miércoles, 31 de marzo de 2021

UN DÍA EN LA VIDA DE UNA FAMILIA VANTIANA XI

 

 



-Hola Alirina. Veo que ya estáis ahí. Cuéntanos.

-Aquí estamos, Arminido, en el centro de visitantes del zoo. Como puedes ver a través de mi cámara giratoria que llevo en lo alto de la cabeza, con este gorro tan mono, diseñado por nuestro equipo de producción, atado a la mandíbula para que no se escape por ahí, que para eso tenemos a nuestros drones, controlados desde el estudio, aquí no hay mucha gente. No puede haberla porque los vantianos ya no están interesados en los animales. Lo estuvieron al principio, cuando era una novedad, y todo el mundo quería tener en casa una mascota, pero no ahora. Todos están cansados del zoo y de los animales. Solo algún que otro excéntrico, como yo, disfrutamos de una mascota. Y por si fuera poco no sobran créditos para hacer una excursión tan poco interesante, y además hay que solicitarla con antelación, por lo que aquí estamos, sin necesidad de hacer cola. Pronto nos adjudicarán nuestra nave, que no compartiremos con nadie, e iniciaremos un tour sin prisas, disfrutando de cada momento que pasemos entre animales. ¿No es así, Elielina? Porque ustedes son nuestros anfitriones, no les forzaremos a hacer nada que no quieran. Así que si quieren hacer un tour rápido y regresar a casa, nos adaptaremos, este es su día, un día en la vida de esta familia vantiana.

-Gracias por tu cortesía y discreción, querida amiga. Soy una gran admiradora tuya, se puede decir que tu programa es el único que veo de la holovisión oficial. Permíteme que te de un par de besos. Mua y mua. Hemos pensado que no tendría ningún interés ver un día cualquiera de nuestra vida, no hacemos otra cosa que practicar sexo virtual, cada uno por su lado, comer, dormir, salir un poco al jardín para que el sol nos caliente un poco la tripa, cada uno por su lado y charlar con los amigos, a través de una holoconferencia, si es que nos apetece. Gracias a vuestra visita hemos pensado en hacer algo excepcional. A mí particularmente me hubiera gustado hacer un viaja a las montañas Negras y quedarme una semana o un mes. No mucho más porque me cuesta prescindir del sexo virtual y también del menú que me apetezca, servido al instante. Prométeme que si algún día visitas a los granjeros rebeldes, permitirás que te acompañe.

-Prometido. Si es que alguna vez conseguimos el permiso de “H”. ¿Verdad, Arminido?

-En ello estamos, querida Alierina. Sería un bombazo. Esperemos conseguirlo para el décimo aniversario del programa.

-Mientras subimos al transportador destinado para nosotros, nos acomodados e iniciamos el viaje, bien podrías preguntar a nuestros tertulianos qué piensan de los animales, de este zoo y de la relación de los vantianos con los animales.

-Excelente idea…

-No nos olvidemos de que nosotros también somos animales. No nos olvidemos.

-Bueno Artotis, siempre adelantándose a los acontecimientos y tomando la palabra hasta por las orejas. Ya que ha iniciado el turno sin permiso, termine. Díganos lo que piensa usted al respecto.

-No soy historiador pero parece clara que la relación de la especie omeguiana con el resto de especies ha sido una relación depredadora. Estamos en lo alto de la pirámide y desde allí depredamos todo lo que se nos pone a tiro. A lo largo de nuestra historia eso ha sido una constante. Con la razón o la disculpa de que nosotros somos más inteligentes que el resto de los animales, mucho más, los hemos esclavizado y utilizado para todo lo que se nos ocurrió, comida, mascotas, caza, diversión, productos manufacturados, lo que fuera. Tuvo que llegar el Mesías de Omega en su nave para que las cosas empezaran a cambiar. Luego “H” nos dio algunos datos sobre la inteligencia y consciencia animal y nos sugirió un cambio drástico de comportamiento para con ellos. El comparar su inteligencia artificial, no inferior a la nuestra, según él, y la inteligencia animal, distinta a la nuestra, pero no tan inferior como pensamos, fue una jugada maestra, puesto que nadie podría poner en tela de juicio la inteligencia animal sin poner también la suya. Mi opinión al respecto es clara, somos tan animales como ellos y si hemos alcanzado la cúspide de la pirámide evolutiva se debe en parte a la casualidad y en parte a la intervención de inteligencia extraomeguiana. He sentido curiosidad y he estudiado los archivos de “H” al respecto. Mi humilde conclusión es que nos oculta algo importante. También los archivos sobre la historia-leyenda del Mesías de Omega están manipulados, a mi juicio y tengo poderosas razones para pensar así. Por otra parte me gustan las mascotas y tengo varias, entre ellas una maravillosa caeros, muy cariñosa, que me ayuda a soportar esta vida miserable. Buena parte de mis créditos los empleo en solicitar de “H” que mantenga su entorno con nieve artificial cuando no la hay natural y que siga prolongando el alquiler de unas colinas arboladas donde mi buena caeros, que se llama Caerina, por cierto, pueda disfrutar de la vida a plena satisfacción. No me vendría mal que me subiera usted el sueldo, Arminido, y me facilitara cuantos créditos sobren en la producción del programa. Debido a Caerina resido lejos de Vantis y me gasto mis buenos créditos en los viajes al plató de este programa. Eso deberían pagarlo ustedes. ¿No cree?

-Se hablará a su debido tiempo y fuera del programa. Hoy se ha comportado, ha sido bastante escueto, aunque la mención de sus problemas personales es algo extemporáneo.  Y ahora pasemos a usted, señora Herminiani. ¿Qué piensa de los animales y de la relación que mantienen con ellos los vantianos?

-Soy decidida partidaria de la vuelta a la naturaleza, y por tanto al contacto directo con los animales. Creo que ayudaría a superar ciertos trastornos de conducta, patologías muy preocupantes, que se advierten en Vantis y en Omega en general. A pesar del gran trabajo de “H” curando y reparando físicos y psicologías durante el sueño nocturno, mucho me temo que algunos insidiosos trastornos permanecen y los supuestos cambios en la estructura cerebral que realiza “H”, cuyos detalles ignoro porque se niega a facilitar datos, manteniendo este terreno bajo la etiqueta de secretos de Estado e impidiéndonos a los ciudadanos acceder a ellos, a pesar de la ley de transparencia decretada por nuestro Consejo Planetario, es muy posible que acaben pasándonos una buena factura. Se ha datado en viejos archivos cómo la relación con mascotas mejoraba notablemente la psicología de los omeguianos. Es una pena que tan sabia y sana conducta se haya perdido salvo en algunos casos como el de nuestro compañero Artotis, por quien expreso mi admiración en este caso, y que no sirva de precedente. En cuanto a los animales en sí, soy de los que piensan que si un formato tan paupérrimo como el nuestro, animales estúpidos donde los haya, consiguió alcanzar la evolución que vemos ahora mismo, no veo razón sólida para pensar que se podría conseguir lo mismo y mejor en otros animales de Omega, la mayoría. Por lo que desde aquí propongo  solicitar a “H”, recabando firmas de nuestros holovidentes, que inicie un estudio para elevar la inteligencia y la consciencia de todos los animales, comenzando por enseñarles a hablar el omeguiano, porque ellos tienen su propio idioma, aunque no lo entendamos o queramos entenderlo y ese sería otro paso esencial para mejorar nuestra relación con ellos. Desde aquí propongo un lema para la campaña “más relación con tu mascota y menos lanzar la pelota en el mundo virtual”.  Y creo que esto se podría tratar en un próximo programa. Y creo que…

-Lo siento Herminiani, pero nos piden paso desde el zoo.

 

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