viernes, 16 de octubre de 2020

TERCER DÍA EN CRAZYWORLD II












-No sé cómo ha descubierto que el miserable de nuestro director, ahora difunto, ¡loado sea el señor!, violó a la hija de la doctora Patricia. La pobre se ha convertido en la sospechosa número uno. Quiere que vayas a verla y hables con ella y su hija. Jimmy está convencido de que eres el único que podrá sacarles algo. No sé por qué lo pensará. Imagino que porque pareces tener buena mano con las mujeres y las gatitas. Yo te voy a acompañar, aunque él no quiere que lo haga, me lo dijo expresamente. Luego vendrás a mi casa a comer y no puedes decir que no. Hoy serás todo para mí, te pongas como te pongas. Ese idiota de Jimmy se habría ahorrado sus pesquisas si me lo hubiera preguntado a mí, pero parece que soy la única mujer en Crazyworld a la que no le interesa acosar. No lo entiendo, porque con el hambre de sexo que tiene podía tener menos remilgos. El muy cabroncete.

Dolores quitó su brazo de mi hombro, sentí un gran alivio. Cuando la miré su boca esbozaba una gran sonrisa, llena de encanto. No quise preguntarme por la razón de su creencia en mi buena mano con las mujeres y las gatitas. Parecía saber todo lo que ocurría en Crazyworld, incluso antes de que ocurriera, y eso que no tenía a su disposición las cámaras espía del centro de seguridad.

-De acuerdo. Heather no me comentó nada de la doctora Patricia…

Me quedé en suspenso. Había metido la pata, desvelando dónde había pasado la noche y poniendo en entredicho la intimidad de una dama. Me sentí mal. Ella debió notarlo.

-No te preocupes, chiquitín, ya sabía con quién has pasado esta noche, como la anterior. Nada de lo que aquí sucede escapa a mis castos ojos y orejas.

Noté un brazo mucho más liviano que el suyo oprimiéndome el gaznate. La sorpresa fue mayúscula, pero cuándo la opresión se hizo ominosa supe de quién se trataba. Jimmy estaba a mis espaldas y dispuesto a ahogarme sin darme la menor oportunidad de explicarme. Una voz susurrante y destemplada como un serrucho oxidado me dijo algo a la oreja.

-Por fin te pillo, cabrón. Mientras yo no he parado de investigar tú te lo has pasado tan ricamente con esa zorra de Heather. Quiero que sepas que no puedes ocultarme nada. Eres un cabrón con suerte. Ahora vas a ir a ver a Patricia y le sonsacarás todo, aunque tengas que pasarte la noche con ella. Eso te lo permito por el bien de la causa. Cuando acabes con ella, sea la hora que sea, te pasas por el despacho del doctor Sun, te estará esperando y yo también. Las cosas se están poniendo muy feas y necesitamos pensar en una estrategia.

Su brazo no dejaba de oprimirme el cuello, apenas podía ya respirar. Tenía que hacer algo. Pero no me dio tiempo. Tiró con fuerza hacia atrás y me vi obligado a acompañar su movimiento. Mi cuerpo salió disparado del banco y me quedé espatarrado en el suelo. Jimmy no perdió el tiempo. Comenzó a darme puñetazos como un loco, uno de ellos en el estómago, lo que me hizo vomitar los desayunos. Luego empezó a patearme con saña. Cuando acabó me lanzó un walkie-talkie a la cabeza y salió corriendo, no sin antes vocearme que como no lo tuviera encendido todo el tiempo me iba a castrar. Dolores estaba de pie y se acercaba a mí como a cámara lenta. Pude imaginarme lo mucho que le habría costado levantarse del banco para acudir en mi ayuda. La disculpé. Me dio su mano y haciendo un esfuerzo pude ponerme en pie. Sangraba un poco por la nariz y me dolía un ojo, supuse que me quedaría un moratón. El resto del cuerpo me dolía, pero no demasiado. Ni siquiera me sentía encolerizado, deseando salir tras él para pillar a aquel renacuajo y estrujarle entre mis manos. La sorpresa había sido tal que ahora que me había librado casi tenía ganas de reír. Creo que se me escapó una risita.

-Lo siento, chiquilín, a mí también me pilló por sorpresa. Acerquémonos a esa fuente para que te limpies la sangre de la nariz. Por suerte el vómito no te ha ensuciado la ropa. Ahora sí que no puedes negarte a venir a mi casa a comer, ni siquiera has podido digerir el desayuno. Si quieres podemos ir a casa y te adecento un poco.

-No gracias, Dolores, eres muy amable. Bastará con que me limpie la sangre y si eres tan amable me sacudes un poco el polvo. Quiero ir a ver cuanto antes a esa dichosa Patricia y terminar con este asunto cuanto antes. Luego te agradecería que me dieras un poco de linimento por todo el cuerpo y un buen masaje, ese tontaina me ha dejado el cuerpo machacado.

-Claro que sí, mi pequeñín, tengo en casa linimento y todo lo que haga falta.

En la fuente de agua fresca y potable me mojé la cabeza, limpié la sangre de la nariz y restregué mi camisa para quitar algunas manchas –Dolores no pudo por menos de sonreír, imagino que porque es un gesto que hacemos todos los hombres, aunque es un recuerdo vago- bebí un buen trago esperando que no me sentara mal porque el estómago andaba un tanto revuelto. Entonces recordé que había dejado en tierra el artilugio de Jimmy. Retrocedí y con esfuerzo doblé mi bisagra y me hice con él. Decidí que era mejor tenerlo activo y darle largas que arriesgarme a que me buscara porque no contestaba a sus requerimientos. Le pedí que nos sentáramos otro ratito para recuperarme.

-No veo mucha gente por aquí, para ser sincero no veo a nadie.

-La gente tiene miedo y además el doctor Sun ha recluido por grupos a los pacientes en las celdas de aislamiento. Está intentando llegar a sus subconscientes para comprobar si alguien sabe algo. Según me contó Jimmy parece que ha salido de su pasmo para regresar a su tontería habitual. El Pecas no quiso darme muchos detalles, pero al parecer Mr. Arkadin ha anunciado su presencia para dentro de unos días y quiere tener al culpable identificado y recluido. El pobre debe de estar temblando ante la posibilidad de que le releven de su puesto y no pueda seguir buscando el subconsciente colectivo. Sería una pena porque me cae bien y no creo que su sustituto sea mejor. Vale más lo malo conocido…

-¿Queda muy lejos la casa de Patricia?

-Bastante. Cuanto más importantes más lejos tienen sus casas y más lujosas.

-¿Y la granja?

-¿Aún no te ha llevado Jimmy? ¡Qué raro! Está en esta dirección, después de pasar la última zona de viviendas, en un claro del bosque que nos rodea por todas partes. Cortaron muchos árboles y las cuadras, corrales y viviendas de los granjeros están construidas de madera, es algo que merece la pena ver.

En cuanto me sentí mejor iniciamos el camino. Parecíamos dos borrachos que se apoyaran el uno en el otro para no caerse. Dolores anda con dificultad debido a su peso, aunque no se queja nunca.



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