jueves, 19 de enero de 2017

LOS HACKERS MATES II





Reconozco que pisé el suelo de la cocina con alivio. Uno nunca sabe si los piratas le van a arrojar a los cocodrilos o van a decidirse por enrolarle en su tripulación. Preparé una bandejita con mis exquisiteces favoritas, aceitunas rellenas de pimiento y unos berberechitos en su salsa, deliciosos. Fue lo primero que probé relamiéndome a continuación en un gesto de gula que no tengo porque ocultar, uno es como es. Me serví una cervecita bien fresca en jarra de cristal, bebí un largo trago hasta que la espuma mojó mi nariz y a continuación golpeé mi pecho con fuerza, pero no excesiva, como hacen al parecer los gorilas. En aquellos momentos yo era un gorila alegre, dispuesto a enfrentarme con el mundo si fuera preciso. Incluso llegué a ensayar el grito de Tarzán, pero no muy fuerte, no fuera que me oyeran los vecinos y mi mala fama se expandiera por toda la ciudad como un reguero de pólvora. Está bien eso de pasarse las normas sociales más elementales por debajo del sobaco, pero solo hasta cierto punto y en tu propia casita, rodeado de paredes. Uno es tonto pero no tanto como para despreciar lo que una moderna sociedad te puede dar, si a cambio hay que hacer el paripé pues se hace y no pasa nada.

Ahora sí que estoy dispuesto a enfrentarme a los terribles hackers o a quien sea. Nada como la barriga llena para afrontar cualquier problema. Encendí otro pitillo, gracias a la maternal vigilancia de los dioses griegos la democracia nos protege de ser espiados en la propia casa, de esta manera te puedes envenenar con un cigarrillo en el hogar de tu propiedad y no ocurre nada, al menos de momento. Estaba haciendo tiempo para que acabaran los anuncios mientras los piratas intentaban llegar a un acuerdo en el chat. ¿Que a ustedes les gustan los anuncios?. Vale, vale, no se preocupen, ahora mismito se los paso a cámara lenta.

“Si usted anda escasito de tiempo no se preocupe, desde su misma casa puede charlar con sus amigos. Acuda a nuestra cafetería-chat, “El Verbo Cálido”. Cinco “crisóstomos” de oro al mejor chat de la Red. Lujosos compartimientos donde usted puede charlar en privado con su amante virtual, pongamos por caso, o con ese amigo indeseable, con ese impresentable, del que usted huye por la calle. Aquí puede dar a la tecla si le molesta, no es lo mismo que una carrera jadeante tratando de despistarle.

“Camareras y camareros diplomados en la mejor academia virtual de la Red. Los más atractivos –sino se lo cree eche un vistazo a nuestros vestuarios- y desde luego los más pacientes y simpáticos que usted pueda encontrar, navegue lo que navegue. Les servimos un surtido muy amplio de esmailis –cada día hay alguna novedad- en bandeja de plata. Si usted no está por la labor hasta le anotan la dirección de sus amigos en su libreta electrónica. Si su autoestima es baja haga una llamada con la campanilla y vendrá en un plis-plás una camarera-rero a su elección con la palabra amable, cariñosa, y un beso virtual en el morro si fuera preciso, a tornillo si lo prefiere, si lo que en realidad necesita es descongelar su autoestima.

“Recuerde Cafeteria-chat “El Verbo Cálido”, lo mejor de la Red, justo entre “Mi Sexo al desnudo” y la librería virtual de escritores noveles donde usted puede adquirir todo lo que necesita si desea hacer penitencia por sus muchos pecados, si su confesor literario virtual le ha castigado duramente”.

“Fábrica de armamento “El Misil Inteligente”, esquina trasera del conocido sexshop “Mi sexo al desnudo”. Todo lo que usted necesita para sus guerras virtuales o reales. Aquí podrá encontrar desde el virus inteligente que no afecta al correo de sus amigos (lleva un microchip que le permite detectar la contraseña que  ponen en la puerta) hasta la pistola real, la tonta, con la que usted puede matar simulando un impredecible accidente a quienquiera que le estorbe. La pistola tonta también sirve de testigo ante S.Sª, al ser interrogado automáticamente se dispara respondiendo: “Soy tonta, soy muy tonta, soy....
“Fábrica de armamento “El Misil Inteligente”, aprobada bajo cuerda por todos y cada uno de los gobiernos del Planeta. No tenga miedo de que un patrullero encuentre el cargamento en el Indico y lo secuestre. Una contraseña infrarroja permitirá al agresor detectar que se trata de un contrabando de armas amigo.

“Fábrica de armamento “El Misil Inteligente”, lo mejor a su alcance y muy barato. Tarjeta VISO ORO, AMERICAN GIGOLO GOLD, y todas, todas aquellas que lleven un dibujito por la parte de atrás, un precioso lingote de oro que sirve de contraseña”.



Bien amigos, eso es todo por hoy en cuanto a publicidad. Mañana, queridos internautas amantes de la publicidad, tendrán otra remesa. Recuerden que aquí se anuncian todas, toditas las páginas Web de la Red. Tenemos para rato.

Con una sesión tan larga casi me dio tiempo a vaciar la despensa que fui llevando bandeja tras bandeja hasta mi cubículo internáutico. Después de trasegar otro rico berberechito observé que la reunión en el chat había llegado a su fin.  Los caballos rebeldes habían sido derrotados. ¡Qué alegría! Odio a todos los caballos ajedrecísticos, blancos, negros, amarillos o cobrizos.

La reina blanca me estaba hablando, introduje una patata frita en la boca y me dispuse a contestar.

>>Hola cariño, soy la plenipotenciaria, tú ya sabes... Quiero que me digas con tus deditos de piñón, bien apretaditos contra las teclitas todo lo que se te ocurra. Eres un internauta inteligente y te resultará fácil admitir que estás en nuestros ratones, ¿verdad cariño?

>>Hola reina mora (perdón, en qué estaría yo pensando), quiero decir reina blanca. Que te adoro, saca tus teclitas que quiero acariciarte la manita. Por cierto que sois vosotros los que estáis en el rabo de mi ratoncito. No es por nada pero os tengo prisioneros  en el chat, no podríais abrir la puerta ni con el mejor comando-ganzúa del mercado.

Probaron una y otra vez para terminar descubriendo que mi fantasmada era cierta. No me sorprendió en absoluto porque cada vez que le doy a una teclita lo jodo todo –con perdón- y con mi patatita en la boca había tocado nada menos que cinco veces al intro, no debía quedar nada vivo en las entrañas del ordenador.

>>Veo que eres más listo de lo que pensábamos. Peón rey negro tenía razón. ¿Qué quieres a cambio de dejarnos partir?

>>Te quiero a ti, reina mora (¡joer con los lapsus-teclae!), quiero decir reina blanca. Como mínimo quiero disculpas y como máximo un video tuyo en la ducha y sin censura, nada de censura. Mientras va llegando el archivo puedes decirme cariñitos, ponte mimosona mi reinona.

>>Soy tu amiga, todos somos tus amigos, candor de la Red. Hasta el rey negro lo es, te lo juro, te lo juro, cariño. Todos te queremos mucho. En cuanto al video lo lamento de veras pero puede que te llevaras una gran decepción, en la Red nada es lo que parece.

>>¿Ah sí?. Pues entonces quiero que me admitáis en la panda y de ahí no rebajo ni media tecla. Seré el peón negro de la esquina derecha.

>>¿Por qué precisamente esa pieza, mi amor?. Aunque se trata de un simple peón dice rey negro que todos los miembros de los Hackers Mates han hecho méritos más que suficientes para formar parte de la tripulación de este barco pirata. ¿Qué méritos has hecho tu?

>>¿Os parece poco el mérito de encerrar a todo el mundo en el chat sin posibilidad de escape?

>>Es cierto, mi vidita, mi candorosito internautita preferido.. El rey Negro está de acuerdo. Te doy la contraseña-abrelo-todo y te nombro oficialmente el peón de la esquina. Ahora ábrenos mientras me respondes a la pregunta que no me has contestado.

>>Está bien, te lo diré. Lo he escogido porque es el peón que se va a comer a la reina blanca y ahora saca tu lenguita a través del “intro” que te doy un besito.

Lo hizo, pasé mi lengua llena de exquisitas excrecencias por el ”intro” y milagro de la técnica, el chat abrió su puerta con un chirridito que hizo latir mi corazón.


Continuó latiendo mientras acariciaba las teclas de mi nueva enamorada. Sabía que eran suyas y no de cualquier otro hacker por la suavidad de su tacto y lo electrizante de sus descargas discontinuas. Como en un código morse sus teclas me iban diciendo: “te amo, candoroso internautita, seré tuya en cuanto el voltaje suba lo suficiente, entonces, transformada en electricidad pura recorreré en un instante la increíble distancia espacial que nos separa hasta llegar a tu adorable ratón”.

Me retorcía de placer entre aceitunita y berberechito sin darme cuenta que con su irresistible estrategia seductora me iba sacando toda la información a través de la yema de mis dedos. Llegó un momento en que en su teclado se hizo el silencio y las yemitas de mis dedos se retiraron, muy decepcionadas, del contacto con las teclas.

>>Candoroso internauta, has caído tontamente en la trampa más vieja de la historia. Nadie como reina blanca para electrizar a internautas candorosos. Ni siquiera yo, el Rey Negro, soy capaz de electrizar de la misma forma a las candorosas internautitas que caen en el círculo virtual de mi ratón. Ahora que lo sabemos todo de ti y de tu familia y de tus amigos y de tus contribuciones a Hacienda y de tu jefe y de tus amantes y de los amantes de tu mujer y del colegio de tus nenes y de la marca de tus slips. Ahora, ahora estás en nuestras garras. Date por vencido romántico pacato y atolondrado. Entréganos tu ratón.

>>Mi ratón nunca, piratas. Os ofrezco un pacto, antes de que sea demasiado tarde y de otra vez al “joio intro”. Si os venzo esta vez nada de tretas ni siquiera las de la Reina Blanca. Me aceptaréis en vuestra banda, me enseñaréis todo lo necesario y me dejaréis ser el peón negro de la esquina izquierda y cuando me apetezca me enrollaré con Reina Blanca. ¿Hecho?

>>Hecho. ¿Pero porqué precisamente ese maldito peón?

>>Es un as que me guardo en la manga para mejores ocasiones.

Ellos pensaban que después de tanto tecleo sin que ocurriese nada especial estaban a salvo de mis zarpas, que todo había sido culpa de uno de los numerosos fallos de nuestros maravillosos sistemas operativos. Pero yo sabía que aquello no era otra cosa que el arcoiris entre tormenta y tormenta. Efectivamente una banderita resbaló del frasco de cristal, se escurrió entre mis dedos grasientos y fue a dar con la puntita en el “intro” y otra vez se jodió todo- sin perdón-. Los hacker mates quedaron encerrados en una trampa tan sutil que ni ellos mismos eran capaces de percibir los barrotes de su nueva cárcel. Se me rindieron con armas y bagajes, me aceptaron en los Hackers Mates, la ilusión de mi vida, como peón negro de la esquinita derecha y casi quisieron hacerme el jefe de la panda, pero yo no acepté, era consciente de mis limitaciones.

Ahora quedaba lo pero ¿cómo conseguir librar a mis nuevos colegas de su cárcel inconsutil?...Joio intro... o enter o como se diga, pero qué joio.







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