UN RELATO EXPERIMENTAL. LAS QUIJOTADAS SE
VAN ADAPTANDO A NUEVAS FORMULAS NARRATIVAS.
El mobbing es un tema de actualidad. Resulta difícil admitir la
mezquindad que supone el uso del poder para imponer a los más débiles cualquier
criterio aunque éste por casualidad pudiera ser razonable. Hay una guerra
psicológica soterrada en nuestra sociedad. El mobbing solo es una de las puntas
del gran iceberg.
QUIJOTADAS SOBRE EL
MOBBING
Adivina adivinanza ¿quién
soy sino soy Sancho Panza?
¿En qué lugar suceden los
episodios que voy a relatar?
Es muy fácil, tienen
varias opciones:
a)En el país de Alicia, el
país de las maravillas.
b)En el camarote de los
Hermanos Marx.
c)En el hotel de los líos
de mi amigo Groucho.
d)En un país democrático,
socialmente avanzado, constitucional y ejemplo para el resto del mundo.
UNA MISA DE REQUIEM
INTROITO
El jefe se pavonea delante
de sus subordinados. Está orgulloso de haber alcanzado las más altas cumbres
(de la miseria piensa alguien que debe conservar el anonimato). Muchos de sus
subordinados le llaman guapo. Otros, los menos, pocos, muy pocos, no dicen
nada. No porque sea muy feo (es cuestión de gustos) sino porque creen que no se
lo merece.
El jefe toma nota. El jefe
está convencido de que en las altas cumbres no le afectan las obligaciones, las
normas, las leyes que los proletarios desarrapados, los parias sociales, deben
cumplir a rajatabla. El jefe no sabe que esamos en un país democrático, constitucionalista,
donde todo ciudadano es igual ante la ley. El jefe lo ignora, no es consciente.
El jefe considera que no
debe repartir el trabajo. Tiene competencia para hacerlo, tiene obligación
según las normas vigentes, pero es un desdoro para un jefe repartir el trabajo
a sus subordinados, niños inmaduros que se quejan de todo, que se quejan de que
sus compañeros sin la menor autoridad o competencia les repartan el trabajo. En
las altas cumbres no se debe nada. Se respira aire puro y punto.
El jefe considera que lo
que él dice va a misa... de requiem. Las normas para los desarrapados. La misa
de requiem para los que van a morir.
El jefe mira mal a los que
no le llaman guapo. Es un hecho incontestable que todos deben admitir en voz
alta.
El jefe toma una decisión.
Mano dura sobre la cabeza de los rebeldes.
KYRIE ELEISON
El jefe insinúa a los
pelotas (de momento solo algunos, no demasiados...de momento) que si le hacen
la vida más fácil chivándose de sus compañeros él será flexible, comprensivo,
paternal.
Una técnica tan vieja como
la propia historia. Los nazis la utilizaron con éxito en los campos de
concentración. La técnica del chivatismo siempre ha dado resultado por eso
sigue vigente.
Kirie Eleison. Soy bueno,
amado jefe, y mi compañero es malo. Ha cometido
todos estos pecados. Tome nota.
El jefe tiene piedad de
los chivatos. El jefe hace la vista gorda con sus nimias faltas. Se forma un
"statu quo" de proletarios de primera y proletarios de última clase.
En medio los proletarios a secas que no hacen la pelota pero den tiempo al
tiempo.
HOSANNA
Hosanna al jefe, que es
grande, que es guapo, que tiene poder. Los chivatos cantan como coro de
serafines. El resto se oculta en los retretes. Los proletarios de última clase
cierran la boca y miran al jefe a los ojos (la sorna la ocultan en lo profundo
de su pensamiento).
Hosanna al jefe que nos
hace la vida imposible, que nos vigila con un millón de ojos chivatos, que nos
llama a su despacho cada día para cantar las cuarenta en bastos, que nos ha
prometido el infierno para dentro de unos días. Al jefe que se ríe con los
pelotas, que no se recata de comentar con sus monaguillos en voz alta los
defectos de los proletarios de última clase, que ha establecido unas normas
estrictas para los condenados y unas normas flexibles como el viento para los
suyos.
CREDO
Credo en el poder, si es
supremo credo más. Credo que los buenos son los chivatos, los otros son tibios
o pecadores sin remisión.
Credo que la ley debe ser
interpretada por el jefe. Es el que más profundiza. El jefe siempre tiene
razón. Los preceptos legales más claros y terminantes se inclinan a su paso
firme y robusto.
Credo que mi nómina está
por encima de cualquier otra consideración, incluso de mi propia dignidad como
persona.
Credo que mi familia se merece
el sacrificio de la integridad personal. Mi familia es más guapa que la familia
de los proletarios de última clase que no hacen la pelota y están condenados al
infierno.
Creo que el chivatismo es
justo hasta en una misa de requiem por los que van a morir.
Credo que el jefe es el
más guapo y quien lo negare se verá frente a lanza de D. Quijote (me he
arrogado ese privilegio, soy el pelota mayor del reino).
Credo que la democracia es
para quienes se la trabajan no para los proletarios de última clase, desarrapados,
rebeldes, parias del espíritu. La democracia es para el poder, sin más. Mañana
será para el número (los tibios están cediendo).
Credo que la victoria es
nuestra. Credo en aquello de "hay de los vencidos" pero en latín.
Credo que sobreviviré como
pelota por los siglos de los siglos.
Credo en la resurrección
de los pelotas. Credo en el rechinar de dientes de quienes no se doblan.
AMEN
DIES IRAE. DIES ILLA
Días de ira para los
íntegros, los dignos, los honestos, los mansos rebeldes, los pacíficos que no
bajan la cerviz, los que no temen al fuego que quema a los herejes.
Días de ira para quienes
no se ocultan ni cantan el kyrie eleison ni doblan la vara de la ley para que
no les afecte. Para quienes piensan que la nomina no es el becerro de oro. Que
su familia no se merece un hombre servil, despreciable, un pelota indecente, un
esclavo sin dignidad, un hombre injusto, un canalla sin escrúpulos.
Días de ira serán aquellos
días cuando el jefe venga en la omnipotencia de su gloria a castigar a los
rebeldes. Cuando éstos se vean despreciados en público. Puestos sus pecados al
descubierto delante de todos, enseñadas sus vergüenzas en la plaza pública.
Cuando sus errores se conozcan en toda la ciudad y los errores de los pelotas
sean redimidos con la sangre sagrada del poder.
Días de ira serán aquellos
días cuando los pocos rebeldes que quedan serán aplastados. La mayoría está
cediendo, quedarán uno, dos o tres con mucha suerte. Al final solo quedarás tú.
Días de ira cuando los
pelotas se conviertan en ángeles acosadores, exterminadores. Cuando los tibios
que se escondían sean encontrados por el dedo del jefe y obligados a cantar
como temerosos jilgueritos. Lo siento amigo, la nómina es lo más importante, la
dignidad es una entelequia, candoroso imbécil.
Días de ira aquellos en
que acudirás implorante a la justicia y ésta hará caer la espada hacia el lado
contrario, allí donde no soplan los vientos del corporativismo.
Días de ira aquellos en
que la depresión acecha al solitario rebelde como un buitre batiendo sus alas
en el aire sobre su cabeza.
UN REQUIEM POR LOS QUE VAN
A MORIR
Descansa en paz viejo
amigo si la santa cólera que agita tu corazón te lo permite o el insomnio
pertinente no termina con tus nervios.
Descansa en paz si la
preocupación por el futuro de tu familia no pega tus mandíbulas en un gesto
hosco a perpetuidad.
Descansa en paz mientras
oyes acercarse el final apocalíptico. El poder te está triturando entre sus
dientes de acero. Ya queda menos.
Descansa en paz mientras
llevan tu ataúd al paso los pelotas de turno que entonan un canto al destino.
¡Oh, destino cruel que acabas con los mejores!
Descansa en el paro
mientras puedas y luego mendiga por las calles el sustento de tu familia.
Descansa en paz en la cola
de los desheredados que se retuercen las manos esperando que les lleguen las
migajas.
Descansa en paz mientras
corren lágrimas en el rostro de tus hijos y tu esposa te mira como si no te
comprendiera.
Descansa en paz mientras
piensas en el suicidio y te planteas si la dignidad del ser humano merece este
sacrificio.
Descansa en paz si te
encuentras con tu ex jefe y tus ex compañeros en la acera y te vuelven la
cabeza.
Resquiescat in pace
quienes se mantuvieron firmes cara al viento.
TE DEUM LAUDAMUS
Te deum laudamus por ti
amado jefe. Te deum laudamus por vosotros amados pelotas, amados tibios
jilgueritos.
Al paraíso te lleven los
ángeles pelotas, a sus puertas te reciba el poder de los jefes.
REQUIEM ETERNAM
Requiem eternam viejo
amigo. Permíteme entonar un requiem por tu alma. Pronto solo serás un número
estadístico en la oficina del paro. ¿A quién le importa?
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