DICCIONARIO ZOOANTROPOLÓGICO VI
BUITRE CARROÑERUS DISCRETUS
PERFIL: A diferencia del buitre común o carroñerus indiscretus esta subespecie suele pasar desapercibida, ya que no da vueltas en círculos sobre las carroñas o futuras carroñas, sino que se oculta entre otros pájaros o en el arbolado o en los vertederos o allí donde no pueda ser identificado y fotografiado por los etólogos especializados en conductas animales. Su mimetismo es tal que también es llamado buitris cameleonis. Oculto entre los animalis políticus resulta casi indetectable. Apenas se distingue del resto de pájaros, cantores o no, puesto que su envergadura es mucho menor que la del carroñerus normalis, tampoco tiene un pelaje marrón sucio, ni otras características que lo destaquen en el paisaje ornitológico. Por si fuera poco una glándula muy especial de la que carecen los de su especie, pero que esta subespecie ha desarrollado, nadie sabe cómo puesto que contradice toda lógica, le permite mantener siempre un olor exquisito como de colonia aristocrática. No habla, ni pía, ni grazna, apenas te mira porque sus párpados se mueven a gran velocidad y cuando lo hace fija los párpados con gran esfuerzo y su mirada parece amable y generosa.Tampoco acecha a sus presuntas víctimas, ni las sigue de lejos, se limita a identificarlas cuando se las encuentra en el camino de la vida y aprovechándose de sus debilidades para picotear sus órganos más sabrosos mientras duermen. Les es indiferente vivir solos o en pareja o compañía o de cualquier manera, siempre que puedan desarrollar sus aptitudes naturales para alimentarse de la semi-carroña. Su hambre se despierta cuando ven posibles víctimas, mientras tanto pasan desapercibidos comiendo aparentemente como los demás.
MORFOLOGÍA
Ni grande ni chico sino todo lo contrario. Pico escondido como nariz. Patas extensibles, habitualmente escondidas. Ojos de águila, disimulados con feos párpados muy veloces. Alas aparentemente frágiles pero de una dureza quitinosa casi pétrea. Buen olor, indetectable cuando así lo desea. Sin las facultades del camaleón, todo en su cuerpo ayuda a disimular su presencia. Sus finas garras y afilado pico le permiten llegar a los órganos del moribundo o dormido sin que éste se entere, o casi. Dada su envergadura no necesitaría comer mucho pero lo hace y en grandes cantidades, siempre en privado, no como los de su especie común que lo hacen en público, en gran número y dándose banquetazos estrambóticos.
ENTORNO
No se les encuentra revoloteando sobre los cuerpos desfallecidos de sus futuras víctimas, como sería lógico pensar, sino en cualquier entorno de cualquier tipo, en cualquier parte. No buscan, encuentran. En todo caso se podría decir que el entorno político es bueno para ellos por alguna de sus múltiples características, aunque nunca les encontrarás en primera fila, ni en las fotos, ni en cargos destacables, ni exhibirán carnets o hablarán a micrófonos. Apenas vuelan cuando no pueden disimularse entre otras bandadas o nubes de alados, permanecen entre la hojarasca de los árboles o en basureros visitados por todo tipo de carroñeros y pajarillos hambrientos. Como son casi indetectables los estudios realizados hasta el momento no son muy fiables y no dicen con certeza dónde se les ha encontrado y dónde no. Puede, tal vez, es posible, eso es todo lo que nos dicen de ellos.
POR UN ESBOZO DE LA ESPECIE PARA UN ESTUDIO DOCUMENTADO DE LA MISMA
Se aconseja a los etólogos que rastreen hacia atrás todo lo que puedan, desde el cadáver de la víctima o el posible cadáver con el tiempo, ya que esta especie nunca remata de forma ostensible a sus presas. Así podrán saber, acumulando experiencias, cómo son sus estrategias depredatorias, sus camaleónicas facultades para pasar desapercibidos en cualquier circunstancia de la vida. Solo analizando meticulosamente los pocos datos que se obtengan se podrá llegar a un esbozo, esbocito, de su perfil, y eso cuando tengan la suerte de que las víctimas sean todas del mismo carroñero, si son diferentes víctimas de diferentes carroñeros, es posible que la confusión impida una visión objetiva y generalista de cómo funciona la especie como tal.
Dado que el mundo natural es depredador por naturaleza y esencia, el estudio de las presas encontradas puede generar mucha confusión cuando no están claras las causas de su muerte y la forma de la misma. Si, podemos saber que a una presa la ha mordido un león porque su enorme y drástica boca deja huellas irrefutables; sí, podemos saber que ha sido pasto de una manada de hienas, porque apenas quedan restos; sí, sabemos con certeza que se trata de una manada de lobos por la delicadeza de su apresamiento, el traslado a un lugar adecuado y el jerárquico desgarramiento del cuerpo. Pero en el caso del buitre carroñerus discretus será complicado distinguir sus víctimas de las del resto de carroñeros o depredadores, salvo que sean muy evidentes, como hemos visto. Mucho me temo que hasta las propias víctimas tendrán dudas de estar siendo depredadas salvo que se despierten del sueño reparador y se encuentren con sus entrañas "reparadas" de forma extraña.
Se desconocen sus estrategias, salvo que son camaleónicos y muy discretos, por lo que se recomienda la huida en el caso de que no sepan a qué se enfrentan, pero sí que su vitalidad disminuya a ojos vistas. Podrían parecer vampiros sino fuera porque los vampiros son exclusivamente humanos, mientras que esta especie es híbrida.
BUITRE CARROÑERUS DISCRETUS
PERFIL: A diferencia del buitre común o carroñerus indiscretus esta subespecie suele pasar desapercibida, ya que no da vueltas en círculos sobre las carroñas o futuras carroñas, sino que se oculta entre otros pájaros o en el arbolado o en los vertederos o allí donde no pueda ser identificado y fotografiado por los etólogos especializados en conductas animales. Su mimetismo es tal que también es llamado buitris cameleonis. Oculto entre los animalis políticus resulta casi indetectable. Apenas se distingue del resto de pájaros, cantores o no, puesto que su envergadura es mucho menor que la del carroñerus normalis, tampoco tiene un pelaje marrón sucio, ni otras características que lo destaquen en el paisaje ornitológico. Por si fuera poco una glándula muy especial de la que carecen los de su especie, pero que esta subespecie ha desarrollado, nadie sabe cómo puesto que contradice toda lógica, le permite mantener siempre un olor exquisito como de colonia aristocrática. No habla, ni pía, ni grazna, apenas te mira porque sus párpados se mueven a gran velocidad y cuando lo hace fija los párpados con gran esfuerzo y su mirada parece amable y generosa.Tampoco acecha a sus presuntas víctimas, ni las sigue de lejos, se limita a identificarlas cuando se las encuentra en el camino de la vida y aprovechándose de sus debilidades para picotear sus órganos más sabrosos mientras duermen. Les es indiferente vivir solos o en pareja o compañía o de cualquier manera, siempre que puedan desarrollar sus aptitudes naturales para alimentarse de la semi-carroña. Su hambre se despierta cuando ven posibles víctimas, mientras tanto pasan desapercibidos comiendo aparentemente como los demás.
MORFOLOGÍA
Ni grande ni chico sino todo lo contrario. Pico escondido como nariz. Patas extensibles, habitualmente escondidas. Ojos de águila, disimulados con feos párpados muy veloces. Alas aparentemente frágiles pero de una dureza quitinosa casi pétrea. Buen olor, indetectable cuando así lo desea. Sin las facultades del camaleón, todo en su cuerpo ayuda a disimular su presencia. Sus finas garras y afilado pico le permiten llegar a los órganos del moribundo o dormido sin que éste se entere, o casi. Dada su envergadura no necesitaría comer mucho pero lo hace y en grandes cantidades, siempre en privado, no como los de su especie común que lo hacen en público, en gran número y dándose banquetazos estrambóticos.
ENTORNO
No se les encuentra revoloteando sobre los cuerpos desfallecidos de sus futuras víctimas, como sería lógico pensar, sino en cualquier entorno de cualquier tipo, en cualquier parte. No buscan, encuentran. En todo caso se podría decir que el entorno político es bueno para ellos por alguna de sus múltiples características, aunque nunca les encontrarás en primera fila, ni en las fotos, ni en cargos destacables, ni exhibirán carnets o hablarán a micrófonos. Apenas vuelan cuando no pueden disimularse entre otras bandadas o nubes de alados, permanecen entre la hojarasca de los árboles o en basureros visitados por todo tipo de carroñeros y pajarillos hambrientos. Como son casi indetectables los estudios realizados hasta el momento no son muy fiables y no dicen con certeza dónde se les ha encontrado y dónde no. Puede, tal vez, es posible, eso es todo lo que nos dicen de ellos.
POR UN ESBOZO DE LA ESPECIE PARA UN ESTUDIO DOCUMENTADO DE LA MISMA
Se aconseja a los etólogos que rastreen hacia atrás todo lo que puedan, desde el cadáver de la víctima o el posible cadáver con el tiempo, ya que esta especie nunca remata de forma ostensible a sus presas. Así podrán saber, acumulando experiencias, cómo son sus estrategias depredatorias, sus camaleónicas facultades para pasar desapercibidos en cualquier circunstancia de la vida. Solo analizando meticulosamente los pocos datos que se obtengan se podrá llegar a un esbozo, esbocito, de su perfil, y eso cuando tengan la suerte de que las víctimas sean todas del mismo carroñero, si son diferentes víctimas de diferentes carroñeros, es posible que la confusión impida una visión objetiva y generalista de cómo funciona la especie como tal.
Dado que el mundo natural es depredador por naturaleza y esencia, el estudio de las presas encontradas puede generar mucha confusión cuando no están claras las causas de su muerte y la forma de la misma. Si, podemos saber que a una presa la ha mordido un león porque su enorme y drástica boca deja huellas irrefutables; sí, podemos saber que ha sido pasto de una manada de hienas, porque apenas quedan restos; sí, sabemos con certeza que se trata de una manada de lobos por la delicadeza de su apresamiento, el traslado a un lugar adecuado y el jerárquico desgarramiento del cuerpo. Pero en el caso del buitre carroñerus discretus será complicado distinguir sus víctimas de las del resto de carroñeros o depredadores, salvo que sean muy evidentes, como hemos visto. Mucho me temo que hasta las propias víctimas tendrán dudas de estar siendo depredadas salvo que se despierten del sueño reparador y se encuentren con sus entrañas "reparadas" de forma extraña.
Se desconocen sus estrategias, salvo que son camaleónicos y muy discretos, por lo que se recomienda la huida en el caso de que no sepan a qué se enfrentan, pero sí que su vitalidad disminuya a ojos vistas. Podrían parecer vampiros sino fuera porque los vampiros son exclusivamente humanos, mientras que esta especie es híbrida.