrar. Yo me estremecí. Todo lo que me estaba contando me resultaba realmente terrorífico. Y eso que aún no había empezado a largar en serio. Como llegaría a saber con el tiempo no me había equivocado en absoluto al deducir que Crazyworld estaba construido sobre un pantano. Los peores miasmas de la naturaleza humana pronto cosquillearían mis fosas nasales.

-¿Quieres decir que no se ha reformado y sigue persiguiendo adolescentes? ¿Hay alguna adolescente en Crazyworld, Jimmy? No he visto ninguna.

-Ya te he dicho que esto es una ciudad en miniatura. Bueno no creo que te parezca una miniatura una finca con la que se podría crear un estado, un poco pequeño para lo que se estila, pero un estado al fin y al cabo. Y en cuanto a la población, solo los locos ya conseguiríamos llenar varios casinos de las Vegas. Si contamos todo el personal creo que haríamos un buen papel en el ranking de las ciudades más pobladas de Nuevo México.

-¿Estamos en Nuevo México, Jimmy?



-Ese también es un secreto que es mejor que no sepas. ¿Tu amnesia te permite recordar los nombres de los estados?

-Ahora que lo dices, me ha venido a la cabeza sin más. No puedo asociarlo con nada de mi pasado. Sigo sin recordar gran cosa.

-El tiempo es la mejor cura. O te sana o te mata, con lo que la cura es total. ¿No te parece? Jeje. Me preguntabas por adolescentes. Hasta ahora no ha ingresado ninguna como paciente, pero aquí se han formado familias y aunque Crazyworld no lleva mucho tiempo funcionando algunos contratados exigieron traerse a sus hijos e incluso a sus maridos o esposas; otros pensaron que esto era una bicoca y se trajeron tíos, sobrinos, primos segundos y demás familia. Creían que aquí les alimentarían a todos gratis y no se equivocaron. Claro que si ahora les preguntaras a solas y en voz baja, te dirían que darían su mano izquierda por poder regresar a la pobreza de donde fueron rescatados por el millonario. Entre todos estos familiares hay algunos niños, algunos adolescentes, algún que otro recién nacido y hasta mascotas, perros y gatos y demás ralea. Nuestro director es discreto pero a Jimmy no se le escapa nada. Sé de buena tinta que ha estado tras los pasos de la hija de la doctora Heather, una quinceañera de toma pan y moja. Y no me tires de la lengua, que te puedes perder. Me temo que yo soy un caso perdido y mis días pueden estar contados.

Y aquí Jimmy volvió a susurrar y a mí el vello del cuerpo se me rizó como si me acabara de pasar una ola terrorífica por encima.

-Volvamos a las prostitutas. ¿Cómo funciona este tinglado? ¿Cómo funciona todo el tinglado en general? Porque si hay niños habrá maestros y guarderías. ¿Qué es lo que falta aquí?

Continuará.

jueves, 23 de abril de 2015

EL GRAN TEATRO ERÓTICO DEL MUNDO III

ESCENA TERCERA QUE SIGUE A LA SEGUNDA, LEAN ANTES LA SEGUNDA QUE LA TERCERA

Se abre el telón. Estamos viendo el salón-comedor de un piso corriente, con agua corriente y todo lo demás, quiero decir. Decoración corriente, comprada en Ikea o en una tienda de barrio. Vemos a nuestro hombre, el de la escena anterior, el que le tocó sin disimulo el trasero a la dama en la escena anterior. Está sentado a la mesa, con una bata que le ha debido prestar la buena mujer abierta de arriba abajo. Se le ven los calzoncillos de hombre mayor y barrigudo, se le ven los pelos de las piernas. ¡Por Dios que las señoras espectadoras no miren! Se está sirviendo un café cuando aparece ella, la dama, con una bata abierta, se le ven las braguitas, se le ven las tetitas… ¡Que los señores miren todo lo que quieran! 



-¿Mi niño quiere tostadas? Tengo mantequilla y mermelada de frambuesa.

-Si te pones así de generosa me podrías hacer un par de huevos fritos con beicon, si tienes beicon, porque huevos seguro que tienes.

-No, mi amor los huevos los tienes tú, y de gallo grande, si los gallos tienen huevos, que no lo sé, porque nunca fui de pueblo.

La dama ha dejado una bandeja sobre la mesa y se dedica a magrearle los huevos al caballero, con placer de este, que suspira, bosteza y se estira.

-Sigue, sigue, mi amor. Por cierto que huevos solo tienen las gallinas, salvo las gallinitas como tú, que tienen unos huevos muy grandes que se le convierten en pechos.

El caballero magrea los pechos de la señora y los espectadores creen estar viendo una película porno, pero no es así porque: a) el caballero la tiene pequeña, aunque no se le vea, de momento; b) la dama no se ha depilado el sexo, como ocurre en las películas porno, para que se le vea bien, sin que estorbe el bosque, y c)… no vamos a entreteneros ahora con estas tonterías. Dejan de acariciarse y magrearse para hablar, porque aunque muchos crean que sí no se pueden hacer estas dos cosas a la vez, simultáneamente.

-Todo para mi niño bonito, que ha trabajado mucho esta noche.

Y la dama hace un ruido por la boca parecido a “cuchi-cuchi” o algo parecido, con los labios fruncidos. Desaparece del salón, en dirección a la cocina, que no se ve, ni tiene por qué verse, porque estamos en una representación teatral y los huevos y el beicon crujiente lo tendrá un ayudante del director que está esperando con el plato humeante detrás del decorado. El hombre aprovecha para rascarse sin disimulo la barriga e introduce la mano bajo los calzoncillos y se rasca a conciencia y luego parece que le pica el culo y luego… ¡So guarro! ¡Que te están viendo, hombre!

Entretenemos a los espectadores con un vídeo. Baja la pantalla del techo, que este teatro es muy moderno, y se enciende y vemos un escritorio de ordenador. Una mano invisible maneja un ratón invisible, como el del hombre invisible, quiero decir como el ratón del hombre invisible, no sé si me entienden, si les hago gracia o no. Lo que en realidad vemos es la flechita, lo demás lo intuimos. Estamos en una página web de contactos, arriba podemos leer en letras grandes, que las puedan ver todos los espectadores ADMINISTRADOR. La flecha entra en la cuenta de nuestro hombre que se hace llamar HOMOSEPARATUS y sabemos que es su cuenta porque la bandeja de correo interno está casi vacía, ni una de las infinitas damas dispuestas a que los hombretones les hagan cosquillas se ha dignado mirar su perfil ni mucho menos mandarle un correo interno diciéndole algo así como “¿Es que no hay machos muy machos por aquí para una hembra ardiendo? ¿Un bombero que apague este fuego?”

La flechita, o sea, la mano del administrador abre los pocos correos que tiene, tal ven en respuesta a los suyos, que deben ser muy numerosos, mucho, para que una dama, la que ahora está preparando los huevos con beicon haya podido caer en sus redes tupidas, de Spiderman de pacotilla. Por los altavoces del teatro se escucha una risita sardónica. Se supone que es del administrador y los espectadores, especialmente las espectadoras, sonríen y se animan a echar una risita sarcástica. Se reirían a mandíbula batiente si no fuera por la mañana y todos y todas y tod@es no estuvieran dormidos y bostezantes… ¡Qué digo! En realidad esta es la sesión de las 22,30 en el teatro Alfil enrocado de la capital. Es de noche. Será mañana en el escenario, pero esto es una representación teatral, no la vida real, en la vida real no pasan estas cosas. ¡En qué estaré yo pensando!

En la parte superior derecha, quiero decir izquierda, según miran los espectadores, se ve un colt, un supercolt reluciente. La flechita cliquea en la punta del colt y aparece una muesca luminosa, en color verde, pongamos por caso. Se escucha la misma risita del administrador.

Sale, entra en la cuenta de nuestra mujer y en la parta superior aparece una cueva, grande, ande o no ande, la cueva siempre grande. Y entonces aparece un oso, grande, grandote, que está delante de la puerta de la cueva y se pone a llamar como Pedrito Picapiedra. Y la puerta se abre y el oso entra. Y entonces, al lado de la puerta aparece un osito pequeño, como de gominota que se ilumina y se pone a dar saltitos. Escuchamos otra vez la risita sardónica del administrador.
Y entonces, sin más “cirimonias” se apaga el vídeo, sube la pantalla y aparece nuestra deliciosa damita con una bandeja en la que, entre otras cosas, hay un plato con dos huevos fritos y beicon, crujiente, uuuummmm, ñám, ñám, qué rico. Y lo pone delante del hombretón, su osote favorito. Y también trae una cestita con rodajas de pan crujiente, ¡cómo huele!

Por supuesto que aún no hemos dicho que nuestros personajes son los de la escena anterior y que esta bien podría ser la mañana del sábado, tras una noche del viernes apoteósica. Porque al parecer todos en las páginas de contactos quedan los fines de semana, porque durante la semana curran, o sea que son currantes, porque los ejecutivos y los yupis y los adinerados solo tienen que alzar el teléfono de horquilla, como los de antes, y llamar a madame Lulú y por allí aparecen tres o trescientas chicas desmpampanantes, aún más que las chicas de las páginas de contactos que están muy buenas, buenísimas. Creo que excepto yo, Homoseparatus, el autor de esta pieza teatral, todo el mundo está bueno en las páginas de contactos. Será por eso que aún no he conseguido una cita. Vamos chicas, a qué esperáis, cuando sea famoso como un oso podréis salir en los reality shows diendo que me disteis la primera cita. ¡Y cómo lo pasamos! Bueno y si no lo pasamos por lo menos cómo nos reímos, como diría el genial Gila. 

No hemos dicho que debe ser muy temprano, porque por la supuesta ventana que hay a la izquierda del espectador apenas entra un hilillo de luz de la calle, no debe ni estar amaneciendo, o tal vez sea que los productores no tienen mucha “guita” y lo han arreglado con una linterna comprada en los chinos. No hemos dicho aún muchas cosas, pero las diremos.

La dama se sienta al lado del hombre y comienza a picotear los huevos, quiero decir los huevos fritos, no los otros, no sean ustedes mal pensados, por favor. El hombre le da un pellizco cariñoso en el muslo.

-Yo también he trabajado, cariño. ¿O no? Tengo que reponer fuerzas.

Risita del hombre.

-Nunca imaginé que lo fuéramos a pasar tan bien.

Risita de la mujer, que tiene un trozo de crujiente beicon en la boca. Los espectadores ensalivan, tiene que estar riquísimo.

-Es que estábamos muy hambrientos, jeje. ¿Por qué dices que no imaginabas que lo íbamos a pasar tan bien? ¿Crees que soy una reprimida?

Y aquí lo dejamos porque la escena se alarga. Los espectadores que vayan a por palomitas y refrescos, o a por un chocolate con churros, que aunque es de noche, la escena ha generado ganas de chocolate con churros en todos, para mojar el churro en el chocolate o introducir el churro por el donus y comerse todo lo que esté al alcance.

Continuará.

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El miedo es el peor enemigo del hombre de conocimiento (Carlos Castaneda). El humor es el mejor amigo del hombre de conocimiento(Slictik)
Mi blog: "El guerrero impecable"
 

EL GRAN TEATRO ERÓTICO DEL MUNDO II






ESCENA SEGUNDA

Un parque público en una ciudad cualquiera. Es de noche. Hay algunas farolas diseminadas que no dan mucha luz, estamos en penumbra. Hay algunos bancos de madera y otros de piedra. Hay árboles de los que se desgaja alguna rama de vez en cuando. Hay setos, algún perro perdido que levanta la pata donde puede. En el centro del escenario un banco de madera, apenas alumbrado por una farola lejana. Una estatua de algún prócer, no se sabe cuál, ¡hay tantos! Un hombre maduro, barriguitas, calvo (lo intuimos porque la luz es muy pobre). Fuma, se levanta pasea. Se oye un ladrido de un perro rabioso Todo está despoblado. Se oyen las campanas de un reloj lejano, no sabemos la hora porque apenas se oyen y los espectadores no son capaces de contarlas, ni con los dedos. El hombre fuma otro pitillo, se levanta, se apoya en la estatua del prócer, se vuelve a sentar. Entonces se escuchan unos tacones lejanos. El hombre se pone tenso, se sienta, tira el pitillo. Se atusa la calva, intenta adoptar varias posturas, probando la más seductora. Los tacones están encima. Aparece en el escenario una señora, madura, viste discretamente y parece tímida. Se dirige al hombre del banco.

-Lo siento, el metro estaba imposible. ¿Es usted mi cita?

-Si es usted "Dama romántica" soy su cita. Yo soy "Necesitado de sexo".

- ¿Me permite que me siente a su lado? Pero no me meta mano, que acabamos de conocernos.

La señora se sienta, dejando un espacio entre ambos. El la mira de arriba a abajo, ella se deja mirar.

-¿Ha conseguido usted muchas citas?

-No me trate de usted que me ruborizo. En realidad usted es la única. Ya sabía yo que nadie se tragaría lo del jet privado. Fue una tontería.

-Pues yo me lo creí... un poco... bueno, en realidad como nadie quiere disfrutar de mis encantos me daba lo mismo que no fueras joven ni tuvieras un jet privado.

-Esto de las páginas de contactos sexuales es una tomadura de pelo. Solo ligan los jóvenes, que podrían ligar en cualquier parte. Los maduros no recibimos ni un beso virtual. Claro que si subimos una foto juvenil podríamos arrasar como ellos.

-No serviría de nada. En la primera cita se darían cuenta y saldrían corriendo.

-¡Pero lo divertido que sería! 

El hombre toma la mano de la mujer. Esta se deja,como sino lo notara.

-En tu perfil pusiste que te gustaba el sexo cariñoso. Creo que yo soy tu hombre, puedo darte todo el cariño que necesites y más. ¿En tu casa o en la mía, o vamos a un hotel? Pago yo, por supuesto.

-Lo siento, pero me gusta el romanticismo y no llevamos aquí ni cinco minutos.

-¿Pues no me digas que no te he citado bien? Un parque público desierto, de noche, la luz de las farolas solo nos permite vislumbrarnos. Solo me ha faltado la tuna, pero seríamos demasiados. Mira, podría darte un masaje para ir entrando en calor y acercar nuestros cuerpos. Pero antes me gustaría darte un beso en la boca.

El acerca su cabeza como a cámara lenta, ella no dice nada, se encoje un poco, tiembla un poco, se ruboriza un poco, pero los espectadores apenas lo intuyen porque hay poca luz. Se besan, bueno él la besa a ella. Ella se deja y al fin sus manos se agarran al pescuezo del hombre y no lo sueltan. Al fin se separan jadeando.

-Creo que estoy ya caliente. No puede ser otra cosa porque aquí comienza a hacer frío. Mira, mejor vamos a mi casa que estará más ordenada.

-Me parece muy bien. Tengo el coche cerca y ahora no habrá mucho tráfico. Tú me guías y por el camino me puedes ir contando lo que te gusta y lo que no te gusta. ¿Te gusta el sexo oral?

-¡Por Dios qué dices! Yo soy muy tradicional y además el Sida aún no está erradicado.

-He traído una caja de preservativos, espero que tengamos para toda la noche. No debes tener tanto miedo al SIDA al fin y al cabo creo que también se puede contagiar con un beso. ¿Qué es una relación íntima sin besos? Un sueño, una ilusión, que toda la vida es sueño y los sueños sueños son.

-Te dejaré besarme, pero tienes que jurarme que no eres promiscuo.

-¿Promiscuo? ¿Yo? La última vez me lo hice con la almohada y no creo tuviera muchos bichos porque la señora de la limpieza acababa de poner la funda.

-¡Qué cosas dices! Me estás poniendo cachonda. ¿Por qué no nos vamos ya?

-Ipso facto. Por cierto que no te he dicho mi verdadero nombre.

-Ni falta que hace. ¿Te has creído que busco a un hombre para casarme?

-No, pero saber un nombre no lleva al altar.

Se levantan. Caminan con muy poco espacio entre ambos, como dos tortolitos. Él la ha tomado de la cintura. Ella ha bajado la mano, como al descuido y la ha retenido un instante, una pizca de tiempo, casi no hay tiempo, sobre su bragueta. Ella ha lanzado un gritito. 

-Cariño, es un vibrador de bolsillo que acabo de comprar en un sexshop, por si eres tan insaciable que no puedo satisfacerte.

Risitas. Abandonan el escenario-parque. Se oye un ladrido lejano. Las campanas del reloj de una iglesia dan las medias o tal vez sean los cuartos o tal vez no sea nada. Antes de abandonar el escenario el hombre toca, sin disimulo, el trasero de la señora y ella da un gritito.

TELÓN


POEMAS ERÓTICOS FESTIVOS I


POEMA ERÓTICO-FESTIVO PARA LAS DAMAS DE LA KEDADA DE MIGUELTURRA




Todas, todas hermosas,
Todas, todas bellas.
Todas sensibles,
Todas tiernas.

Todas románticas,
Todas carnavaleras,
Todas sensuales,
Todas sensacionales.

Besaría sus bocas, todas,
Besaría en los labios, a todas, 
Sería su trovador
Les haría el amor.

Todas alegres,
Todas noctámbulas,
Todas mariposas
Flores, todas.

Una jazmín, otra rosa,
Una lirio, otra gardenia,
Girasol y petunia.
Todas bellas, todas flores.

A todas querría en mi jardín,
Yo su jardinero
A todas regaría
A todas amaría.

¿A todas, todas?
Bueno, no a todas,
Al menos en público,
Debo ser discreto.

No a la casada,
No a la emparejada,
No quiero tiros,
Ni con marido ni con pareja.

Aún es pronto
Para que se me vea la oreja
Esta es mi primera kedada
Y ya estoy enamorado.

De todas, todas,
Todas hermosas, todas bellas,
Todas sensibles,
Todas tiernas.

¿De todas, todas?
No en público,
No quiero tiros,
Pero sí en mi corazón.

En mi corazón romántico,
En mi corazón tierno,
Que ama la belleza,
Que ama a la mujer.

Regresé fracasado,
Pasé noches solitarias,
Frío y aterido,
Sin afecto ni consuelo.

Pero era mi primera kedada,
En la segunda robaré un beso,
En la tercera un pescuezo,
En la cuarta un muslo
En la quinta un pecho
En la sexta quitaré una gasa,
En la séptima tiene guasa
Porque ya será San Fermín.
Pero en la octava, lo prometo,
Alguna me amará
Calentará mi cama,
Calentará mi rama,
Será flor en mi jardín
Y esto es todo, chicas, 
Que patatán y patatín
Pero ni un beso a este chiquilín.

MIS ANUNCIOS EN LAS PÁGINAS DE CONTACTOS

MIS ANUNCIOS EN LAS PÁGINAS DE CONTACTOS-UNA FORMA DE REÍR PARA NO LLORAR




Les aseguro que son reales, reales como la vida misma. Están puestos por esta mano que tiembla en una página de contactos. Nada, nothing, multiplícate por cero, ese ha sido mi resultado. Ni una cita para tomar café, nada, la nada más absoluta y hambrienta. Pero como decía el bueno de Gila en uno de sus monólogos, ganar no ganamos la guerra, ¡pero cómo nos reímos!

LEMA: COMER NO ME COMERÉ UNA ROSCA, PERO CÓMO ME RÍO... CUANDO NO LLORO

ANUNCIOS DEL HOMBRE INVISIBLE

EL HOMBRE INVISIBLE I

-¿Cómo vas a conocerme si no me concedes una cita?

EL HOMBRE INVISIBLE


EL HOMBRE INVISIBLE II

-No te preocupes, preciosa, si no me la ves, la notarás cuando esté dentro.



ANUNCIOS DEL HOMBRE DESESPERADO QUE NO CONSIGUE UNA CITA I

-Aún no he conseguido una cita, ni para tomar café, copa y puro. Pago el café y la copa a la primera que me conceda una cita... el puro, por supuesto, corre de mi cuenta. Además le regalaré una rosa y seré su esclavo sexual, por una noche; por dos si se porta bien conmigo; por tres si me tratas muy bien y... Bueno no adelantemos acontecimientos.

ANUNCIOS DE UN PROLETARIO DEL SEXO

-Bellas damas, no desperdiciéis vuestras reglas. Si nadie te quiere, yo te quiero.

Un proletario del sexo en plena crisis económica.

ANUNCIOS DE UN MÍSTICO DEL SEXO I

-A cambio de sexo, de un poco de sexo, de una pizca de sexo, doy amor, amor eterno, romántico, espiritual, maravilloso. No es tan difícil dar un poco de sexo y menos a cambio de un amor tan inmenso como el océano y tan profundo como el Cosmos.

Un místico, muy místico, del sexo.

ANUNCIOS DE UN DEPORTISTA DEL SEXO I

Puedo correr los cien lisos en cinco minutos y una décima, y eso sin prisa, que cuanto más tarde en llegar a la meta, mejor. En este deporte lo importante no es llegar pronto a la meta, sino llegar y mantenerse en ella haciendo el tonto todo lo que se pueda. Puedo hacer pesas con mi pareja, por mucho que pese, mi músculo puede con todo. Puedo correr la maratón detrás de cualquier mujer, cuanto más me guste más rápido voy y más records consigo. Siempre conseguiré alcanzar a cualquiera, porque ella se cansará antes que yo, el problema vendrá cuando me pida que le demuestre que no estoy cansado. Salto con pértiga hasta la ventana de tu casa, sin romper cristales ni hacer ruido. Soy contorsionista y acróbata de circo, uno de mis pluriempleos y tengo el record del mundo de salto de salto de altura con la jabalina enhiesta. Medalla de plata en 3000 obstáculos con intercambio de pareja. La otra pareja era de hecho y no de derecho, por eso iban más sueltos, más rápidos, con menos papeles en la mochila.

Un deportista del sexo a su servicio.

ANUNCIOS DE UN NOSTRADAMUS DEL SEXO I

-Por carnaval aquella que no me monte se sentirá fatal.

Nostradamus del sexo, profeta interesado en que se cumplan sus profecías.

ANUNCIOS DE UN COMERCIANTE ERÓTICO EN REBAJAS I

-Cuando terminen las rebajas dejaré de venderme rebajado y no permitiré que me humillen ni me pisoteen. Me pondré duro, muy duro, durísimo. Señoras, aprovechen, que saben muy bien que lo duro dura poco.

BUSCO VAGINA GRANDE

Busco vagina grande, para aparcar mi troncomovil.

UNO DE MI PUEBLO

EL HOMBRE DE LA GABARDINA

Hola preciosas. Me tuve que marchar de esta página porque no me dabais ni una cita, ni una. Ahora, si habéis cambiado de opinión me encontrareis en el parque del Este, todas las noches, en las zonas más oscuras. Soy el tipo que lleva una gabardina como en las películas de Colombo, pero más nueva y limpia. Un beso. Os espero.

EL HOMBRE DE LA GABARDINA


MIS ANUNCIOS EN LAS PÁGINAS DE CONTACTOS II




-Te haré cosquillas donde quieras. Haremos sexo con humor y haremos sexo con amor, y sino “pue ser”, nos reiremos un rato.

Un humorista salido de madre y de padre.




-Nena, te llevaré al paraíso a la velocidad que tú quieras, sin baches, o con baches, como prefieras, con sobresaltos o rodando como la seda; con paradas “pa repostar” o “to recto”. Tú eliges, nenita.

Un conductor de autobús con el ego un tanto inflado.




-¿Tanto miedo me tienes, caperucita, que no te atreves a darme una cita?

El hombre lobo.

-¿Menos lobos, caperucita? Más caperucitas, que soy el lobo.

Un hombre lobo resentido ante una contestación irónica.





-Vamos chicas, dadme una cita. No soy tan feo, aunque mi acné juvenil es un pelín desagradable.

Un viajero del tiempo, extraviado en un remoto pasado.


-¿La tengo pequeña o la tengo grande? No lo sabrás hasta que ande.

El Sr. “Estoy como un burro”.

No creo en nada, ni en las citas, ni en las roscas, ni siquiera en que existan mujeres sobre este planeta. Estoy a punto de cometer el mayor error de mi vida, me lo voy a hacer con una gallina. No he podido “ligar” con una oveja, o una cerda o una yegua, porque no caben en mi apartamentito. Me voy a hacer zoófilo. Por favor, dadme una oportunidad, solo una, no os voy a decepcionar.

Un incrédulo intentando justificar tendencias profundas de su naturaleza.





Eres un tocinito de cielo y ésta es la cuchara que te va a comer enterita.

Un goloso muy goloso.


-He visto tantas diosas por aquí que si todas me pidieran sexo, no podría con tanto trabajo.

Hércules pensándose muy seriamente lo de metamorfosearse en Apolo. Dicen que luego emprendió los famosos siete trabajos de Hércules.


¿Alguna de vosotras desea tener sexo conmigo? No me lo creo, imposible. Pero si una, o dos o tres, o treinta y tres desean tirarme del caballo en el camino de Damasco y que vea la luz, estoy dispuesto.

Un incrédulo Santo Tomás. No creerás hasta que acaricies la piel de una mujer desnuda.

-Me costó un año acostarme con Isolda. Yo creía que en las páginas de contactos era más fácil. Llevo dos años tocando “Muerte de amor de Tristan e Isolda” de Wagner y ni por esas.

Un melómano, un poco confundido.

-Soy un actor porno, con un trombón por instrumento. Después de ocho horas de trabajo sigo tan salido que tengo que recurrir a las páginas de contactos. Chicas, aprovechen la oportunidad.

Un perfil falso a todas luces, o más bien sin muchas luces.


-Soy un gigoló que no se come una rosca con esto de la crisis. No puedo estar desentrenado tanto tiempo porque se me va a encoger y atrofiar. Dicen que sino ejercitas el músculo se te atrofia. ¿Alguna de vosotras se lo quiere hacer gratis conmigo?

Un gigoló atrofiado tras tanto gimnasio sin ejercitar músculo.