sábado, 23 de febrero de 2013

La derrota del Galáctico





         ANTONIUS PILA ROTUNDA, ENTRENADOR DE FUTBOL II

                      LA DEBACLE DEL GALACTICO

Ya saben cómo son estas cosas del futbol. Mucha pasión, mucho dinero, mucho de todo, menos cordura. Si algún listillo lograra introducir cordura en este deporte acabaría con él. Me van a permitir que deje para otra ocasión la biografia de nuestro egregio ídolo, D. Antonius Pila Rotunda, puesto que manda la actualidad y este narrador, recuerden, es periodista deportivo, por la gracia de una pelota redonda.

Debo retransmitirles el partido del siglo desde el salón de mi modesta morada. Malos hados me expulsaron de mi último trabajo y ahora estoy provisionalmente en el paro, mientras hilvano los últimos hilos de un sustancioso contrato con una nueva cadena de emisoras, que a punto está de saltar al terreno de las ondas con un equipo de superlujo. No les voy a agobiar con mis cuitas, no se preocupen. En el gran deporte del balompié sólo cuentan los goles y cuando no hay goles, cotilleos de famosos y no de periodistas en paro.

Será la primera vez que retransmito un partido de futbol por escrito. ¡Cosas veredes amigo Sancho!. Esta nueva forma de retransmisión quita un tantico así de emoción, pero permite el frío análisis, la filosófica reflexión, y un regodeo en la jugada de no te menees. En mi ex programa, Deporte en las ondas, no podía permitirme el lujo del aperitivito. Ni patatas fritas light, estoy muy gordo, ni aceitunas rellenas, ni berberechos de lata - me pirran- ni siquiera una cervecita. Nada, de nada. Los cascos en la cabeza y el micro en la boca. La familia me ha dejado todo el salón para mi, asi que he llenado la mesa de cositas de picar y en lugar de micro tengo a mano una libretita y un bolígrafo, para ir tomando notas. A través del correo electrónico les irán llegando mis comentarios durante todo el partido. No se preocupen por el directo. Esta retransmisión no va a ser un refrito y ustedes lo comprobarán minuto a minuto.

Salen al campo del Galáctico, hoy juega en casa, los equipos de gala de ambas formaciones. La cámara nos da un primer plano de Pila Rotunda al final del tunel de vestuarios. Nunca renunciaría a su inveterada costumbre de dar un dulce sopapo a sus jugadores antes de salir al campo y menos hoy que se juegan la liga, la temporada, el afecto de la hinchada y hasta el puesto (el entrenador porque los balompedistas nunca tienen la culpa de nada o al menos así lo parece a simple vista). Observo curioso la sonrisa y la suavidad con la que el sopapo llega a la mejilla de sus preferidos. En cambio aquellos que no gozan de sus preferencias reciben un tortazo en debida forma que les hace tambalearse como beodos (algún listillo comentarista sacará punta a esto, ya lo verán).

Al pisar cesped los del sopapillo saludan elevando sus manos hacia las gradas y los del tortazo se santiguan y cierran los ojos un instante, antes de mirar al cielo (de donde viene el auxilio) y no a la grada. La afición ruge como un zoo de un millón de leones hambrientos. Ahora les toca el turno de santiguarse a las fuerzas de seguridad que forman un impresionante cordón alrededor del terreno de juego. Algunas pancartas hablan y no paran. Puedo ver una en rojo que dice literalmente: "Menos millones y más c...". Ustedes me disculparán la autocensura, pero no es cuestión de provocar ahora que mi jugoso contrato está en el aire.

Los del fondo ultravioleta (se les llama así por las cámaras ultravioletas que les vigilarán durante todo el partido) chiflan e insultan y mentan a la pobre madre de todos los jugadores, del entrenador, del director deportivo, del presidente del club y alguno hasta se confunde y menta a la suya. Esto se pone aún más caliente y el comentador de la pequeña pantalla quita hierro al asunto; habla de los calentones previos a estos partidos del siglo, que son como un nubarrón de verano, amenaza y se va sin soltar una gota.

En estos momentos el equipo del Cósmico hace su aparición sobre el cesped y, sin santiguarse ni encomendarse a lo alto, se dirige rápidamente al centro del terreno de juego, por si algún hincha desmadrado suelta una bengala o una naranja rellena de piedrecitas. Se les nota en la cara que la temporada ha sido menos mala. Comenzaron fatal y se habló de echar al entrenador y el Presidente pidió perdón y los jugadores fueron amonestados a puerta cerrada en el vestuario. Pero partido a partido han ido demostrando que el mal comienzo se debió tan solo a que el motor estaba un poco frío. A mitad de temporada iniciaron el acelerón y se pasaron... ¿fueron quince?... partidos sin conocer la derrota. Treparon por la tabla como un mono buscando el plátano en la copa del árbol.

Se produce la protocolaria presentación de los capitanes, el intercambio de banderines (en algunos partidos se habló de las notas obscenas que iban cosidas a los mismos) y el sorteo mediante la consabida moneda (en primera división ningún jugador se ha lanzado de cabeza cuando ha caído al suelo, cosa que suele ser frecuente en las categorías más bajas). Les ahorraré detalles puesto que ha llegado el momento de introducir en mi bocaza unas cuantas cosillas de nada...Gluuup...

Como los primeros minutos son de tanteo, muy aburridos y sin garra, aprovecharé para hacer una crítica constructiva del Galáctico. Algunos aficionados no se han mordido la lengua y hablan de que Pila Rotunda no mueve el banquillo ni hace rotaciones. Se dice que las estrellas se enfadan si les sientan en el banquillo y tienen que soportar la mirada fija de la cámara en su rostro durante todo el partido. Eso no les permite ni mascar chicle y si quieren hacer un comentario sincero con un compañero, tienen que poner la mano delante de la boca. Se oculta el dato, pero a mi me consta, que se ha contratado por la plataforma ViaLunar a un sordomudo capaz de leer los labios a una distancia estratosférica.

Se ha hablado también de la cantidad de señoras estupendas que dicen haber pasado por el lecho de algunas figuras del Galáctico. No se sabe si es cierto o no, puesto que nadie estaba allí para constatarlo, pero lo cierto es que aparecen en los programas rosas como hongos tras la primera y copiosa lluvia otoñal. Yo no digo ni que sí ni que no y tampoco me meto en berenjenales. Antonius Pila Rotunda era una especie de cinturón... digo centurión de castidad en sus equipos. Hasta que un psicólogo deportivo escribió un bestseller defendiendo que el sexo relaja al deportista y le da unos ímpetus en el campo o en la pista que ríanse ustedes del dopping. Eso hizo cambiar a Pila de opinión y se dice que aconseja a sus jugadores una escapadita al hogar para uno rapidito. Los solteros tienen bula con tal de que sean discretos y den el esquinazo a los paparazzi.

Se habla de la falta de rotación en el banquillo, del cansancio de una larga e intensa temporada, de la presión que siempre tiene el Galáctico porque debe ganarlo todo, la liga, la copa, la supercopa, la Champiñon-ligue, los amistosos, los entrenamientos...todo. ¡Con esa presión no hay quien viva!. Si a eso añadimos que hagan lo que hagan tendrán unos doscientos, quinientos, mil, kilitos en el bolsillo al final de temporada. Pues que yo no arriesgaría mucho mi espinilla. Se dice que hubo mala suerte en la Champiñón-ligue puesto que uno de sus cedidos les marcó el gol que les dejó fuera. Se dice que la copa se les fue por poner a todos los reservas. Se dice que la supercopa les pilló a principio de temporada. Se dice que les falta defensa puesto que las estrellas son siempre centrocampistas o delanteros (los más cercanos a la portería son simplemente planetas). Se dice que no es un conjunto sino un "campus stellae". Se dicen tantas cosas, que uno acaba harto de tonterías.

¿Acaso los jugadores no son humanos?. ¿Alguien cree que bajo sus sólidos cuerpazos se ocultan robots perfectamente programados?. No, no lo piensen, ni por pienso. Los jugadores, incluso los del Galáctico, son humanos. Y por lo tanto se cansan si juegan muchos partidos y se apoltronan cuando llegan a la fama y les caen los millones. Y como humanos que son les duele que los hinchas mienten a sus mamás cuando las cosas van mal. Y por muchos millones que ganen los contrarios no son mancos, aunque ganen menos. Y no es fácil mantener un vestuario unido. Cada jugador es de su padre y de su madre y tiene su nacionalidad y habla su idioma y tiene su cultura y le caen bien ciertas personas y otras no. Y su sano orgullo les hace molestarse cuando les dejan en el banquillo o cuando los canallitas de la prensa -un servidor- les ponen a caldo. Aparte de jugar bien todos los días tienen que aguantar a una hinchada rugiente (algunos jugadores son muy tímidos) y al entrenador que puede ser un jefe malísimo y hacerles mobbing y cuando llegan a casa su señora puede estar de mal humor. Y esto es mucho para cualquiera, incluido un jugador del Galáctico.

Gluuuppp... digo Gol...Goooollll... Nos han clavado el primero y esto tiene pinta de ir a peor... ¡Pero qué digo!. Sí, sí, me han descubierto. Que tengo ciertas simpatías por el Galáctico que no puedo negar. Hasta ahora lo había podido ocultar, pero aquí en casa, solito, se me ha ido la mano y ustedes han descubierto mi secreto. Pero no se lo digan a nadie. Que esto quede entre nosotros.

La jugada partió de Uan Trhu, el centrocampista del Cósmico, sí ese que tiene tan buen toque de balón y reparte como un camarero en una boda real. Un pase en profundidad a Ien To Lo que solo tuvo que empujar la pelota redonda ante el monumental despiste de la defensa del Galáctico que estaba a uvas en pleno mes de mayo. Esto tiene muy mal cariz. El partido estaba aburrido, soso, sin la menor chispa y de repente un destello de la magia de Uan Trhu y el oportunismo de Ien To Lo y ya tenemos el primer gol en el marcador. El Galáctico reacciona con rabia. Han sacado del centro del campo con tal rapidez que han pillado a los del Cósmico celebrando el gol. Avanzan, avanzan, y Chiips, la estrella del Galáctico ha mandado el balón a las nubes. Pero es que esto no puede ser. Que se le paguen dos mil kilos al año a ese inútil para esto. Y es que no hay derecho y me c... la ... Censurado, censurado. Es que uno pierde los papeles en cuanto está en casita, como un ermitaño delante del televisor.

Permítanme que me calme contándoles algunos intríngulis de Pila Rotunda. Se dice que pierde los nervios con facilidad, que abronca a sus jugadores porque no sienten lo colores, que dice tacos a manta, que no tiene mano izquierda. Se dice que le falta camaradería con sus pupilos, que no sabe mostrarse afectuoso, ni dar cariño, que no es amigo ni de sus amigos. Bueno, puede que sea verdad, pero su estrategia romboidal-elipsoide en el campo es una auténtica maravilla. Eso no se les puede negar.

Glup,glup..glup. Sí me estoy bebiendo la cerveza de un trago para animarme. Porque nos han colado otro gol en un despiste monumental de todo el equipo. Pierden el balón en la delantera, no se mueven los centrocampistas, los defensas dicen que si no se mueve nadie ellos menos y que aquí cobramos todos. Y al final el oportunista Ien To Lo solo tiene que empujarla  de tacón. Una vergüenza. A esto no hay derecho y ya estoy perdiendo los estribos y apago el televisor y a la porra con todo...






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