Reconozco que pisé el suelo de la
cocina con alivio. Uno nunca sabe si los piratas le van a arrojar a los
cocodrilos o van a decidirse por enrolarle en su tripulación. Preparé una
bandejita con mis exquisiteces favoritas, aceitunas rellenas de pimiento y unos
berberechitos en su salsa, deliciosos. Fue lo primero que probé relamiéndome a
continuación en un gesto de gula que no tengo porque ocultar, uno es como es.
Me serví una cervecita bien fresca en jarra de cristal, bebí un largo trago
hasta que la espuma mojó mi nariz y a continuación golpeé mi pecho con fuerza,
pero no excesiva, como hacen al parecer los gorilas. En aquellos momentos yo
era un gorila alegre, dispuesto a enfrentarme con el mundo si fuera preciso.
Incluso llegué a ensayar el grito de Tarzán, pero no muy fuerte, no fuera que
me oyeran los vecinos y mi mala fama se expandiera por toda la ciudad como un
reguero de pólvora. Está bien eso de pasarse las normas sociales más
elementales por debajo del sobaco, pero solo hasta cierto punto y en tu propia
casita, rodeado de paredes. Uno es tonto pero no tanto como para despreciar lo
que una moderna sociedad te puede dar, si a cambio hay que hacer el paripé pues
se hace y no pasa nada.
Ahora
sí que estoy dispuesto a enfrentarme a los terribles hackers o a quien sea.
Nada como la barriga llena para afrontar cualquier problema. Encendí otro
pitillo, gracias a la maternal vigilancia de los dioses griegos la democracia
nos protege de ser espiados en la propia casa, de esta manera te puedes
envenenar con un cigarrillo en el hogar de tu propiedad y no ocurre nada, al
menos de momento. Estaba haciendo tiempo para que acabaran los anuncios
mientras los piratas intentaban llegar a un acuerdo en el chat. ¿Que a ustedes
les gustan los anuncios?. Vale, vale, no se preocupen, ahora mismito se los
paso a cámara lenta.
“Si
usted anda escasito de tiempo no se preocupe, desde su misma casa puede charlar
con sus amigos. Acuda a nuestra cafetería-chat, “El Verbo Cálido”. Cinco
“crisóstomos” de oro al mejor chat de la Red. Lujosos compartimientos donde
usted puede charlar en privado con su amante virtual, pongamos por caso, o con
ese amigo indeseable, con ese impresentable, del que usted huye por la calle.
Aquí puede dar a la tecla si le molesta, no es lo mismo que una carrera
jadeante tratando de despistarle.
“Camareras
y camareros diplomados en la mejor academia virtual de la Red. Los más
atractivos –sino se lo cree eche un vistazo a nuestros vestuarios- y desde
luego los más pacientes y simpáticos que usted pueda encontrar, navegue lo que
navegue. Les servimos un surtido muy amplio de esmailis –cada día hay alguna
novedad- en bandeja de plata. Si usted no está por la labor hasta le anotan la
dirección de sus amigos en su libreta electrónica. Si su autoestima es baja haga
una llamada con la campanilla y vendrá en un plis-plás una camarera-rero a su
elección con la palabra amable, cariñosa, y un beso virtual en el morro si
fuera preciso, a tornillo si lo prefiere, si lo que en realidad necesita es
descongelar su autoestima.
“Recuerde
Cafeteria-chat “El Verbo Cálido”, lo mejor de la Red, justo entre “Mi Sexo al
desnudo” y la librería virtual de escritores noveles donde usted puede adquirir
todo lo que necesita si desea hacer penitencia por sus muchos pecados, si su
confesor literario virtual le ha castigado duramente”.
“Fábrica
de armamento “El Misil Inteligente”, esquina trasera del conocido sexshop “Mi
sexo al desnudo”. Todo lo que usted necesita para sus guerras virtuales o
reales. Aquí podrá encontrar desde el virus inteligente que no afecta al correo
de sus amigos (lleva un microchip que le permite detectar la contraseña
que ponen en la puerta) hasta la pistola
real, la tonta, con la que usted puede matar simulando un impredecible accidente
a quienquiera que le estorbe. La pistola tonta también sirve de testigo ante
S.Sª, al ser interrogado automáticamente se dispara respondiendo: “Soy tonta,
soy muy tonta, soy....
”
“Fábrica
de armamento “El Misil Inteligente”, aprobada bajo cuerda por todos y cada uno
de los gobiernos del Planeta. No tenga miedo de que un patrullero encuentre el
cargamento en el Indico y lo secuestre. Una contraseña infrarroja permitirá al
agresor detectar que se trata de un contrabando de armas amigo.
“Fábrica
de armamento “El Misil Inteligente”, lo mejor a su alcance y muy barato.
Tarjeta VISO ORO, AMERICAN GIGOLO GOLD, y todas, todas aquellas que lleven un
dibujito por la parte de atrás, un precioso lingote de oro que sirve de
contraseña”.
Bien
amigos, eso es todo por hoy en cuanto a publicidad. Mañana, queridos
internautas amantes de la publicidad, tendrán otra remesa. Recuerden que aquí
se anuncian todas, toditas las páginas Web de la Red. Tenemos para rato.
Con
una sesión tan larga casi me dio tiempo a vaciar la despensa que fui llevando
bandeja tras bandeja hasta mi cubículo internáutico. Después de trasegar otro
rico berberechito observé que la reunión en el chat había llegado a su
fin. Los caballos rebeldes habían sido
derrotados. ¡Qué alegría! Odio a todos los caballos ajedrecísticos, blancos,
negros, amarillos o cobrizos.
La
reina blanca me estaba hablando, introduje una patata frita en la boca y me
dispuse a contestar.
>>Hola
cariño, soy la plenipotenciaria, tú ya sabes... Quiero que me digas con tus
deditos de piñón, bien apretaditos contra las teclitas todo lo que se te
ocurra. Eres un internauta inteligente y te resultará fácil admitir que estás
en nuestros ratones, ¿verdad cariño?
>>Hola
reina mora (perdón, en qué estaría yo pensando), quiero decir reina blanca. Que
te adoro, saca tus teclitas que quiero acariciarte la manita. Por cierto que
sois vosotros los que estáis en el rabo de mi ratoncito. No es por nada pero os
tengo prisioneros en el chat, no
podríais abrir la puerta ni con el mejor comando-ganzúa del mercado.
Probaron
una y otra vez para terminar descubriendo que mi fantasmada era cierta. No me
sorprendió en absoluto porque cada vez que le doy a una teclita lo jodo todo
–con perdón- y con mi patatita en la boca había tocado nada menos que cinco
veces al intro, no debía quedar nada vivo en las entrañas del ordenador.
>>Veo
que eres más listo de lo que pensábamos. Peón rey negro tenía razón. ¿Qué
quieres a cambio de dejarnos partir?
>>Te
quiero a ti, reina mora (¡joer con los lapsus-teclae!), quiero decir reina
blanca. Como mínimo quiero disculpas y como máximo un video tuyo en la ducha y
sin censura, nada de censura. Mientras va llegando el archivo puedes decirme
cariñitos, ponte mimosona mi reinona.
>>Soy
tu amiga, todos somos tus amigos, candor de la Red. Hasta el rey negro lo es,
te lo juro, te lo juro, cariño. Todos te queremos mucho. En cuanto al video lo
lamento de veras pero puede que te llevaras una gran decepción, en la Red nada
es lo que parece.
>>¿Ah
sí?. Pues entonces quiero que me admitáis en la panda y de ahí no rebajo ni
media tecla. Seré el peón negro de la esquina derecha.
>>¿Por
qué precisamente esa pieza, mi amor?. Aunque se trata de un simple peón dice
rey negro que todos los miembros de los Hackers Mates han hecho méritos más que
suficientes para formar parte de la tripulación de este barco pirata. ¿Qué
méritos has hecho tu?
>>¿Os
parece poco el mérito de encerrar a todo el mundo en el chat sin posibilidad de
escape?
>>Es
cierto, mi vidita, mi candorosito internautita preferido.. El rey Negro está de
acuerdo. Te doy la contraseña-abrelo-todo y te nombro oficialmente el peón de
la esquina. Ahora ábrenos mientras me respondes a la pregunta que no me has
contestado.
>>Está
bien, te lo diré. Lo he escogido porque es el peón que se va a comer a la reina
blanca y ahora saca tu lenguita a través del “intro” que te doy un besito.
Lo
hizo, pasé mi lengua llena de exquisitas excrecencias por el ”intro” y milagro
de la técnica, el chat abrió su puerta con un chirridito que hizo latir mi
corazón.
Continuó
latiendo mientras acariciaba las teclas de mi nueva enamorada. Sabía que eran
suyas y no de cualquier otro hacker por la suavidad de su tacto y lo
electrizante de sus descargas discontinuas. Como en un código morse sus teclas
me iban diciendo: “te amo, candoroso internautita, seré tuya en cuanto el
voltaje suba lo suficiente, entonces, transformada en electricidad pura
recorreré en un instante la increíble distancia espacial que nos separa hasta
llegar a tu adorable ratón”.
Me
retorcía de placer entre aceitunita y berberechito sin darme cuenta que con su
irresistible estrategia seductora me iba sacando toda la información a través
de la yema de mis dedos. Llegó un momento en que en su teclado se hizo el
silencio y las yemitas de mis dedos se retiraron, muy decepcionadas, del
contacto con las teclas.
>>Candoroso
internauta, has caído tontamente en la trampa más vieja de la historia. Nadie
como reina blanca para electrizar a internautas candorosos. Ni siquiera yo, el
Rey Negro, soy capaz de electrizar de la misma forma a las candorosas
internautitas que caen en el círculo virtual de mi ratón. Ahora que lo sabemos
todo de ti y de tu familia y de tus amigos y de tus contribuciones a Hacienda y
de tu jefe y de tus amantes y de los amantes de tu mujer y del colegio de tus
nenes y de la marca de tus slips. Ahora, ahora estás en nuestras garras. Date
por vencido romántico pacato y atolondrado. Entréganos tu ratón.
>>Mi
ratón nunca, piratas. Os ofrezco un pacto, antes de que sea demasiado tarde y
de otra vez al “joio intro”. Si os venzo esta vez nada de tretas ni siquiera
las de la Reina Blanca. Me aceptaréis en vuestra banda, me enseñaréis todo lo
necesario y me dejaréis ser el peón negro de la esquina izquierda y cuando me
apetezca me enrollaré con Reina Blanca. ¿Hecho?
>>Hecho.
¿Pero porqué precisamente ese maldito peón?
>>Es
un as que me guardo en la manga para mejores ocasiones.
Ellos
pensaban que después de tanto tecleo sin que ocurriese nada especial estaban a
salvo de mis zarpas, que todo había sido culpa de uno de los numerosos fallos
de nuestros maravillosos sistemas operativos. Pero yo sabía que aquello no era
otra cosa que el arcoiris entre tormenta y tormenta. Efectivamente una banderita
resbaló del frasco de cristal, se escurrió entre mis dedos grasientos y fue a
dar con la puntita en el “intro” y otra vez se jodió todo- sin perdón-. Los
hacker mates quedaron encerrados en una trampa tan sutil que ni ellos mismos
eran capaces de percibir los barrotes de su nueva cárcel. Se me rindieron con
armas y bagajes, me aceptaron en los Hackers Mates, la ilusión de mi vida, como
peón negro de la esquinita derecha y casi quisieron hacerme el jefe de la
panda, pero yo no acepté, era consciente de mis limitaciones.
Ahora
quedaba lo pero ¿cómo conseguir librar a mis nuevos colegas de su cárcel
inconsutil?...Joio intro... o enter o como se diga, pero qué joio.
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