domingo, 8 de abril de 2012

RECEPCIÓN-NATALIA-CONTINUACIÓN





NATALIA. CONTINUACIÓN DE LA ESCENA.

NARRADOR.

De pronto, como si una lucecita se encendiera en su cerebro, sintió el pulso de hacer un acercamiento a Juanito, porque, aunque es un niño muy travieso, ella cree que no es tan malo como aparenta, sino que actúa así porque se siente solo como ella. Pensó que quizá si pudiera vencer el miedo y hablar con él, sería bueno para los dos. Ella podría salir del caparazón mental en el que se encuentra encerrada y ser más extrovertida, y Juanito podría moderarse un poco y perder parte de la soberbia que le domina. El lorito sería el catalizador que acelerase ese acercamiento, y por ende la transformación de dos mentalidades tan contrapuestas. Con mucho miedo, se decidió a contestar.

-Pues... pues... no sé, los animales son imprevisibles. Quizá tu lorito es muy inteligente y muy sensible, se ha apiadado de mí, y por eso ha actuado así.

Natalia esbozó una sonrisa. Juanito la miró con aire de superioridad, pero un tanto confuso por la respuesta de Natalia, decidió seguir simulando ser benévolo, e indagar más el porqué del comportamiento timorato de la niña, ya que, le extrañó mucho la reacción de John Silver, y pensó que quizás Natalia en su mente introvertida tenía algún poder oculto.

-Bueno, sí. Los animales son espontáneos, a veces, pero, no razonan como nosotros. Parece que por alguna extraña razón, le has gustado o tienes algo que la atrae.
-¿Crees... crees, que podríamos ser amigos? Así yo jugaría con él y contigo...

Mientras los niños mantenían esa tímida conversación, sus padres comentaban los problemas de sus hijos que les habían traído a la consulta de la psicóloga.

-Nuestra hija, -comentaban los padres de Natalia- es un cielo pero vive encerrada en sí misma. No sabemos qué hacer para que se relacione con los niños del colegio. Quizá nosotros tenemos parte de las culpas por nuestra manera de ser; tampoco nos relacionamos mucho con las personas de nuestro entorno. –Concluyó el padre de Natalia-.

-Nuestro problema, -comenzó el padre de Juanito- es completamente inverso al vuestro. Juanito es como un torbellino que va arrasando todo cuanto se interpone en su camino. No sabemos cómo conseguir que se adapte a las normas de convivencia establecidas en la sociedad. En el colegio, los niños no quieren jugar con él porque todos le tienen miedo.

Quedaron en silencio. Silencio que interrumpió la madre de Natalia mirando en la dirección de los niños que para sorpresa de todos, seguían conversando, y propuso: Creo que sería conveniente que ustedes y nosotros, con nuestros hijos, hiciéramos algo que sirviera de excusa para reunirnos fuera de la consulta. No sé, una excursión de fin de semana, unas vacaciones...
En ese momento, la psicóloga, que había terminado la consulta con otro paciente, les hizo pasar, para proponerles una terapia de conjunto...
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