miércoles, 15 de diciembre de 2021

MICRORRELATOS II


 


EL HOMBRE-PRACTICO

 

No cesaba de repetir a todo el mundo la misma cantinela. Era el lema de su vida en la que el pragmatismo ocupaba el primer lugar en todo.

“Deseo la felicidad para todo el mundo, incluso para mis enemigos, porque mientras sean felices no se romperán la cabeza pensando cómo perderme”.

El destino escuchó su súplica: a todas las personas de su entorno les tocó el “gordo” de la lotería aquella Navidad. Menos a él que nunca jugaba a nada por no impedir que a los demás les rozara la felicidad que a él se le negaba.

EL BUDA

 

Era un hombre sorprendente, no quería nada, no deseaba nada, aceptaba impertérrito lo que le deparara el destino. Sus amigos le llamaban en secreto “El Buda”. Realmente había logrado alcanzar el estado búdico. Pero él creía que nadie lo sabía, esa era su gran desgracia.


  LA PRÁCTICA DE LA REENCARNACIÓN  

 

 Tras pasar por durísimas sesiones de regresión hipnótica, Honorato recordó haber sido faraón en Egipto. Eso explicaba su dificultad para relacionarse con su entorno. Ya desde niño padeció la manía de considerar paletos a todos sus semejantes. Ahora sabía la causa de aquella irreductible obsesión, pero saberlo no mejoraba su situación, al contrario, la empeoraba. Intentó olvidar de nuevo, pero no lo consiguió.

 El terapeuta se limitó a encogerse de hombros ante su ruego. Con tono muy irónico le dijo: Santa Rita, Rita, lo que se recuerda ya no se olvida.  

      EL TRIUNFADOR

 

  Se le consideraba un dios en el universo del futbol galáctico. Podía hacer con la pelota lo que se le antojara, sin limitación alguna, ni siquiera de  leyes físicas.

 Terminó jugando solo en un maravilloso estadio repleto de gradas vacías. No cesaba de tirar penalti tras penalti sobre una inmensa portería que había construido con inmensos fajos de billetes nuevecitos.


viernes, 3 de diciembre de 2021

LA VENGANZA DE KATHY II

 




-Yo tampoco la he visto en los monitores. Puede que esta vez el payaso de Jimmy no ande muy descaminado. También me preocupa su ausencia.

-Cierto. Sería muy preocupante que el asesino hubiera vuelto a matar, y que además nos destrozara el perfil. No suele ser habitual que un asesino de hombres se pase a matar también mujeres. Eso me preocuparía mucho más, me temo que los hombres de Crazyworld son muy prescindibles.

-Te olvidas que tú eres hombres y que estás en Crazyworld. Parece que no lo acabas de creer. ¿O has recobrado la memoria? ¿En serio que ya tenéis un perfil del asesino?

-Ha sido un lapsus extraño. No obstante me temo que yo también soy un hombre prescindible aquí.

-No digas tonterías, cariño. Puede que la mayoría de hombres en Crazyworld sean prescindibles, empezando por Jimmy, pero tú no. ¿Has pensado que el asesino te puede tener en el punto de mira?

-Eso me preocupa bastante menos que ahora le haya dado por las mujeres. Prométeme que tendrás cuidado. Perfil, lo que se dice perfil no tenemos, pero nos estábamos centrando en las mujeres que podrían tener motivos para matar al director.

-En ese caso todas, hasta yo. Si todo quedará así, el asesino nos habría hecho un gran favor. Ese cabrón sobraba aquí, nadie le echará de menos. Vete con Jimmy, encontrad a Kathy, yo intentaré dormir un poco. Si cuando despierte aún no la habéis encontrado, os ayudaré. Déjame que mire la frecuencia de tu walkie, te llamo en cuanto descanse un poco.

Regresó a la cama, me mandó un beso con los dedos y quedó frita ipso facto. La gatita, ya iba haciendo a la idea de que se trataba de una gatita, salió disparada de su cesta y se subió a la cama, ronroneando se acomodó entre las piernas de Heather. Envidié su suerte. Procuré no olvidarme nada esencial, incluido el walkie, y sin hacer ruido salí del apartamento.

Encaminé mis pasos de forma automática hacia el despacho del doctor Sun. No sé si porque allí había quedado con Jimmy –no lo recordaba- o porque necesitaba hacerme una idea de cómo estaban las cosas en Crazyworld, si el caos había remitido, si los pacientes habían regresado a la rutina de su vida cotidiana o continuaban en las celdas de aislamiento, asediados por el doctor, y sobre todo, si había noticias de la esperada visita de Mr. Arkadin. El cielo se estaba nublando, aunque el sol asomaba su redonda cara por una rendija. Era un día raro, ni optimista ni pesimista. No se veía un alma fuera de los edificios, y mucho menos cuerpos, parados o en movimiento. Por un momento se me ocurrió que no me vendría mal que lloviera a moco tendido y mojarme hasta el vello. Había caído en que llevaba tres días sin cambiarme de ropa. La mía había sido tirada a la basura debido a las rasgaduras y los rastros de sangre del accidente. No recordaba si la que portaba me había sido facilitada por Kathy -¡pobre Kathy!- o por cualquier otra alma caritativa. Tenía que haber toda una industria textil en Crazyworld para vestir a tanto paciente y profesional, a no ser que fuera confeccionada fuera de allí y traída en helicóptero junto con las provisiones. En ese caso todos los residentes habrían sido convenientemente manoseados por un sastre o similar y sus medidas deberían constar en alguna agenda o tabla de datos. No recordaba haber sido manoseado, salvo por Kathy, y salvo que ella fuera la señorita sastra, estaba claro que debería realizar ciertas gestiones sobre la confección de mi guardarropa. ¡Kathy, pobre Kathy! Era preciso encontrarla cuanto antes. Ya casi había llegado al edificio de los pacientes sin pensar en Jimmy. Puede que todos aquellos pensamientos insólitos fueran un subterfugio de mi subconsciente para evitar pensar en él. Era curioso, pero ya no sentía el menor deseo de liarme a tortazos con él, para vengarme de la paliza que me había propinado por sorpresa. Mi única preocupación era encontrar a Kathy cuanto antes, para saber que estaba bien y que nuestro asesino no la había emprendido con las mujeres, o aún peor, que teníamos otro asesino en Crazyworld, y como no hay dos sin tres, bien podían estar surgiendo asesinos como champiñones en el fango. El sudor empapó mi frente.

Traspasé la puerta principal, eché un vistazo al comedor, escuché con atención, pero no pude captar ni el tenue deslizarse de un ratón, un silencio absoluto lo cubría todo, como un gran manto de nieve. Subí al primer piso, me deslicé como una bailarina de ballet sobre sus puntas y abrí la puerta del despacho del doctor Sun, que conocía muy bien tras los test y las sesiones que sufriera tras mi llegada. Por un momento me vino a la cabeza el celador que tan mal me había tratado. No conseguía recordar su nombre. No tuve mucho tiempo para forzar a mi memoria, porque su imagen desapareció tras abrir la puerta. En su lugar dos imágenes lo acapararon todo. El doctor Sun permanecía sentado tras la mesa de su despacho, la cabeza, más bien la frente, apoyada sobre sus manos que descansaban sobre la mesa. Parecía dormir con placidez. Frente a él estaba Jimmy, sentado en el sillón orejero, en una postura relajada. Su mirada se perdía muy lejos, al otro lado del gran ventanal del despacho. No me esperaba aquella visión apocalíptica, porque eso era la inmovilidad absoluta de aquellos dos seres hiperactivos, el fin del mundo.

Permanecí de pie, paralizado por la sorpresa. Luego exhalé el consabido Ejem. Nada. Ejem, Ejem y Ejem. La mirada perdida de Jimmy realizó una panorámica hasta detenerse en mi figura. Juraría que no me estaba viendo. Su mente era incapaz de procesar los datos que sus ojos mandaban a su cerebro. El doctor Sun no se había movido, permanecía en la misma postura, como la estatua de un pensador apoyado sobre la mesa, suponiendo que esa estatua existiera en alguna parte. De pronto Jimmy salió disparado, como si se hubiera roto un muelle del sillón orejero, poniéndole en pie contra su voluntad. Me miró, abrió la boca pero de ella no salió ninguna palabra. Levanto su mano derecha y su dedo índice me señaló. Su pie derecho se movió de forma refleja. Un terrorífico gruñido salió de su boca, como el de un perro peligroso, avisando del inminente ataque. Continuó caminando como un sonámbulo, exhalando aire que durante el recorrido se transformaba en un ominoso aviso amenazante. No fui capaz de reaccionar, no lo vi venir. Cuando estuvo frente a mí, por sorpresa, de forma imprevista, alzó su brazo derecho y su mano diestra me asestó tal bofetón que a punto estuvo de dar con mi cuerpo en tierra. Juro y perjuro que mi reacción fue automática, refleja, para nada consciente. Alcé mi mano derecha y le asesté un bofetón terrible, de una intensidad superior a la suya. Tampoco lo esperaba porque su cuerpo se inclinó como empujado por un ciclón. De pronto reaccionó y se lanzó sobre mí. Sus manos agarraron mi cuello. Antes de apretar con saña, la consciencia se apoderó de su mente y dejó caer los brazos, no su lengua.

-¡Maldito cabrón! Mientras yo me dejo los cuernos buscando al asesino y registrando palmo a palmo los edificios, buscando a Kathy, este dandy apestoso se pasa las horas en posición horizontal, acostándose con todas las mujeres de Crazyworld. Debería matarte ahora mismo.

-Vamos, Jimmy. El que debería matarte soy yo. ¿O ya no te acuerdas de la traicionera paliza que me propinaste? No te voy a matar, porque ahora lo importante es encontrar a Kathy. ¿Qué le pasa al doctor Sun?

-Ha quedado en estado catatónico tras recibir la noticia de que Mr. Arkadin aparecerá por aquí en unos días, en cuanto remate algunos negocios urgentes. No solo no hemos encontrado aún al asesino, hasta es posible que haya vuelto a matar y además a la adorable Kathy, lo mejor de este antro.

-¿Qué hacemos?

-Tú buscarás en el bosque y yo volveré a registrar todos los edificios. Pero antes voy a despertar a Sun para que nos firme unas autorizaciones.

Dicho y hecho. Se acercó al doctor, lo sacudió por los hombros, lo pellizcó, le gritó a la oreja. Nada. Entonces, con la total desvergüenza que la caracteriza, comenzó a darle de tortas con tal entusiasmo que sentí un vivo deseo de acompañarle, solo que en lugar de vapulear a Sun, me hubiera gustado emprenderla con Jimmy. Me vi obligado a hacer un gran esfuerzo de voluntad para controlarme. Al pobre doctorcito no le quedó otro remedio que salir de su estado catatónico. Lo hizo mirando alrededor como si no supiera dónde estaba. Miró al Pecas como si no lo conociera. Me miró a mí como si le resultara conocido de algo. Balbuceó algunas incongruencias, pero Jimmy no le dio tregua.

-Doctor, tiene que firmar esta autorización para que todos los pacientes salgan de las celdas de aislamiento. Usted no está para ponerse a buscar ahora el subconsciente colectivo, y menos para recabar información sobre el asesino…

-¿Las celdas de aislamiento?

-Sí. ¿No se acuerda de que encerró allí a todos los pacientes? Es hora de que vuelvan a su vida normal.

-¿Asesino?

-¿Tampoco se acuerda del asesino? ¿Dónde guarda su güisqui escocés de veinte años? Necesita un lingotazo para espabilarse.

El doctor Sun señaló el cajón de arriba de su mesa de despacho y continuó firmando todo lo que Jimmy le ponía a mano. Estaba claro que el Pecas lo había preparado todo concienzudamente. Sacó la botella de güisqui y un vaso limpio. Sin encomendarse ni a Dios ni al diablo le dio un lingotazo terrible.

-¿Quieres?

-No gracias. No he desayunado.

En cuanto Sun terminó de firmar Jimmy le sirvió el vaso hasta arriba. Me quedé de una pieza cuando se lo trasegó entre pecho y espalda sin parpadear. Tosió, los ojos se le aclararon y agarró al Pecas por la solapa.

-¿Habéis encontrado ya al asesino?

-Aún no, doctor, pero con estas autorizaciones que acaba de firmar vamos a avanzar mucho.

-¿Me necesitas para algo?-pregunté, ansioso por librarme de lo que iba a suceder.

-No. Puedes ir a desayunar. Yo pondré en libertad a los pacientes. En cuanto termines te quiero ver en el bosque. No te olvides de llevar el walkie. Me informarás cada dos horas.

-Sí, jefe.

Y salí echando chispas.

sábado, 27 de noviembre de 2021

UN DÍA EN LA VIDA DE UNA FAMILIA VANTIANA XVI

 


-Bueno, hay mucho que contar, pero no quiero acaparar la conversación. De niña no tuve muchas oportunidades de ver animales, salvo en los documentales grabados por “H” y adaptados a los niños, también las tiernas historias que nos contaba en películas con animales holográficos. Me temo que no tuvieron mucho éxito entre los niños. A los hechos me remito, ni siquiera el uno por cien de la población tiene alguna mascota en su casa. Tal vez la culpa fuera de esa aberración de educar a los niños con figuras holográficas de sus progenitores. Es cierto que “H” no estaba muy de acuerdo con esa petición mayoritaria de los padres omeguianos, especialmente vantianos, pero cedió a la presión y eso creó muchas generaciones de niños traumatizados al conocer que sus padres eran hologramas diseñados por nuestra inteligencia artificial, basados en el físico y la psicología de los auténticos, que dedicaban su tiempo a satisfacer todo tipo de deseos hedonistas dejando que sus hijos fueron educados por una inteligencia artificial, por muy inteligente y sensible que fuera. Esos padres egoístas ya no conocerán lo que es disfrutar de la convivencia y educación de unos hijos. Al menos “H” tuvo la buena idea de no dejar tener más hijos a quienes no educaban ellos mismos al primero. Yo fui una de esas niñas traumatizadas al descubrir que sus adorables padres no eran otra cosa que robots holográficos. Si no huí a las Montañas Negras se debió, en buena parte, al club fundado por vosotros para niños traumatizados. Os agradezco mucho esa ayuda inestimable, ya que “H” no considera que deba tratarse al margen de la terapia onírica normal, lo que por otro lado sería contradictorio, ya que no se entendería que se dedicara a curar un trauma que él mismo provoca dejando que los padres puedan elegir que padres holográficos cuiden de su progenie. Ya sé que lleváis mucho tiempo intentando que “H” modifique esa autorización y os lo agradezco. Os propongo llevarle un manifiesto de varios puntos, el primero éste, con la firma de todos los holovidentes que estén de acuerdo, la primera yo.

-Una gran idea, querida Rosindra. Hago un llamamiento a todos los holovidentes que estén de acuerdo, y también a los que no lo están, para que lo estén. Podréis firmar en vuestros holovisores en cuanto el manifiesto esté confeccionado. No os pido que firméis en blanco porque nadie debe poner la mano en el fuego por nadie.

-Quien acaba de hablar es Arminido. Supongo que habéis reconocido su voz, pero aunque así no fuera siempre sabréis que es él por su maldita costumbre de llamar “querido” a todo el mundo, especialmente si es “querida”. Creo Rosindra que deberíamos cederle la palabra a nuestro “querido” Artotis, que se estará mordiendo la lengua, para que nos hable de sus caeros y cómo consiguió adoptarlos. Luego nos hablarás de los koories conforme nos vayamos acercando a su bosque y podrás puntualizar lo que nos cuente Artotis.

-Claro, querida Alierina, muy bien puntualizado. Y te recuerdo que utilizo mucho la palabra “querido” porque quiero a todo el mundo, especialmente a ti, querida. No voy a recordarte que el director de este programa, al menos sobre el papel soy yo, porque te has burlado de mí con mucho cariño. Y ahora concedamos la palabra al Sr. Artotis. Querido, ¿cómo fue la adopción de tus caeros?

-Por fin, por fin. He tenido que morderme la lengua, apretar los dientes, clavarme las uñas en la palma de las manos, para no protestar por esta discriminación, por esta marginación, por este ninguneo. Comenzaré diciendo que me costó tanto que “H” me permitiera adoptar que estaba a punto de colarme en su palacio de cristal y dejarme explotar allí de rabia, acabando con él y con su templo sagrado. No voy a nombrar a todos mis caeros por su nombre, porque nos llevaría mucho tiempo. Desde aquí les mando un beso a todos ellos, que me estarán viendo. Bua, bua y bua. Debo decir que mi afición a estas entrañables personas, tan animales como nosotros y tan poco racionales que da gusto hablar con ellos, comenzó cuando en una excursión a las montañas Grises, una de las pocas cordilleras de este planeta que se nos permite visitar y que merecen la pena por la altura de sus picos y la belleza de sus valles, sufrí un accidente, quedé desconectado en mitad de una apabullante nevada, y perdí el conocimiento. Desperté en una gran cueva donde se habían refugiado una manada de hembras caeros con sus niños. La mamá líder me estaba lamiendo la cara. No sé cómo conseguiría librarme del casco protector, o tal vez fui yo el que me lo quité en un último gesto de lucidez automática.  Allí fui cuidado como un nene más de la manada hasta que me recuperé. Por eso mi agradecimiento y amor hacia estos admirables animales será eterno y no paré hasta cumplir mi promesa de adoptar a unos cuantos, o a muchos, o a todos, si fuera posible…

-Esto no nos lo había contado, Sr. Artotis, precisamente el episodio de su vida que más le honra.

-Si quieres, Arminido, hacemos un programa especial sobre este incidente, pero ahora déjame continuar. Cuando me recuperé y pude restablecer la comunicación y fui rescatado, me dije que intentaría adoptar a la líder de la manada, a sus nenes y a otros miembros de aquel grupo de caeros que me habían salvado la vida. Para ello los marqué con pintura ultrasónica, que me permitiera reconocerlos si mi mezquindad permitía que me olvidara de ellos. Y así inicié el largo proceso burocrático, complejo, doloroso, agónico que supone la adopción de una mascota en esta sociedad tan artificial. Cuando se lo planteé a “H” sufrí un severo interrogatorio. Luego tuve que realizar un largo cursillo sobre la vida de los caeros, su biología, usos y costumbres, para terminar con unos ejercicios prácticos consistentes en vivir entre ellos. Por suerte pude localizar a mis salvadores. “H” me permitió vivir entre ellos, adaptarme a su forma de vivir y acabar siendo como uno más. Cuando recibí el aprobado general, vino lo peor, ya que nuestra amable inteligencia artificial me pidió un elevado número de créditos por adoptar, de momento a la lideresa y sus nenes, para el resto tuve que esperar a conseguir más créditos.

“Fue la etapa más laboriosa de mi vida. Me hice con el manual de créditos y fui realizando todas las tareas que proporcionaban créditos, empezando con la primera. Me casé con mi amante virtual más querida por el rito de la Mente Cósmica, que como saben es la religión de los granjeros rebeldes. Debo agradecer a “H” que nos permitiera viajar, a Arleína y a mí, hasta las montañas Negras, donde superamos todo el ritual previo y la ceremonia nupcial, y regresamos casados y bien casados. Decidimos tener un hijo biológico –un montón de créditos- y cuidarlo a la manera tradicional –créditos suficientes para adoptar a casi toda la manada de caeros de la cueva, liderados por mi buena amiga Caerina- y así nos encontramos, casi de la noche a la mañana, con una familia numerosa. Mi esposa y yo nos habíamos planteado abandonar la vida tradicional en Vantis, El Omostrón, sin duda el peor invento de “H”.

-No estoy de acuerdo…

-Vale Elielina, luego podrá defender su postura, ahora déjeme continuar. Tuvimos que renunciar a nuestras casas y con los créditos obtenidos le pedimos a “H” que nos construyera una nueva cerca de la cueva de los caeros. Nos queda un poco lejos. Lo peor es el gasto en transporte. No podríamos con él si no fuera porque este programa nos paga los viajes con sus créditos. Así iniciamos una vida aislada, casi monacal, renunciando a casi todas las supuestas ventajas que dice habernos proporcionado nuestra inteligencia artificial…

-Vaya, vaya, Artotis, no sabíamos nada de esto. Nos lo ha ocultado todo este tiempo. Creo que bien podríamos hacer un programa dedicado a su vida y milagros.

-Estoy dispuesto a negociar, pero ya le adelanto, Arminido, que una condición indispensable será duplicar el presupuesto de créditos para viajes.

-Todo se andará, querido Artotis, todo se andará.

miércoles, 17 de noviembre de 2021

DICCIONARIO ECONÓMICO-HUMORÍSTICO VI

 


DICCIONARIO ECONÓMICO-HUMORÍSTICO VI




EL GRAN APAGÓN

COMUNICADO DE PRENSA DE PIRÚLO FÍSICO TEÓRICO ESPAÑOL

La oscuridad es el estado normal de las cosas. Si estás en invierno y son las seis de la tarde, tienes que encender la candela, a no ser que dispongas de una saneada cuenta corriente y puedas pagar a las eléctricas lo que pidan. Si estás en invierno y te has levantado a las doce de la mañana, antes de abrir las contraventanas, arrodíllate y reza para que el sol no se haya apagado, es decir, sufrido El Gran Apagón. Para estar a oscuras no necesitas hacer nada, en todo caso cerrar los ojos mientras se termina de consumir la energía cósmica, que no se sabe muy bien de dónde ha salido. Antes del Big Bang todo era oscuridad. La gran explosión tuvo que ser muy grande para iluminar todo el universo. Detrás de ella no pudieron estar las eléctricas, porque el Cosmos no nos ha cobrado por la luz, que es totalmente gratis, al menos por ahora. A pesar de mis grandes conocimientos de física teórica y práctica, no soy capaz de imaginarme nada que pueda iluminar todo un universo infinito, ni una central nuclear, de fusión o de fisión, ni las placas solares, ni los molinos de viento, ni las presas hidroeléctricas, ni mucho menos a todos los ciudadanos del mundo pedaleando en bicicletas estáticas. Ni siquiera quemar toda la basura del planeta, aunque acelerara la contaminación y el calentamiento global. Por lo tanto, en un día como hoy, he decidido hacerme creyente -justo antes de este instante era un agnóstico de tomo y lomo- porque solo Dios ha podido iluminar todo un Universo. Me arrodillo sobre la fría baldosa, junto las manos, cierro los ojos y comienzo a rezar. Solo Dios nos puede librar del Gran Apagón. Tengo la certeza de que las empresas eléctricas no han comprado esa energía gratuita en el gran mercado libre porque Dios no se deja comprar. no necesita dinero para comprar nada, porque todo es suyo. Si la luz es gratis, rezaré para que no se apague el sol, para que ilumine a todo el planeta a todas las horas del día y deje de haber noche. Rezaré para que los efectos del Big Bang no desaparezcan antes de que llegue mi hora. Si la luz ha estado iluminando el Universo millones y millones de millones de años, no creo que ahora, justo ahora, se apague para pillarme a mí sin candil, sin camping gas para calentar los botes de comida que he acumulado. A pesar de mi agnosticismo no soy un negacionista. Creo que las eléctricas dominan el mercado global, creo, aunque no lo entienda, que el Gran Apagón puede producirse, si no hoy, mañana y si no pasado. Creo que la energía no puede agotarse de la noche a la mañana, así, por arte de bibirloque. Algo está pasando, aunque no lo entienda, y no es nada bueno. Creo que las eléctricas se harán ricas y todos los demás seremos pobres, hasta los ricos. Desde que soy creyente, apenas hace unos minutos, no dejo de rezar a Dios, porque es el único que puede enfrentarse a las eléctricas con éxito, el único que puede iluminar mis noches invernales y calentar a mis gatitos, que no han hecho nada para merecer esto.

Me gustaría pensar en una estrategia razonable y posible para evitar el Gran Apagón. Como físico teórico asumo que hasta ahora hemos vivido en un perpetuo milagro, porque la oscuridad es el estado natural de las cosas, lo que no me convence es que las eléctricas sean las únicas que se aprovechen de este milagro. Me gustaría saber qué buscan las eléctricas, quién está detrás de las eléctricas, qué van a hacer los gobiernos para evitar el Gran Apagón, si debo comprar un camping gas, velas, mecheros, encender la chimenea, llenar la casa de legumbre seca, de legumbre cocida en tarros, de latas de conserva, de tarros de verduras, de leche en cartones con la caducidad más lejana posible, si debo comprar pilas, cargadores de pilas, pilas en conserva, cargadores de móviles autorrecargables para comunicarme con otros a los que se le haya ocurrido lo mismo; si debo comprar un transistor a pilas, suponiendo que las emisoras de radio tengan generadores que duren lo que dure el apagón; si debo adiestrar a mis gatitos para que me traigan toda clase de animalitos y buscar recetas para comer de todo. Soy solo un humilde físico teórico, no estoy preparado para enfrentarme al Gran Apagón. ¡Buaaaa! Por favor que alguien lo evite…De momento sigo rezando.

domingo, 7 de noviembre de 2021

UN INFORME EXTRATERRESTRE DE LA ESPECIE HUMANA III

 


UN INFORME EXTRATERRESTRE SOBRE LA ESPECIE HUMANA III

 

 

Ejem...ejem...Ya veo que están ustedes muy impacientes por conocer cómo me fue en el primer contacto con la especie humana. Tanto que algunos colegas salieron conmigo y aún no han regresado. El agua de fuego debe tener hoy un atractivo especial o tal vez la especie humana les trae al pairo. Pues que me permitan un consejo: no deberían adoptar esa actitud de sabelotodos, no, porque ello les hará perderse las historias más regocijantes que se han oído nunca en este viejo hemiciclo.

 

Se preguntarán ustedes qué criterios científicos utilicé para elegir el lugar del primer contacto. La respuesta no puede ser más sencilla. Con la mano izquierda de mi cuerpo terrestre (tan perfecto que ni la hembra humana -mi cuerpo era de macho- más experta en observar a su contrario hubiera descubierto en mí a un extraterrestre)  inicié un proceso secuencial muy sencillo. Conté con los dedos de mi mano derecha: pito, pito, gortorito, dónde vas tú, tán bonito....

 

Sí, sí, no se pongan ustedes de esa manera. ¡No son capaces ni de aceptar una broma inocente!. Si no fueran tan emocionales descubrirían que la lógica les estaba advirtiendo contra el engaño de que eran objeto. ¿Cómo podía yo saber de estos divertidos juegos terrestres cuando ni siquiera había pisado el planeta Tierra?. Lo que quiero decirles ( y no me abrasen con la telepatía, ya sé que ustedes no son idiotas), es que dejé que el azar eligiera mi destino. Puse mi índice humano sobre el plano que la inteligencia artificial de a bordo había fabricado siguiendo mis instrucciones expresas y me dije: sí, aquí tomaré tierra por primera vez. A continuación leí el nombre con el que bautizaron los terrestres ese lugar: Kansas city Kansas.

 

Mucho más tarde, con tiempo ya para el aburrimiento, vería un cuantioso número de lo que ellos llaman películas clásicas. Para que ustedes me entiendan, queridos colegas, el cine no es otra cosa que grabar en un pedazo de celuloide, en un principio, luego utilizarían otros materiales, unas determinadas escenas ordenadas por alguien al que llaman director, interpretadas por humanos a los que denominan actores, y que bien miradas tienen plena sentido. Aunque mal miradas la coordenada tiempo aparece muy distorsionada y el espacio está recortado aquí y allá, como si sobrara. En una de estas películas clásicas, titulada La Diligencia, y dirigida por un tal John Ford, el tuerto, que llegaría a ser mi director terrestre favorito, aparece un divertido personaje que repite una y otra vez su frase favorita: soy de Kansas city Kansas. Se lo dice a un doctor borracho que busca sus muestras de un delicioso licor, whisky -el de Kansas es vendedor de este apreciado licor- más que conocer la vida del anómino vendedor. Y en la película trabaja un joven actor, John Wayne, que ...

 

Vale, vale, dejen ya de patear que no voy a seguir con el resto del reparto. Mi énfasis en el detalle ha sido solo para poner de manifiesto esta casualidad y los escondidos designios que el azar tenía preparado para mi periplo terrestre. Así pues en Kansas city Kansas tomé tierra por primera vez con mi nave monoplaza. Como saben ustedes, la nave intergaláctica no puede acercarse a estrella alguna puesto que se produce un cortocircuito muy peligroso. La nave nodriza (utilizo el nombre que ellos han puesto a estas naves que dicen observar con frecuencia, muchos colegas de otras civilizaciones deben de estar visitando el planeta cada dos por tres) quedó a las puertas del sistema solar y yo salí a cien por hora (expresión popular terrestre muy anticuada) hacia el planeta, no sin antes poner el himno de esta prestigiosa academia: "Aventurero estelar, busca, busca, busca, la inteligencia remota...De galaxia en galaxia algún día encontrarás...la horma de tu zapato".

 

Bueno, bueno. No es para tanto que haya modificado una frasecita de nada en el conmovedor himno que ustedes conocen tan bien. Y aunque no tenga una voz excelente, admitan que peores voces se han oído en este hemiciclo y nadie ha protestado hasta ahora. Que conste en acta. Reconocerán ustedes, dilectos académicos, que mis conferencias son las más divertidas de todas las que se han visto obligados a soportar en esta cámara, que si hablara...¡uy lo que diría, si hablara!... Por lo tanto permítanme que de vez en cuando me tome estas libertades que ustedes tanto detestan.

 

¡Jesús! -perdonen de nuevo la expresión terrestre, me encanta este rico idioma- ¡vaya la que están ustedes montando!. Creo que no es para tanto. Como castigo voy a tomarme un nuevo receso a pesar de que veo en sus rostros el interés máximo que se han tomado por esta historia. ¿Cómo me fue en Kansas city Kansas?. Lo sabrán ustedes, si son buenos, dentro de unos instantes.

 

Continuará.

miércoles, 27 de octubre de 2021

UN INFORME EXTRATERRESTRE SOBRE LA ESPECIE HUMANA II



UN INFORME EXTRATERRESTRE SOBRE LA ESPECIE HUMANA II

Apreciados colegas: Aún con el delicioso sabor de la proteína mineral, extraída de la roca Grano de Néctar, en el paladar, me dispongo, de muy buen humor, a contarles cómo llegué al planeta Tierra y cómo se produjo el primer contacto con un nativo terrestre.

Cuando me sugirieron un estudio de la raza terrestre, raza inteligente según los parámetros consensuados por todas las especies inteligentes, me encontraba terminando un ensayo sobre la especie cuatrópeda aratorna, del planeta Ératon. Les confieso que nunca abandoné con mayor placer un estudio. Los aratornos serán inteligentes, que no lo niego, pero su conducta carece del menor interés para quien considera el humor la más alta manifestación de la inteligencia. Esta especie es tan sumamente pragmática que no se encuentra en ella la menor contradicción, razón por la cual su sentido del humor está aún por descubrir.



Elegí viajar al planeta Tierra utilizando medios convencionales. Para ello me hice instalar en una nave intergaláctica, concretamente la Galax II, renunciando al viaje instantáneo de nuestro transformador mental. Como saben se trata del último ingenio de nuestra muy ingeniosa tecnología. El TM transforma nuestras partículas físicas en mentales y zís-zás!, basta un simple pensamiento para llegar al tiempo y lugar que previamente has elegido. En cambio en un viaje convencional tienes tiempo sobrado para estudiar sin prisa los numerosos datos, enviados por sondas no tripuladas, sobre los terráqueos. Puedes hacerte tus propios diseños corporales con el fin de pasar desapercibido entre sus nativos y probártelos ante el espejo, dando pequeños retoques aquí y allá. Así mismo estudias con calma sus numerosas lenguas, idiomas y dialectos, intentando desvelar la profunda filosofía de la vida que late necesariamente en todo lenguaje. Les confieso que me divertí mucho repitiendo las lecciones de nuestra máquina parlante, profesora de idiomas titulada. Buenos dias, good morning, bon jour…etc, etc.

Me apasiona el estudio e interpretación de los datos recopilados por nuestras eficientes sondas, que tal vez merecerían una medallita al trabajo. Tal vez apasionante no sea la palabra adecuada para describir la emoción que me produjo estudiar una especie inteligente que lo posee todo y en grandes cantidades, excepto tal vez una adecuada dosis de inteligencia. ¡Hermosa contradicción!

Como ustedes saben, nada resulta más sencillo que adaptar la forma física de cada especie inteligente a estudiar. Ellas aún ignoran, ¡pobres!, que no es preciso conectar neurona con neurona, siguiendo su peculiar diseño, para que un extraterrestre pueda expresarse a través de un cuerpo físico. Poniendo una comparación muy querida por los terrestres, es como si alguien se introdujera en uno de sus vehículos motorizados y, una vez aprendido para qué sirve cada pedal, se pusiera a conducir tan campante por sus autopistas. Ellos son tan inteligentes que ni siquiera saben diferenciar la parte valiosa de su individualidad, su mente consciente, de un simple trozo de carne que ha moldeado su consciencia en una larga evolución de milenios, para lograr satisfacer su necesidad elemental, propia de seres poco evolucionados, de seguir manteniendo contacto con el mundo material. ¡Riánse ustedes!. Y sigan riéndose puesto que nosotros hacemos tres cuartos de lo mismo.¿O no me acabo yo de zampar un stranwich de proteína mineral?

Nuestra tecnología, casi milagrosa, y sobre todo nuestra mente, evolucionada hasta extremos que la especie humana consideraría divinos, me hizo fácil hacerme con el cuerpo humano más adecuado para pasar desapercibido entre ellos y que menos problemas me diera, porque era inevitable que me diera algunos. Tuve que probar varios cuerpos, de infantes, de ancianos, de mujeres y de hombres, hasta elegir el que me pareció menos problemático. La computadora de Galax II creó un entorno virtual donde pude experimentar con ellos a gusto y gana hasta decidirme a encargar al sastre el que me pareció más interesante.

Paso a delimitar someramente las conclusiones a las que llegué en la probatura de cuerpos: 1º)El cuerpo de infante sería un engorro, puesto que las crías de la especie no tienen papel relevante alguno que desempeñar en su sociedad. 2º)El cuerpo del anciano me marginaría automáticamente del centro social más activo. 3º) El cuerpo de la mujer me daría una estética muy apreciada entre los nativos terráqueos, pero a cambio me vería excluido de los grandes centros de poder, aún en manos del macho aunque yo diría que no por mucho tiempo.



Así pues mi conclusión fue sencilla: elegir un cuerpo de macho adulto, ligeramente atractivo, de una edad que ellos consideran ideal ( la mitad de su vida estándar, más o menos). El resto de adminículos resultaron sencillos de diseñar: una tarjeta de crédito sin restricciones, toda la documentación necesaria para demostrar que había nacido en un lugar concreto de su planeta, en un día determinado de su calendario, que tenía unos padres X e Y, que había realizado estudios ( no quise abusar y convertirme en un genio, puesto que ser un genio en su sociedad es aceptar un riesgo demasiado elevado) y el resto del papeleo imprescindible para tener libertad de movimientos en su compleja organización social. Les advierto que no tuve otro remedio que mandar fabricar un maletín como el que llevan sus ejecutivos o yupis, para guardar toda la documentación necesaria. ¡Menos mal que nuestra tecnología permite hacer virguerías con estas cosas!

Y con esto pasaré a contarles a continuación -en cuanto haga un breve receso para beberme un litro de agua, de sabor múltiple, burbujeante y convenientemente preparada para facilitar la digestión del stranwich de alga y proteína mineral- el primer contacto con los terráqueos o terrestres.

Permítanme que les diga algo: no nos vendría mal desprendernos de una vez por todas de estos cuerpos de cristal carbónico energetizado hasta la décima potencia al cuadrado. Tienen su encanto, puesto que nos permiten saborear un stranwich y darnos lingotazos de toda clase de líquidos, pero me temo que dan más problemas que otra cosa.

Y ahora, con su permiso, me tomaré un receso, que se me está secando la boca.

Continuará.

miércoles, 13 de octubre de 2021

UN INFORME EXTRATERRESTRE SOBRE LA ESPECIE HUMANA I




UN INFORME EXTRATERRESTRE SOBRE LA ESPECIE HUMANA I




INFORME EXTRATERRESTRE SOBRE LA ESPECIE HUMANA I

– COMUNICACIÓN DEL INTELIGENTÓLOGO DR. MCHCOK A LA ACADEMIA DE LAS ARTES Y LAS CIENCIAS DEL PLANETA STRANVIROV –



Muy estimados amigos y colegas:

Como bien sabéis, puesto que fue idea vuestra el enviarme, he pasado una larga temporada en el planeta al que sus nativos denominan Tierra, con un vocablo muy pedrestre y poco espiritual como es toda su cultura.

El planeta Tierra ha sido el primer descubrimiento del nuevo telescopio-escaneador de formas inteligentes o sea del T.E.F.I. o tefito como nos gusta llamarle. Como ustedes no ignoran se trata de una auténtica maravilla de la nueva tecnología mentalista que está invadiendo nuestra sociedad. Y tiene que serlo dada la distancia en siglos luz a que se encuentra Tierra de Stranviron y de la escasa energía inteligente que se desprende de los cráneos terrestres. Es un auténtico milagro que llegara a encenderse el pilotito verde, ese que nos avisa de la existencia de hasta un solo átomo inteligente en una galaxia.

Ejem…ejem… A pesar de la poco abundante inteligencia de sus nativos, con cráneos duros como pedruscos y tan vacuos como lo está en estos momentos mi estómago ( estoy en ayunas para evitar que el nerviosismo que me embarga habitualmente en estos casos me haga vomitar) creo estar en condiciones de confirmarles lo larga y divertida que será esta comunicación. Les hará reír como nunca hasta ahora lo habían hecho, razón por la que les aconsejo sujeten sus ingles con el cinturón risitas para evitar accidentes por descoyuntamiento inguinal.

Nos veremos obligados a parar en repetidas ocasiones para alimentarnos, dormir o estirar las piernas, pero eso no será un grave inconveniente, puesto que ustedes no tienen nada mejor que hacer y yo tampoco. Voy a dividir esta comunicación en varias partes y un prólogo. Me disculparán que aún ignore el número de partes, esto dependerá de su paciencia, y en cuanto al prólogo consistirá en una breve historieta sobre cómo llegué al planeta Tierra y el primer contacto con un especimen humano.

Y ahora, lo quieran o no, me van a permitir un breve receso para echarme al diente un stranwich de algas con proteina mineral. Continuaré la comunicación en cuanto tenga el stranwich en el estómago. Nosotros estaremos muy adelantados en el plano inteligente pero nos vemos precisados a alimentarnos como las especies más tontas.



Apreciados colegas: Aún con el delicioso sabor de la proteina mineral, extraída de la roca Grano de Néctar, en el paladar, me dispongo, de muy buen humor, a contarles cómo llegué al planeta Tierra y cómo sucedió el primer contacto con un nativo terrestre.

Cuando me sugirieron un estudio de la raza terrestre, raza inteligente según los parámetros consensuados por todas los seres inteligentes, me encontraba terminando un ensayo sobre la especie cuatrípeda aratorna, del planeta Áraton. Nunca abandoné con mayor placer un estudio. Los aratornos serán inteligentes, que no lo niego, pero su conducta carece del menor interés para quien considera el humor la más alta manifestación de la inteligencia. Esta especie es tan sumamente pragmática que no se encuentra en ella la menor contradicción, razón por la cual su sentido del humor está aún por descubrir.

Elegí viajar al planeta Tierra utilizando medios convencionales. Para ello me hice instalar en una nave intergaláctica, concretamente la Galax II, renunciando al viaje instantáneo de nuestro transformador mental. Como saben se trata del último ingenio de nuestra muy ingeniosa tecnología. El TM transforma nuestras partículas físicas en mentales y ¡zás!, basta un simple pensamiento para llegar al tiempo y lugar que previamente has elegido. En cambio en un viaje convencional tienes tiempo sobrado para estudiar sin prisa los numerosos datos, enviados por sondas no tripuladas, sobre los terráqueos. Puedes hacerte tus propios diseños corporales con el fin de pasar desapercibido entre sus nativos y probártelos ante el espejo, dando pequeños retoques aquí y allá. Así mismo estudias con calma sus numerosas lenguas, idiomas y dialectos, intentando desvelar la profunda filosofía de la vida que late necesiaramente en todo lenguaje. Les confieso que me divertí mucho repitiendo las lecciones de nuestra máquina parlante, profesora de idiomas titulada. Buenos dias, good morning, bon jour…etc, etc.

Me apasionó el estudio e interpretación de los datos recopilados por nuestras eficientes sondas, que tal vez merecerían una medallita al trabajo. Tal vez apasionante no sea la palabra adecuada para describir la emoción que me produjo estudiar una especie inteligente que lo posee todo y en grandes cantidades, excepto tal vez una adecuada dosis de inteligencia. ¡Hermosa contradicción!.

Como ustedes saben, nada resulta más sencillo que adoptar la forma física de cada especie inteligente a estudiar. Ellas aún ignoran, ¡pobres!, que no es preciso conectar neurona con neurona, siguiendo su peculiar diseño, para que un extraterrestre pueda expresarse a través de un cuerpo físico. Poniendo una comparación muy querida por los terrestres, es como si alguien se introdujera en uno de sus vehículos motorizados y, una vez aprendido para qué sirve cada pedal, se pusiera a conducir tan campante por sus autopistas. Ellos son tan inteligentes que ni siquiera saben diferenciar la parte valiosa de su invididualidad, su mente consciente, de un simple trozo de carne que ha moldeado su consciencia en una larga evolución de milenios, para lograr satisfacer su necesidad elemental, propia de seres poco evolucionados, de seguir manteniendo contacto con el mundo material. ¡Riánse ustedes!. Y sigan riéndose puesto que nosotros hacemos tres cuartos de lo mismo.¿O no me acabo yo de zampar un stranwich de proteína mineral?.

Nuestra tecnología, casi milagrosa, y sobre todo nuestra mente, evolucionada hasta extremos que la especie humana consideraría divinos, se me hizo fácil hacerme con el cuerpo humano más adecuado para pasar desapercibido entre ellos y que menos problemas me diera, porque era inevitable que me diera algunos. Tuve que probar varios cuerpos, de infantes, de ancianos, de mujeres y de hombres, hasta elegir el que me pareció menos problemático. La computadora de Galax II creó un entorno virtual donde pude experimentar con ellos a gusto y gana hasta decidirme a encargar al sastre el que me pareció más interesante.

Paso a delimitar someramente las conclusiones a las que llegué en la probatura de cuerpos: 1º) El cuerpo de infante sería un engorro, puesto que las crias de la especie no tienen papel relevante alguno que desempeñar en su sociedad. 2º) El cuerpo del anciano me marginaría automáticamente del centro social más activo. 3º) El cuerpo de la mujer me daría una estética muy apreciada entre los nativos terráqueos, pero a cambio me vería excluido de los grandes centros de poder, aún en manos del macho aunque yo diría que no por mucho tiempo.

Así pues mi conclusión fue sencilla: elegir un cuerpo de macho adulto, ligeramente atractivo, de una edad que ellos consideran ideal ( la mitad de su vida estandar, más o menos). El resto de adminículos resultaron sencillos de diseñar: una tarjeta de crédito sin restricciones, toda la documentación necesaria para demostrar que habia nacido en un lugar concreto de su planeta, en un día determinado de su calendario, que tenía unos padres X e Y, que había realizado estudios ( no quise abusar y convertirme en un genio, puesto que ser un genio en su sociedad es aceptar un riesgo demasiado elevado) y el resto del papeleo imprescindible para tener libertad de movimientos en su compleja organización social. Les advierto que no tuve otro remedio que mandar fabricar un maletín como el que llevan sus ejecutivos o yupis, para guardar toda la documentación necesaria. ¡Menos mal que nuestra tecnología permite hacer virguerías con estas cosas!.



Y con esto pasaré a contarles a continuación – en cuanto haga una pequeña pausa para beberme un litro de agua, de sabor múltiple, burbujeante y convenientemente preparada para facilitar la digestión del stranwich de alga y proteína mineral – el primer contacto con los terráqueos o terrestres.

Permítanme que les diga algo: no nos vendría mal desprendernos de una vez por todas de estos cuerpos de cristal carbónico energetizado hasta la décima potencia al cuadrado. Tienen su encanto, puesto que nos permiten saborear un stranwich y darnos lingotazos de toda clase de líquidos, pero me temo que dan más problemas que otra cosa.

Y ahora hagamos otro receso, que se me está secando la boca.

viernes, 24 de septiembre de 2021

MICRORRELATOS TEMÁTICOS

 


MICRORRELATOS TEMÁTICOS




PRIMER TEOREMA DEL PRIMER SABIO DE LA HISTORIA/ MICROS TEMÁTICOS/LA SABIDURÍA



Tras una vida de desesperantes e infructuosos esfuerzos, buscando la fórmula perfecta para definir al hombre, consiguió dar con el teorema que le daría fama perpetua. El universo es redondo. Ya puedes dar las vueltas que quieras, siempre acabas por encontrarte. Pitágoras de Samotracia, uno de los sabios perdidos de Grecia.



LA CUADRATURA DEL CÍRCULO

Es imposible cuadrar el círculo, como es imposible convertir un círculo en cuadrado. Entre ambas figuras geométricas solo hay contactos. Debemos agradecerlos como un milagro, como un don de los dioses y quemar incienso en el altar del Diseñador del universo.

TALES DE “MOLETO CUANDO DIGO LA VERDAD”.

II TEOREMA DE UN NOBEL DE FISICA SOBRE LA VIOLENCIA QUE NOS RODEA.

La violencia es la forma más sencilla de destrozar el objetivo que uno se ha propuesto alcanzar”.



John “Cabezaprivilegiada”. Catedrático de física aplicada a la sociología de la Universidad “MentisGalacticensis” en un extraño planeta llamado Tierra.










miércoles, 15 de septiembre de 2021

LA VENGANZA DE KATHY I






LA VENGANZA DE KATHY

Me desperté con la sensación de que era tarde, muy tarde, no sé para qué, porque no tenía nada que hacer. ¿O sí? Claro. Estaba investigando el asesinato del director. Pero eso no corría prisa, nada lo iba a resucitar. ¿Me habría llamado Jimmy? No, salvo emergencia. La única que se me ocurrió es que se hubiera producido otro asesinato. ¿Dónde había dejado el walkie talkie? No tenía grabadora de llamadas, al menos que yo supiera. Quería acercarme al apartamento de Heather, para darle un beso. ¿Qué turno tenía? No lo recordaba. ¿Qué hora era? En mi muñeca no había reloj de pulsera. ¿Había llegado a Crazyworld con reloj? A saber. Dolores no estaba en la cama. Lo supe cuando me volteé buscando sus pechos. Me adormilé un rato. No mucho porque mi mente había comenzado a hervir. Eso me recordó el desayuno. No porque mi cabeza hirviera como una cafetera, era la alarma del estómago. Sentía hambre. Me arrojé de la cama y me puse en marcha. Una ducha con agua caliente, me unté de gel y me restregué con la esponja. Dolorcitas no disponía de colonia masculina. Creo que en mi cuarto había de todo, pero no podía arriesgarme a volver al pabellón de los pacientes. ¡A saber lo que estaría ocurriendo allí!

Me sequé. Sin esperar a vestirme busqué a Dolores. Tampoco estaba en el apartamento. Encontré una nota en la cocina con el desayuno. “No puedo esperar, me han avisado, en las cocinas hay un caos terrible. Disfruta del desayuno. Ha sido una noche deliciosa, espero que se repita. Te he dejado una copia de la llave dentro de este camafeo. La cadena es de oro. Un regalo de mis hijas antes de abandonarlas para buscar trabajo al otro lado de la frontera. He cambiado las fotos de mis hijas por la mía, cuando era joven y guapa. Espero que te guste. Cuélgatelo al cuello y usa la llave cuando quieras. No la pierdas. Un beso”. Desayuné con apetito. Luego me puse a buscar el walkie talkie por todo el apartamento. Aproveché para husmear en los cajones. Encontré un álbum de fotos. Sus hijas eran muy guapas. No descubrí ningún secreto. El walkie estaba en el frutero, sobre la fruta. Lo tenía delante de las narices y no lo había visto. Regresé al servicio. La mermelada hizo su efecto. Procuré dejarlo todo más o menos limpio y ordenado. Me vestí, colgué el camafeo de mi cuello, el walkie del cinturón. Pensé en si me dejaba algo. No tenía reloj, tampoco cartera. Eso me hizo pensar en la posibilidad de que mis efectos personales estuvieran recogidos en la enfermería. ¡Para lo que me iban a servir! Puede que los tuviera Kathy. Mejor olvidarse de ellos. También de Kathy. Se me ponía el vello de punta solo pensar en lo que estaría tramando.

Cerré la puerta con la llave. Funcionaba a la perfección. Ahora visitaría a Heather, suponiendo que encontrara su casa. Se me ocurrió que debería pedirle un plano de Crazyworld, suponiendo que lo hubiera, tenía que haberlo. Me había olvidado de mirar la hora en algún reloj en el apartamento de Dolores. Era un día soleado, hermoso. El sol estaba alto en el cielo. ¿Ya era mediodía? En el tiempo que llevaba allí no me había planteado en qué estación del año estábamos. ¿Era verano? Comencé a sentirme raro, me venían a la cabeza ideas nuevas que no me había planteado antes. Tal vez el sueño estuviera acelerando la recuperación de mi memoria. Intenté recordar. Nada. Falsa alarma. El parque estaba vacío. Demasiado silencio. Caminé en la dirección que supuse estaba el apartamento de Heather. En dirección contraria al pabellón de los pacientes, claro. No resultó tan sencillo. Me perdí varias veces. Casi llego a la casa de la doctora Patricia. Cambié de dirección. Por suerte recordé el conjunto de farolas en el que me había fijado siguiendo a Heather a su casa. Como era de noche, las farolas era lo único en que uno se podía fijar. Suerte.

Ahora solo quedaba saber cuál era su portal. Un maullidito de gato alumbró mi oscuridad. Lo había olvidado por completo. Me sentí tan culpable que a punto estuve de responder yo también con otro maullido. Calculé cuál sería el timbre de su apartamento. No recordaba nada, ni siquiera me había preocupado de hacerme un croquis mental. Estaba dispuesto a llamar a todos, ya encontraría alguna disculpa. No fue necesario. La voz dulce y cantarina de Heather me respondió a la segunda llamada. Debió de verme por la cámara del videófono, o como se llamara, porque me abrió sin preguntar nada. Subí las escaleras. No tuve que plantearme a qué puerta debería llamar ahora, porque ella estaba esperándome con la puerta abierta, en braguitas. En sus brazos maullaba el gatito.

-¿Cómo sabías que era yo?

-¿Quién podía ser? ¿Crees que mi casa es un trasiego de guapos mozos?

-No me extrañaría.

-Hombres hay muchos, pero guapos, lo que se dice guapos, solo tú, cariño.

Nos besamos y me pasó el gatito, o la gatita. Lo besé en los morritos y le acaricié el lomo. Se puso a ronronear.

-¿Has desayunado?

- Sí, gracias.

-¿Dónde has pasado la noche?

-En casa de Dolores.

-¿Todo bien?

-Sí. Me hizo una comida mexicana muy rica. Me trató a cuerpo de rey y Kathy no dio señales de vida.

-¿Hubo sexo?

-Es una mujer muy cariñosa, y también muy necesitada. No entiendo por qué no utiliza a los gigolós. Según Jimmy Crazyworld dispone de un grupo de mercenarios y mercenarias de muy buen ver.

-¿Eso te dijo Jimmy?

-¿No es verdad?

-Lo es. Por desgracia para él ya saturó a todas las mercenarias, como dices tú. No hay mujer en Crazyworld que no esté saturada de ese payaso. Por cierto, me debes un premio. Me has despertado. Ya te dije que tenía turno de noche.

-Perdona, perdona. Me había olvidado. Necesitaba verte.

-Espero que Dolores no te haya agotado. Ven conmigo a la cama.

Y allá que nos fuimos. La gatita se quedó en una cesta que Heather le había preparado en la habitación, muy mona. Se quedó dormidita tan pronto la coloqué sobre su mantita. Me desvestí procurando que el camafeo que había colocado en un bolsillo de los pantalones no sonara contra la madera de la silla. Nos abrazamos, nos besamos y disfrutamos del placer hasta caer rendidos. Heather me hizo unas cuantas preguntas más antes de cerrar los ojos en brazos de Morfeo. Me dije que la mejor forma de pasar el día era quedarme allí, olvidándome de todo. Que le dieran a Jimmy, a Kathy, al cadáver del director, a Mr. Arkadín y a aquella prisión de mierda. No quería pensar en nada. Me abracé a Heather y me dispuse a acompañarla en el sueño. Por mucho que durmiera me costaría recuperar el sueño que había perdido con Kathy. No quería pensar en ella, no quería…

Una voz chillona y desagradable comenzó a dirigirse a alguien, insultándole con todas las palabras soeces del diccionario. Tardé en darme cuenta de lo que estaba pasando. Jimmy me estaba llamando por el walkie talkie. Heather se sobresaltó y abrió un cajón de la mesilla de noche. Antes de que pudiera sacar su arma reglamentaria yo lo había sujetado con fuerza.

-Es ese idiota de Jimmy. ¿No pudo encontrar otro momento mejor?

-El idiota lo serás tú, pasmado, zopenco. Te pasas los días y las noches saltando de cama en cama mientras yo me enfrento solo a todos los problemas.

-Atiéndele, querido, o no me dejará dormir.

Hice lo que me pedía Heather. Me levanté y busqué el walkie a tientas.

-¿Qué ocurre, maldito cabrón? Ya verás cuando te pille, no me he olvidado de los golpes que me soltaste a traición.

-Dejaré que te vengues, cobarde de mierda, pero ahora hay cosas más urgentes.

-¿Otro asesinato?

-Espero que no. Nadie ha visto a Kathy por ninguna parte. Me temo lo peor.

-¿Quieres decir que estamos ante un asesino en serie? ¿Ahora se dedica a las mujeres? Eso no se adapta al perfil.

-¡Qué sabrás tú de perfiles, imbécil! ¿No estás amnésico, o has recobrado la memoria?

-Es cierto. Es cierto. ¿Qué quieres que haga?

-Cuando veas a Heather pregúntale si ha visto a Kathy en alguna cámara. Te quiero ahora mismo en el pabellón de los pacientes, que nadie te ha visto el pelo por aquí. ¿Dónde estás ahora?

-Dame media hora. Nos vemos allí. Corto y cierro.

Y cerré.

jueves, 2 de septiembre de 2021

QUIJOTADAS QUIJOTESCAS XI

 

  QUIJOTADAS SOBRE LA CORDURA

 

SI FUERA...SI FUERA....



          -UN PAJARO

           Sería un hermoso lorito al que han encerrado en una jaula para que se pase el día de cháchara sobre las verdades que todos creen conocer muy bien.




UN BARCO

Sería un crucero lujoso, repleto de aristócratas sociales, la creme de la creme, que lo saben todo sobre todo, nunca dudan de nada, no cometen errores, desprecian a los ignorantes, creen haberlo visto todo, creen estar en posesión de la verdad, nunca se arriesgan a dar un paso en falso y hacen novenas todos los días para no encontrarse con el barco de los locos, el buque fantasma. Caminan de proa a popa hinchando el pecho, vestidos con levita y sombrero de copa que levantan sobre sus cabezas para saludar a todo el mundo, los cuerdos, los normales. Jamás han pisado territorio ignoto, ni se han acercado a costas lejanas y salvajes, ni siquiera se han subido a un bote para acercarse a una hermosa playa desconocida.



UN PAISAJE

Sería una playa turística donde todos los cuerdos toman el sol, agrupados en rebaños, sobre toallas que libran sus cuerpos de la arena, y cuando notan la piel caliente se meten dos pasos en el agua para remojarse el culete. Ya han reservado una mesa en el chiringuito para comer la paella. Cuando llegue la puesta de sol desfilarán todos en fila india hacia sus apartamentos.



UN ARMA DE DESTRUCCIÓN MASIVA

Sería la bomba de neutrones que acaba con todos los seres vivos pero deja todo lo demás intacto para que vengan luego los cuerdos, protegidos con trajes NBQ y recorran el perímetro, buscando a locos listillos que han quedado indemnes.



UN FENÓMENO CÓSMICO

Sería un agujero negro que atrapa toda luz que se acerca a su perímetro y no la vuelve a dejar salir. Todo lo convierte en oscuridad y ésta se hace tan densa que se convierte en invisible. Dicen que comunica con otra dimensión, a donde expulsa la luz que atrapa, pero eso no se ha comprobado, lo único cierto es que es oscuro, tragón, devorador de la luz y que su orden no es otro que comprimir todo lo que existe en una brutal dictadura de donde nada se escapa. Su masa es diminuta y su peso atraviesa por el centro cualquier existencia que luche por sobrevivir.



UNA PLANTA

Sería una planta carnívora, bella, hermosa, vestida con colores atractivos, que grita como una sirena seductora, buscando ingenuos amantes de la belleza. Cuando te acercas extiende sus zarcillos que aparentan fragilidad y te atrapa. Luego te va devorando sin prisas, impasible a tu dolor, hasta que dejas de ser tú mismo y te transformas en una parte infinintesimal de la cordura.



UNA FIGURA JERÁRQUICA

Sería un pomposo rey, sentado en su trono deslumbrante, con su corona de diamantes en la cabeza, con su báculo de mando que despide rayos como si fuera el báculo de Júpiter, que mira airado a quienes no se postran a sus pies. Cuando está solo y nadie le mira disfruta del bufón de turno, hasta que se cansa de él y lo devora, como Cronos a sus hijos.



UN FENÓMENO METEREOLÓGICO

Sería una ola de calor y luego otra de frío, un chirimiri infernal que acaba perforando tu cabeza, gota a gota. Contempla impasible la tormenta que ilumina el cielo de rayos,  llena el aire de truenos, el suelo de granizo, convierte la llanura en mar y los barrancos en ríos caudalosos. Cuando todo pasa llama al poderoso sol que no deja ni rastro de la tormenta, transformándolo todo en un desierto donde brotan espejismos que convencen a los ingenuos extraviados que están rodeados de cuerdos oasis.



UN COCINERO

Sería un dogmático dietista que solo prepara platos de hierbas laxantes, para que todos estén tan delgados como juncos, mientras él a escondidas disfruta de pantagruélicos banquetes. Cuando consigue que toda la humanidad se vuelva anoréxica, se convierte en “arbiter elegantiae” en el mundo virtual y muestra a todos la nueva moda actual, la obesidad sin límites.



UN POETA

Convertiría al ripio en la única forma métrica y condenaría con blasfemias y maldiciones al verso libre.



UNA FIGURA EN EL ESQUEMA FAMILIAR

Sería el paterfamilias maltratador que hace creer a todo el mundo que su familia es el ejemplo vivo de lo que se consigue imponiendo la cordura a palos. Donde existe cordura no aparece la libertad. Ese es su lema.



UN PEZ

Sería un cardumen de peces que sigue al pez Vicente, que va donde va la gente. Al final todos terminan devorados en la boca de la orca.

ADIVINA, ADIVINANZA. ¿QUIÉN SOY, SI NO SOY SANCHO PANZA?

-Nada existe fuera de mí y si alguien dice que existe algo es que está loco.

-Soy el orden preestablecido. Quien no sigue las leyes, las normas, los reglamentos, quien no paga las multas, vive en el caos, donde solo hay un perpetuo rechinar de dientes,

-Soy el sabio Trís-Trás con tijeras. Voy despojando a la gente de sus vestiduras hasta dejarlos desnudos. La vergüenza que sienten al contemplarse desnudos unos a otros alimenta mi sabiduría. Pronto me seguirán como al nuevo profeta que los librará del apocalipsis.

-Nací cuando dejé de pensar por mí mismo y moriré cuando me replantee todas las verdades. He tenido una vida apacible. Estoy contento.

-No sé quién soy, pero sí quién quiero ser: La perfección absoluta. Mis enemigos son los que dicen aquello de: “Nadie es perfecto”.

En efecto, habéis adivinado esta adivinanza. Soy la cordura, el cuerdo, quien nunca reconocerá sus errores porque no los comete. Seguid mis pasos y la realidad se transformará en el paraíso terrenal, donde vuestros progenitores iban desnudos y no se daban cuenta de su desnudez.

sábado, 21 de agosto de 2021

UN DÍA EN LA VIDA DE UNA FAMILIA VANTIANA XV

 


“Toca su cabeza. Deja su mano en su testuz. Acaricia su frente y… Milagro. No ocurre nada. La caeros líder, la hembra Beta, cierra los ojos un instante, como si le gustara que la acariciaran. Los abre y mira a Rosindra como si la conociera de toda la vida y fueran muy amigas. Abre la boca y lanza un mugido regocijado. Todo el rebaño, compuesto de hembras y crías levantan sus testudes, miran en su dirección y comprenden de inmediato lo que ocurre. Otra visita más de estos pesados vantianos. ¿No tendrán otra cosa mejor que hacer? Ustedes, queridos holovidentes no lo saben, pero el mugido indica el permiso que la hembra Beta ha dado a Rosindra y al resto del grupo para que puedan acercarse al resto de la manada y acariciar a hembras y crías sin recibir malas caras y mucho menos agresiones destempladas. Ustedes no lo saben, pero sí Rosindra, que repite esta escena cinco veces a la semana, descansando dos días a elegir. Nuestra amable guía es  voluntaria, como otros muchos, en su mayoría amantes de los animales. Lo hace porque adora a estos seres, relegados  por la historia a un lugar secundario en la vida del planeta Omega. También porque de esta manera obtiene un buen número de créditos que está ahorrando para emplearlos en un proyecto delirante, pero que ella cree poder llevar a buen término. Ella, que ahora no nos oye, lo mismo que Alierina, nuestra intrépida reportera, porque han desconectado para impedir que mi voz cantarina pueda descentrarlas de este protocolo tan estudiado y sufrir algún percance. Ella –quiero decir Rosindra- forma parte de un grupo cada día más numeroso de omeguianos que van a plantearle a nuestra amable inteligencia artificial que levante las defensas de rayos omega que nos mantienen en cuarentena, aislados del resto de la galaxia, para así poder viajar en una nave espacial, especialmente acondicionada, hacia otros planetas de los que llevamos varios siglos separados debido a aquel ataque inesperado y terriblemente agresivo de los noctorianos. Ustedes, queridos holovidentes, no lo saben, a no ser que hayan pedido al bueno de “H” que les deje ver la gigantesca producción con actores holográficos que se hizo en su momento para explicar las razones que existieron para tomar una medida tan drástica y que tanto molestó a nuestros abuelos y tatarabuelos. El resto de ustedes ni saben ni les preocupa en lo más mínimo que no puedan hacer turismo por el Cuadrante, en naves crucero, como hacían sus ancestros, más o menos lejanos, quienes recibían al mismo tiempo un turismo apabullante, lo mejor de todo el Cuadrante y aún más allá, desde los arrabales galácticos.

Les anuncio, ahora que Alierina no nos oye, porque ella aún no lo sabe, que mañana tendremos un programa especial sobre la gran batalla contra los noctorianos. Proyectaremos la película de la que ya les he hablado y luego habrá un coloquio-circunloquio con tantos tertulianos y tan contradictorios entre sí, que promete una tertulia explosiva. Y mientras termina esta escena carnavalesca, me preparo para dar conexión a Alierina, Rosindra y este grupito de valientes. Resumo, por si alguno de ustedes no estaba mirando la pantalla, embelesado por mi narración. Tras Rosindra ha sido Alierina la que ha repetido exactamente los mismo pasos de la guía, y luego Elierina y su mudo esposo y el resto. La caeros los ha olido a todos, lo que no ha hecho con Rosindra a quien ya tiene muy olida, para impregnarse de su olor, memorizarlo y aceptar su intrusión como algo natural. A continuación la guía, seguida de sus adláteres, se ha dirigido hacia el interior de la manada, donde están las crías de esta temporada, todas muy pequeñitas y graciosas, aunque muy asustadizas. Sus mamás los han aceptado, creo que por sumisión debida a la hembra Beta, o mamá suprema, y han pedido a sus crías que se dejen acariciar, aunque no es algo que agrade especialmente a estos pequeños. Ha sido una escena muy tierna. Sin ningún incidente digno de reseñar, el grupito de omeguianos ha salido del perímetro que ocupa el rebaño, y ahora, ya suficientemente alejados, podemos restablecer la conexión para que todos nos expliquen sus impresiones.

-Aló, aló, Alierina. Restablecemos la conexión para que compartáis con nosotros vuestras impresiones.

-Ni aló ni leche de caeros, Arminidio. Que he estado escuchando tu estúpida narración. Ya sabía que te ibas a aprovechar, por lo que no me he desconectado. Ya hablaremos tú y yo. En compensación por tu caduco sentido del humor te pido, mejor dicho, te exijo, y te doy de tiempo hasta la semana que viene, y ya es mucho tiempo, que organices un programa especial, bien una visita a las montañas Negras para conocer a los granjeros rebeldes, o bien al palacio de HDM-24, una visita guiada por Ermantis. Y aprovecho para dejar bien claro que no nos hemos acostado, como dicen las malas lenguas, pero anuncio que sí nos acostaremos en cuanto termine el programa o dejaré de llamarme Alierina.

-Por todos los dioses de nuestros ancestros, a quienes adoraban antes de que llegara el Mesías de Omega, admito mi culpa y acepto el castigo, pero es muy poco tiempo para organizarlo todo.

-Admito que la visita a las Montañas Negras será difícil de conseguir, ya que el permiso de “H” es muy complicado y necesitarás más tiempo, pero la visita a su palacio es pan comido. Por ahí no paso.

-Lo intentaré, te lo prometo, a cambio de tu perdón incondicional. Y ahora, ¿por qué no nos contáis vuestras emociones?

-De acuerdo, que comience Rosindra, luego seguiré yo y después Elielina y todos los demás.

-Bueno, para mí ha sido una experiencia más. Me gustan especialmente los caeros, por lo que, siempre que puedo, pido hacer de guía para visitar a estos encantadores animales. El zoo de Vantis es enorme y las especies animales que contiene muy numerosas. Todas ellas son dignas de atención y muy interesantes. Mi preferida, tras los caeros, son los kooris, a quienes visitaremos a continuación. Les advierto que son tan juguetones y atolondrados que deberán tomárselo con humor o alguno sufrirá un síncope. En cuanto a los caeros, mi primera visita ocurrió hace algunos años, no sé cuántos, porque llevo ya muchos como guía del zoo. Por cierto, Arminido, que yo también te he estado escuchando. Me parece muy mal que hayas desvelado, para los holovidentes, un secreto que muy pocos conocían. En compensación, como ha hecho Alierina, te pido, mejor dicho, te exijo, que forme parte de los invitados que vayan al palacio de HDM-24. Quiero pedirle en persona que nos deje viajar, a la expedición, por los planetas más señalados del cuadrante. Estoy muy interesada en la fauna y la flora de esos planetas, así como otros miembros de la expedición lo están en otros temas, especialmente los historiadores están dispuestos a morir en el intento para conseguir toda la documentación que puedan en los archivos de esos planetas y no solo lo referente a la brutal agresión noctoriana que sufrieron nuestros antepasados.

-Pobre de mí, pobrecito. Todos son exigencias. Pues bien, yo también pongo una y no admite componendas. A cambio pido, exijo, que aceptéis mi invitación a cenar. Una cena ecológica donde vosotras digáis.

-Creo que Rosindra estará de acuerdo conmigo. Aceptamos con la condición que esté presente un robot guardián. Todo el mundo sabe que eres un seductor de pacotilla, Arminido. No nos fiamos de ti. No nos tocarás un pelo de la ropa sin nuestro permiso.

-Hecho. Pero Rosindra no ha terminado de contarnos su experiencia con los caeros…