sábado, 18 de junio de 2022

UN DÍA EN LA VIDA DE UNA FAMILIA VANTIANA XX

 


-Hazlo, Rosindra. No me gustaría perderlo si al fin me decido adoptarlo.

-Hecho. Señores, terminemos de comer mientras nos lo permitan. Luego dejaremos que nuestro robot doméstico recoja todo y nos iremos zumbando al interior de nuestra nave. Les aconsejo que ocupen sus asientos, coloquen las sujeciones y permanezcan lo más quietos que sea posible. Si es posible no muevan ni una ceja. Nuestro robot se encargará de todo. Está acostumbrado a lidiar con los kooris y nunca pierde el control. Hará lo que tenga que hacer para ponernos a salvo. Veo, querida Alierina, que tu bebé permanece dormido. No lo despiertes, si es posible, hasta que todos estemos dentro. Luego con cuidado lo dejas fuera o la turba nos invadirá al rescate…Jajá, ha despertado y te ha debido de confundir con su mamá, porque está intentando alimentarse a tus pechos. Es gracioso.

-Lo será para ti, Rosindra, que no sufres sus chupetones ni sus dientecitos clavados en los pezones… ¡Uff! Me lo han arrebatado de un tirón. Casi me quedo sin pezón. Cómo duele. Creo que será mejor que nos traslademos a la nave cuanto antes y dejemos que el robot se entienda con ellos.

-Cierto, ya han probado todo y parece que no les ha gustado. Han iniciado una batalla lanzándose la comida como en un juego bélico de primera. ¡Ay! Me han dado con un trozo de tarta en los ojos. No veo nada.

-Vamos, todos en pie. Procuremos dispersarnos y que cada cual llegue a la nave como pueda. He perdido la pista de mi bebé. Esto es un pandemónium. Los holovidentes se lo estarán pasando en grande, luego veremos los comentarios, pero esto es una auténtica guerra. Jajá. Perdona Rosindra, dame la mano. Un montón de kooris se han enredado en tus pies y te han tirado al suelo. Espero que no te hayas hecho daño. Y por favor, límpiate los ojos de una vez, o no podremos llegar a la nave. Arminido también se cachondeará de lo lindo cuando lo vea después de terminar de almorzar. Aviso a producción. Se me ha ocurrido que deberíamos hacer una campaña para que todos los vantianos adopten a una familia de kooris. ¡Sería fantástico! No tendrían tiempo para seguir viviendo en su mundo virtual. Ojo producción. Hay que hacer una campaña en ese sentido. Acabemos con el universo virtual. Nunca imaginé que fuera tan fácil.

-Jajá, déjate de bromas Alierina. Es muy gracioso pero esto se pone cada vez más feo. Han trepado al pelo de Elielina y se están balanceando como si fueran lianas. Y su marido no solo no la está ayudando sino que corre como si le persiguiera algún diablo mitológico. Va a ser el primero en llegar a la nave. Si será cobarde… Oh, no, sí, quiero decir sí, le han zancadilleado y ha besado el suelo. Ahora se han subido a sus espaldas media tribu y lo están atando con lianas diminutas, pero que parecen ser muy resistentes. Lo han inmovilizado por completo. ¡Bravo por los kooris!

-Por lo que más quieras, Rosindra, no los animes o harán lo mismo con nosotras. El robot ha entrado en fase hiperactiva y está recogiendo todo a velocidad supersónica. Pero él tampoco se libra. Intentan ponerle la zancadilla, pero ha encendido sus pequeños cohetes y va volando de acá para allá. ¡Bravo robotín, bravo! Le están persiguiendo, yo diría que casi con saña, en cuanto toca el suelo hay unos cuantos kooris que trepan a su cabeza e intentan mover las antenas, que como sabéis son elementos esenciales para ciertas percepciones robóticas…¡Oh, no! Parece que han conseguido desajustarlas porque nuestro robot está haciendo cosas muy extrañas, yo diría que graciosas si no me pusiera en su piel y sintiera que me lo están haciendo a mí, así me lo parecería. Ha subido sobre los árboles y al descender se ha enredado en las ramas de un tupido arbestis, que como todos sabéis es el árbol más numeroso en estos bosques donde habitan estos simpáticos kooris y cuyas ramas forman un auténtico laberinto. A toda velocidad ha subido la mayoría de esta tropa de kooris y de alguna manera lo han atado con lianas y zarcillos. El pobre robot debe de estar muy desorientado, porque de otra manera ya se habría librado, tiene suficientes herramientas para hacerlo…¡Aaatchís! Perdón. No todos los kooris se han ido detrás del robot, uno de ellos ha trepado hasta mi cabeza y me ha escupido a la cara una sustancia pegajosa y repugnante. ¡Aaatchís! Lo siento, pero creo que me está produciendo alergia.

-Otro ha hecho lo mismo conmigo. A mí lo que me produce es un lagrimeo terrible. Estoy llorando a lágrima viva, algo que no recuerdo me haya sucedido nunca. Nuestro robot tiene sustancias antialérgicas en aerosol para impedir que hagan efecto en los visitantes, pero ahora está prisionero y no nos puede atender. Los kooris las producen masticando ciertas plantas que solo ellos conocen. En alguna ocasión lo han hecho con otros visitantes, pero nuestro robot estaba libre para auxiliarles. Cada vez aprenden nuevas cosas. En esta ocasión parece que se han puesto de acuerdo para anular al robot antes de proceder a escupirnos las sustancias. Son unos verdaderos diablillos. Pido disculpas por los gemidos, los sollozos y balbuceos que son producto de la sustancia que me han arrojado. Por suerte nuestro robot ha debido orientarse porque se ha librado de sus ataduras y está volando hacia nosotras para combatir nuestras dolencias… Ya lo tenemos aquí. Por fin. ¡Qué alivio! Vuelvo a estar normal.

-Yo también, Rosindra. Ha sido muy molesto. Ya nos queda poco para alcanzar la nave. Veo que Oloronte no ha podido desatarse, cada vez está más sujeto al suelo. Bueno, que lo zurzan. Ya lo librará nuestro robot cuando pueda. ¡Uff! Ya estamos dentro. Ahora solo queda que el robot termine de recoger y se libre de los kooris para que podamos despegar. Su programación de emergencia ha debido acudir en su ayuda, porque ahora ya no toca con los pies el suelo, ni se acerca a los árboles. Los kooris no pueden trepar a él. Ya casi ha terminado de recoger. Ahora libra a Oloronte y a cuestas lo coloca en el interior de la nave. Creo que ya podemos despegar. Oh, no, qué tengo en el escote. ¡Pero si es mi bebecito! Ni siquiera lo he visto.

-Será mejor que con cuidado lo coloques fuera de la nave o toda la tribu nos asaltará para rescatarlo. Así. Eso es. Estamos todos, hasta el robot. Despeguemos. En efecto despegamos. ¡Uff, uff! Qué inmenso alivio. Qué gran alivio.

 


No hay comentarios:

Publicar un comentario