martes, 12 de enero de 2021

UN DÍA EN LA VIDA DE UNA FAMILIA VANTIANA VIII

 


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-Muy amados holovisores. Ya estamos de vuelta. No ha sido mucho tiempo, el justo y necesario para que ustedes conozcan los productos y mercancías que muchos de ustedes consumen, de otra forma no se entendería que estuvieran viendo este canal y no los otros, generados por esa increíble e implacable IA, que nos da todo sin pedir nada, o casi nada, sin duda mucho más divertidos, pero artificiales, muy artificiales. Ustedes están aquí porque comulgan con una forma de vida, con una filosofía de la vida, que pretende hacernos activos, creativos, con la que podemos sentirnos vivos, amos de nuestros destinos y no unas mascotas apáticas, pasivas, siempre con la boca abierta para que nuestro amado amo nos la llene de comidita rica, para que llene nuestros cerebritos de estímulos que nos hagan sentir que participamos en algo, en algo importante. Nuestro canal necesita de sus créditos para todo aquello que no nos proporciona nuestro adorable “H”, que pone la infraestructura, la logística, este plató y algunas cosillas más, pero que no suministra presentadores, es decir yo y Alirina, tertulianos, guionistas, productores y todo el personal que necesita un canal de holovisión, mucho personal que tiene que comer productos naturales y no esa basura con forma de comida que teletrasporta “H”. Bien, todo este largo discurso viene a cuento porque Alirina y sus anfitriones necesitan tiempo para preparar su salida, creo que van a visitar primero el zoo, si los planes no se han modificado.  Como aún necesitan más tiempo voy a dar paso a los amables tertulianos que comparten con nosotros este día especial. Cada uno tendrá un minuto para opinar respecto a lo que hemos visto y oído. No más de un minuto, porque los holovisores están hartos de discursos y quieren acción.

-Soy Artotis y me gustaría empezar hablando de…

-Adelante Sr. Artotis, no me ha pedido permiso y mi intención era empezar por el otro lado de la mesa, pero como ya ha empezado y como es imposible pararle, continúe, continúe…

-Pues continúo. Como decía me gustaría hablar del secretismo de “H” respecto a la comida y a todo en general. ¿Alguien sabe qué estamos comiendo cuando pedimos un menú que nuestra IA teletrasporta hasta nuestro monolito en el centro de nuestros hogares? No, nadie lo sabe. Que no son productos naturales lo sabe hasta el gato. No hay en todo el planeta suficientes tierras de cultivo para que “H” pueda teletrasportarlos hacia alguna factoría recóndita, procesarlos y luego volver a teletrasportarlos hasta nuestros hogares. Ni siquiera aunque comprara toda la cosecha a los granjeros de las montañas Negras. Ni siquiera. Y miren bien lo que digo, porque hasta eso sería posible. Y no es una de las fake news de sus programas de cotilleo, no, porque nadie sabe lo que es capaz de tramar esta astuta y manipuladora IA. Sí, ya sé lo que me van a decir, que no tendría la menor lógica. ¿En qué les pagaría “H”? No en créditos que no podrían utilizar para nada. Pero tal vez les esté suministrando maquinaria moderna para sus cultivos. Sí, ya sé que ellos han renunciado a todo lo que no sea natural y lo han jurado y han hecho de ello su religión, pero quién puede fiarse de quién en este mundo traidor. Nadie. Demos por supuesto que los productos de que se componen nuestros menús no son naturales. ¿Entonces qué son? ¿De dónde vienen? ¿De minerales procesados en sus laboratorios? ¿De la mierda de nuestros retretes? Porque también la hace desaparecer sin que sepamos cómo.

-Artotis. Ha pasado usted todas las rayas, se ha pasado de tiempo, su grosería no tiene límites y los holovisores interactivos comienzan a mostrar su disgusto con usted. No tiene la palabra y se puede ir a la cafetería a tomar un café y deje los créditos correspondientes, que tiene fama de rácano.

-Me iré, pero volveré. Sus métodos para echarme del programa no funcionarán.

-Bien. Tiene usted la palabra, señora Arminiani.

-El Sr. Artotis es muy basto, como sabemos todos, pero no deja de tener razón en ciertas cosas. No sabemos nada de nuestra I.A. Es un misterio desde que Helenio de Moroni la despertó y tomó el control de nuestras vidas. Debería invitar a algún experto en inteligencia artificial, Arminido, para que nos explicara por qué no podemos pedir explicaciones a “H” sobre todo lo que hace con nuestras vidas y por qué nadie le controla. Ahora mismo, por ejemplo, está iniciando su propaganda para la campaña electoral de nuevo presidente del Consejo Planetario de Omega. Se dice que nuestra IA ya tiene un candidato. Un tal Ermantis, un joven por destetar, que además vino, según mis noticias, de las Montañas Negras  con intención de cargarse al bueno de “H”, echándole la culpa de la muerte de su padre, un desgraciado accidente, como sabemos todos. Pues bien, al parecer ha conseguido convencerle de que nada tuvo que ver en su muerte y le está educando para hacerse cargo del Consejo. Nunca un presidente fue tan joven e inexperto. La supuesta democracia en nuestra sociedad no es tal, el Consejo Planetario está mangoneado por “H” la prueba será evidente cuando todos los ciudadanos voten a su candidato. ¿Quién controla a nuestra IA? Esa es una buena pregunta. ¿No le parece, Arminido?

-Es un buen tema para un próximo programa, Sra. Arminiani. En cuanto a un experto en Inteligencia Artificial será complicado de encontrar ya que la facultad de Ingeniería de IAs está casi despoblada y los veteranos y prestigiosos profesionales se esconden como ratas. Pero lo intentaremos. Y ahora volveremos a publicidad durante unos minutos. Parece que Alirina y sus anfitriones ya están preparados para su viaje al zoo de Vantis. ¿No es así, queridísima e intrépida reportera?

-Así es, Arminido, y procura emplear los menores adjetivos posibles al referirte a mí, ni soy queridísima, ni soy intrépida, ni soy reportera. Soy tan periodista como tú y si he aceptado hacer de reportera es porque me gusta salir del estudio. No como tú que pareces llevarlo a cuesta como un tortugo morrocotudo. Pues sí, nos has pillado ya en el aire. Y por cierto que buenos créditos ha debido costar contratar este taxi aéreo, al margen del transporte público. Los productores deben saberlo bien, porque me han recortado el sueldo. Lo que no han hecho con el tuyo. Que eres un carota, Arminido.

-Bien. Vamos a publicidad y luego conectaremos de nuevo con Alirina desde el zoo.

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