Y proseguimos, también con la serie de besos que me estaban
excitando un poquito a pesar de ser por la mañana y de la noche que había
tenido. Me hubiera sentido tentado de pedirle que nos tomáramos un descanso de
no haber sido porque en aquella aburridísima película de durmientes, pasada a
toda prisa, apareció de pronto un personaje que me hipnotizó. Tuve que pedirle
a Heather que se relajara un poco mientras yo me centraba en lo que estaba
pasando en la grabación. Se trataba del Sr. Múltiple personalidad y su actuación
nocturna poco tenía que envidiar a la diurna. Cada cinco o diez minutos el
pobre hombre sufría una sacudida o espasmo, se quitaba la ropa de encima a
patadas, se levantaba e iniciaba un deambular tan peculiar por su habitación
que me costó encontrar un patrón, mejor dicho lo creí encontrar aunque luego
mis esquemas se vinieron abajo ante la ruptura brutal que supuso la
intervención de alguna de sus múltiples personalidades. También tardé en
advertir que no estaba despierto sino sonámbulo. Fue su peculiar monólogo con
las voces de cada uno de sus personajes lo que me hizo advertir la diferencia
con sus actuaciones diurnas. Como la intensidad de su voz decrecía en algunos
momentos no tuve otra opción que pedirle a mi cariñosa compañera que me echara
una mano. Le pedí que buscara otra silla y se sentara a mi lado. En cuanto echó
un vistazo al monitor lo comprendió.
-Ya veo que te ha hipnotizado. Te puede parecer algo tan
insólito que te pasarías las noches observándolo, pero te aseguro que acabarías
muy pronto aburrido. Al cabo de un tiempo, para encontrar algo nuevo que
mereciera la pena habría que ponerle un montón de guionistas de Hollywood
trabajando a destajo.
-¿Quieres decir que ya lo habéis hecho vosotros? ¿Le habéis
observado durante varias noches completas?
-De eso hace ya tanto tiempo que ni nos acordamos. Al
principio fue un espectáculo circense. Nos pasábamos la noche entera observando
su deambular y sus monólogos. Luego no teníamos tiempo para hacer el preceptivo
informe completo al dejar el turno. Claro que tú no lo sabes, pero hay una
especie de cuaderno de bitácora en el que anotamos lo ocurrido durante la noche
en los dormitorios de cada paciente. Eso lleva mucho trabajo, mucho tiempo,
sobre todo porque nos tenemos que cerciorar de que todos siguen vivos al
despertar. Cualquier otro incidente carece de importancia y podría ser ocultado
sin mucha dificultad, pero imagínate que en una habitación aparece el cadáver
de un huésped que ha muerto de muerte natural o se ha suicidado, eso sí de forma
muy creativa porque los protocolos son muy estrictos y nadie tiene en su
dormitorio nada que pueda utilizar para quitarse la vida y tampoco lo podría
introducir si lo consiguiera en algún lugar de Crazyworld. De eso se encarga la
señorita Ruth, que les cachea sin contemplaciones antes de encerrarles en sus
habitaciones.
-¿Quieres decir que les encierra a todos, no solo a mí?
-Jajá. Ya veo que te ha gastado la bromita de bautismo que
hace con todos los nuevos. En realidad cierra todas las puertas… Bueno, no
todas, porque ella es muy suya. Existe un protocolo que divide a los pacientes
en clases, A,B y C para las noches. A los pacientes A hay que cerrarles la
puerta del dormitorio todas las noches, son los problemáticos, los que gustan
de salir de su dormitorio para colarse en otros, y no solo con fines sexuales,
los hay que sufren de una curiosidad morbosa, patológica, y quieren saber cómo
duermen los demás, otros sufren de insomnio crónico y gustan de recorrer el
edificio –porque no pueden salir al exterior, la puerta queda cerrada
herméticamente con un sofisticado sistema de seguridad- imaginando que van a
encontrar toda clase de cosas extrañas…
-Oye, una cosa. ¿No sería más fácil medicarlos para que se
pasaran la noche durmiendo como marmotas?
-Tienes razón, pero el doctor Sun no es muy partidario de la
medicación, prefiere otras terapias que no anulen sus experimentos con el
subconsciente colectivo. Ha dado orden de que les encierren durante la noche en
lugar de dormirles como vegetales. Salvo casos raros, uno de ellos tu amigo
Jimmy, a quien durante un tiempo le dio medicación para dormir a un elefante,
la mayoría de los A no reciben pastillas especiales para dormir. Ese cabroncete
de Jimmy es tan peculiar que ni siquiera la medicación le hacía dormir, es un
hiperactivo de otra galaxia, no para quieto, ni durante el día ni durante la
noche. Además es la cobaya preferida de Sun, por lo visto cuando logra
hipnotizarle, no siempre, se abre como un mejillón al vapor. Pues bien, la
medicación nocturna cerraba todas las puertas a su subconsciente, así que dejó
de medicarle. Y siguiendo con los grupos. Los del B están en periodo de prueba,
les han pillado deambulando por ahí por la noche y han prometido no volver a
hacerlo. Se les deja la puerta abierta o cerrada aleatoriamente y se controla
su comportamiento. Los del grupo C tienen la puerta abierta habitualmente,
salvo que se porten mal y entonces pasan directamente al A y tras un periodo al
B.
-¿Y quién les controla? ¿Vosotros?
-Bueno, la señorita Ruth termina la jornada en cuanto los ha
cacheado a todos y metido en sus habitaciones, con la puerta abierta o cerrada.
Como te he dicho es muy especial y se pasa el protocolo de Sun por la
entrepierna.
-¿Y el director dio su consentimiento a la memez de Sun?
-Tanto él como el difunto director tenían absoluta confianza
en la señorita Ruth, les quita mucho y preocupaciones. Salvo que alguien se
queje la dejaban a su aire. Y nadie se queja por la cuenta que le trae, claro.
-¿Duerme aquí?
-No, está prohibido que el personal duerma en este edificio,
salvo los que estamos en el centro de seguridad y no nos dormimos, al menos
habitualmente. Ella tiene su propio apartamento en el edificio correspondiente
que te habrá enseñado Jimmy o si no lo hará en su momento. Como muy tarde a las
doce tiene que estar fuera de aquí. Ficha como fichamos todos, así que no le
queda otra.
-¿Hay cámaras en su apartamento?
-Como en todos, pero las grabaciones se borran a las
cuarenta y ocho horas, salvo que haya ocurrido algo que aconseje su revisión.
Ni siquiera a nosotros se nos permite espiarles durante la noche. No son
enfermos y las cámaras solo están para solucionar algún entuerto que se pueda
producir.
-¿Eso quiere decir que la grabación de anoche se puede
consultar?
-Sí. ¿No pensarás que ha sido ella? Es una cacatúa
insoportable, una puritana de tres al cuarto y sufre unas patologías que la
convertirían en paciente en otro sitio, pero el doctor Sun es como es.
-Vale, pero me gustaría ver la grabación luego para
descartarla. Dime, ¿conoces a otra mujer que se la tuviera jurada al director?
-Ella no, desde luego, vivía a lo grande con él y lo peor
que podría pasarle es que viniera otro director, como sucederá ahora. En cuanto
a mujeres que quisieran castrarlo, como mínimo, creo que todas, incluida yo.
-¿Intentó propasarte contigo?
-Vaya, veo que Jimmy te lo cuenta todo, y lo que no te ha
contado es porque no ha tenido tiempo. Sí, tenía fama de pervertido y
miserable, pero sobre todo era un cobarde. Conmigo ni lo intentó. Tenía que
saber que podría haberle reventado los huevos con mi revolver. No sé con
cuántas lo intentó ni con cuántas tuvo éxito, pero que busques por ahí me
parece un acierto. Yo misma lo haría si estuviera a cargo de la investigación.
-¿Tienes idea de por qué le ha encargado a Jimmy la
investigación? Es algo que no tiene ni pies ni cabeza.
-Sabe que El Pecas está al tanto de todo y que le ayudará a
cambio de ciertas libertades que él le concederá encantado. Sun tiene tanto miedo de quedarse sin trabajo
y perder este laboratorio tan perfecto para sus investigaciones del
subconsciente colectivo, que se dejaría castrar como castigo si le dejaran
quedarse aquí, pero el millonario Mr. Arkadin es muy suyo y si no le ofrece la
cabeza del asesino o asesina en bandeja de plata es muy posible que lo mande a
la luna de una patada. No se fía de los guardias de seguridad porque cree que
entre ellos puede estar el asesino. El director nos trataba a patadas. En ese
sentido creo que hace bien.
-Perdona que saque el tema. Te voy a hacer una pregunta, si
no quieres contestarla no lo hagas. ¿Cómo es posible que Kathy campe a sus
anchas de noche? ¿Es que no duerme en este edificio o no cierran su puerta por
la noche?
-No sé por qué piensas que me puede molestar hablar de ella.
Es cierto que no me cae precisamente simpática, pero no estoy celosa ni la
odio. Aquí no se podría vivir si solo
nos relacionáramos con los que afuera llaman personas normales o con quienes
nos resultan simpáticos. Aquí nadie es normal y si lo fuera se le quitaría ese
problema en unos días, como te está ocurriendo a ti. Seguro que anoche encontró
la forma de entrar en tu habitación y te mantuvo muy ocupado todo el tiempo.
Nadie se lo puede impedir. Probará a cualquier hombre nuevo que entre antes que
el resto de mujeres de Crazyworld y todos quedarán sometidos a sus encantos.
Aquí todo el mundo sabe de su extraña monstruosidad. No hay secretos en
Crazyworld. Si tú no te opones hoy te probaré yo. No veo por qué iba a odiar a
Kathy por eso. En cuanto a tu curiosidad, imagino que ella también te habrá
contado su vida o parte de ella. Lo hace con todos. Sabrás que estuvo en un
circo donde aprendió toda clase de triquiñuelas y convirtió su cuerpo en tan
felino como una gata y tan flexible como un junco. Sabe todo sobre este lugar,
lo mismo que Jimmy. Por cierto que hacen una buena pareja, es una pena que se
lleven tan mal. Nos dejarían a los demás en paz y nuestra vida sería mucho más
relajado, sino feliz, porque no se puede ser feliz en el infierno. Kathy tiene
su dormitorio aquí, como todos los pacientes y está en la clase A, nunca ha
salido de ella. Todas las noches la señorita Ruth cierra su puerta y le da
tantas vueltas a la llave como le deja la cerradura, pero es inútil, lo mismo
daría que la dejara abierta de par en par. Kathy sabe de cerrajería, como el
mejor cerrajero, también puede colarse a través de los barrotes de su ventana,
la única que los tiene, como habrás observado. Y si la tapiaran saldría por el
techo o encontraría la forma de hacer un agujero. El director y el doctor Sun
se dieron por vencidos hace ya mucho tiempo…
-Por cierto, perdona que te interrumpa, ¿también se ha
acostado Kathy con el doctor Sun y el difunto director?
-Buena pregunta. Nadie lo sabe a ciencia cierta porque nadie
los ha visto en la faena, pero yo juraría que sí lo hizo con el doctor Sun que
estuvo una temporada sin hablar del subconsciente colectivo, y eso solo es
posible si algo muy gordo trastocó su vida. No se me ocurre algo más traumático
que tener sexo con Kathy toda una noche. En cuanto al director…Ahí no me atrevo
a jurar nada. Pienso que tal vez sea el único hombre con el que Kathy no se ha
acostado y que haya estado cerca de ella. Sí, puedes pensar que quiero
convertirla en sospechosa, pero es al contrario. Que el director le haya repugnado
tanto como para pasar olímpicamente de él solo significa que su gusto por los hombres no se ha deteriorado del todo.
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