-Hazlo, Rosindra. No me gustaría perderlo si al fin me decido
adoptarlo.
-Hecho. Señores, terminemos de comer mientras nos lo
permitan. Luego dejaremos que nuestro robot doméstico recoja todo y nos iremos
zumbando al interior de nuestra nave. Les aconsejo que ocupen sus asientos,
coloquen las sujeciones y permanezcan lo más quietos que sea posible. Si es
posible no muevan ni una ceja. Nuestro robot se encargará de todo. Está
acostumbrado a lidiar con los kooris y nunca pierde el control. Hará lo que
tenga que hacer para ponernos a salvo. Veo, querida Alierina, que tu bebé
permanece dormido. No lo despiertes, si es posible, hasta que todos estemos
dentro. Luego con cuidado lo dejas fuera o la turba nos invadirá al
rescate…Jajá, ha despertado y te ha debido de confundir con su mamá, porque
está intentando alimentarse a tus pechos. Es gracioso.
-Lo será para ti, Rosindra, que no sufres sus chupetones ni
sus dientecitos clavados en los pezones… ¡Uff! Me lo han arrebatado de un
tirón. Casi me quedo sin pezón. Cómo duele. Creo que será mejor que nos
traslademos a la nave cuanto antes y dejemos que el robot se entienda con
ellos.
-Cierto, ya han probado todo y parece que no les ha gustado.
Han iniciado una batalla lanzándose la comida como en un juego bélico de
primera. ¡Ay! Me han dado con un trozo de tarta en los ojos. No veo nada.
-Vamos, todos en pie. Procuremos dispersarnos y que cada cual
llegue a la nave como pueda. He perdido la pista de mi bebé. Esto es un
pandemónium. Los holovidentes se lo estarán pasando en grande, luego veremos
los comentarios, pero esto es una auténtica guerra. Jajá. Perdona Rosindra,
dame la mano. Un montón de kooris se han enredado en tus pies y te han tirado
al suelo. Espero que no te hayas hecho daño. Y por favor, límpiate los ojos de
una vez, o no podremos llegar a la nave. Arminido también se cachondeará de lo
lindo cuando lo vea después de terminar de almorzar. Aviso a producción. Se me
ha ocurrido que deberíamos hacer una campaña para que todos los vantianos
adopten a una familia de kooris. ¡Sería fantástico! No tendrían tiempo para
seguir viviendo en su mundo virtual. Ojo producción. Hay que hacer una campaña
en ese sentido. Acabemos con el universo virtual. Nunca imaginé que fuera tan
fácil.
-Jajá, déjate de bromas Alierina. Es muy gracioso pero esto
se pone cada vez más feo. Han trepado al pelo de Elielina y se están
balanceando como si fueran lianas. Y su marido no solo no la está ayudando sino
que corre como si le persiguiera algún diablo mitológico. Va a ser el primero
en llegar a la nave. Si será cobarde… Oh, no, sí, quiero decir sí, le han
zancadilleado y ha besado el suelo. Ahora se han subido a sus espaldas media
tribu y lo están atando con lianas diminutas, pero que parecen ser muy
resistentes. Lo han inmovilizado por completo. ¡Bravo por los kooris!
-Por lo que más quieras, Rosindra, no los animes o harán lo
mismo con nosotras. El robot ha entrado en fase hiperactiva y está recogiendo
todo a velocidad supersónica. Pero él tampoco se libra. Intentan ponerle la
zancadilla, pero ha encendido sus pequeños cohetes y va volando de acá para
allá. ¡Bravo robotín, bravo! Le están persiguiendo, yo diría que casi con saña,
en cuanto toca el suelo hay unos cuantos kooris que trepan a su cabeza e
intentan mover las antenas, que como sabéis son elementos esenciales para
ciertas percepciones robóticas…¡Oh, no! Parece que han conseguido desajustarlas
porque nuestro robot está haciendo cosas muy extrañas, yo diría que graciosas
si no me pusiera en su piel y sintiera que me lo están haciendo a mí, así me lo
parecería. Ha subido sobre los árboles y al descender se ha enredado en las
ramas de un tupido arbestis, que como todos sabéis es el árbol más numeroso en
estos bosques donde habitan estos simpáticos kooris y cuyas ramas forman un
auténtico laberinto. A toda velocidad ha subido la mayoría de esta tropa de
kooris y de alguna manera lo han atado con lianas y zarcillos. El pobre robot
debe de estar muy desorientado, porque de otra manera ya se habría librado,
tiene suficientes herramientas para hacerlo…¡Aaatchís! Perdón. No todos los
kooris se han ido detrás del robot, uno de ellos ha trepado hasta mi cabeza y
me ha escupido a la cara una sustancia pegajosa y repugnante. ¡Aaatchís! Lo
siento, pero creo que me está produciendo alergia.
-Otro ha hecho lo mismo conmigo. A mí lo que me produce es un
lagrimeo terrible. Estoy llorando a lágrima viva, algo que no recuerdo me haya
sucedido nunca. Nuestro robot tiene sustancias antialérgicas en aerosol para
impedir que hagan efecto en los visitantes, pero ahora está prisionero y no nos
puede atender. Los kooris las producen masticando ciertas plantas que solo
ellos conocen. En alguna ocasión lo han hecho con otros visitantes, pero
nuestro robot estaba libre para auxiliarles. Cada vez aprenden nuevas cosas. En
esta ocasión parece que se han puesto de acuerdo para anular al robot antes de
proceder a escupirnos las sustancias. Son unos verdaderos diablillos. Pido
disculpas por los gemidos, los sollozos y balbuceos que son producto de la
sustancia que me han arrojado. Por suerte nuestro robot ha debido orientarse porque
se ha librado de sus ataduras y está volando hacia nosotras para combatir
nuestras dolencias… Ya lo tenemos aquí. Por fin. ¡Qué alivio! Vuelvo a estar
normal.
-Yo también, Rosindra. Ha sido muy molesto. Ya nos queda poco
para alcanzar la nave. Veo que Oloronte no ha podido desatarse, cada vez está
más sujeto al suelo. Bueno, que lo zurzan. Ya lo librará nuestro robot cuando
pueda. ¡Uff! Ya estamos dentro. Ahora solo queda que el robot termine de
recoger y se libre de los kooris para que podamos despegar. Su programación de
emergencia ha debido acudir en su ayuda, porque ahora ya no toca con los pies
el suelo, ni se acerca a los árboles. Los kooris no pueden trepar a él. Ya casi
ha terminado de recoger. Ahora libra a Oloronte y a cuestas lo coloca en el
interior de la nave. Creo que ya podemos despegar. Oh, no, qué tengo en el
escote. ¡Pero si es mi bebecito! Ni siquiera lo he visto.
-Será mejor que con cuidado lo coloques fuera de la nave o
toda la tribu nos asaltará para rescatarlo. Así. Eso es. Estamos todos, hasta
el robot. Despeguemos. En efecto despegamos. ¡Uff, uff! Qué inmenso alivio. Qué
gran alivio.
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