domingo, 21 de abril de 2024

LA CANTANTE DE LA TROPICANA II

 


LA CANTANTE DE LA TROPICANA II














Dicen

Autor: Cecilia Santisteban Sánchez

Mis pasos incrusto en murallas de silencios,
escarchas, soledad sucumben,
mar sin dueño.

Qué cadenas de miedo enrejan mi piel,
amor como olas
en destierro eterno.

Mi tiempo se pierde entre ovillos,
mi sonrisa es muerte,
lejana está mi sonrisa.

Dicen, sólo dicen.
©sally04





Una mujer camina sin prisas en la madrugada, taconea en ritmo sincopado como una orquestina de jazz. Las calles están desiertas y un poco húmedas, el cielo aparece ligeramente cubierto antes de la aurora. Al pasar frente a una farola un viejo cliente de la Tropicana, que permanece muchas noches escondido en una mesa tras una columna, enciendo un pitillo y a su luz reconoce el rostro de Sally la cantante de baladas, de blues rasgados por el desamor, de melancólicas canciones que no pueden ser atrapadas en genero alguno.

Ella no percibe su presencia enfrascada como está en canturrear en voz baja una nueva canción. Si quiero… Hay algo en la canción que hace estremecer al viejo cliente anónimo. Hay fuego en esta música y soledad en la voz desgarrada y rebeldía… y la ilusión latiendo en cada nota.

La mujer se va alejando pero el hombre en la sombra tiene tiempo de oír el estribillo final. No quiero que me condene el tiempo.

Mañana volverá a la Tropicana para escuchar esa canción con la vieja orquesta que acompaña a Sally todas las noches. Le fascina esta mujer, esta voz en la noche, ha mejorado mucho desde la primera vez que oyó su voz en la noche cubana, ha madurado, se ha hecho más profunda, hay más tensión en sus trinos y sobre todo parece tener muy claro que no es bueno que el hombre esté solo como decía el título de una vieja película.


Arroja la colilla al suelo y enciende otro. La mujer está ya muy lejos. El hombre en la sombra piensa que esta cantante llegará lejos pero no la querría ver en Las Vegas entre el ruido de las máquinas tragaperras y las miradas de los mafiosos al fondo vigilando el cash...

Slictik

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