lunes, 23 de febrero de 2015

RELATOS ERÓTICOS VIRTUALES II

RELATOS ERÓTICOS VIRTUALES II



UN DIVORCIADO AL ATAQUE

EL ROMANTICISMO EN LA RED

Sí, soy el mismo divorciado idiota del relato anterior. Y es que hay algunos que no escarmientan, erre que erre, soy como un torito bravo al que hubieran puesto delante un capote rojo y grana, solo que en este caso se trata de la minifalda roja de Caperucita roja o encarnada, por la vergüenza, si es que las rojas de las páginas de contacto tienen vergüenza, lo que dudo.

Soy idiota y no escarmiento, pero hasta el más lerdo toma precauciones cuando le engañan. Si te engañan una vez puede que no sea culpa tuya, si te engañan dos veces es culpa tuya, aunque tal vez tengas alguna disculpa... si la buscas mucho, si te engañan tres veces eres rematadamente tonto, y si no tienes remedio, al menos trata de llevar tu tontería con una cierta dignidad.

Me dije que como un ludópata incorregible, al menos debería poner un tope máximo al dinero que me voy a jugar a la ruleta, a la ruleta rusa, por ejemplo, dos balas y si no te metes una en la sien, lo dejas. Bueno, también se puede jugar al p.. o al bacarrá, o a... en un buen siempre encuentras juegos suficientes para jugarte la pasta. Abrí una libreta, como una cartilla de ahorros, y me dije, te vas a jugar esto, y luego que juegue su padre. Regatearé si es preciso, pero de ahí no paso, pondré solo una ficha en cada tirada de la ruleta, solo una. Diseñé una estrategia, me puse mi smoking de las ocasiones, mi pajarita, mis zapatitos de charol y me lancé al ruedo, bueno al tapete.





Calculé riesgos, hice estadísticas. De cada cien contactos uno me responderá, de cada uno que me responda, uno aceptará conocerme y tomar un café conmigo, de cada mil que tomen café conmigo, una aceptará llevarme a la cama, porque no seré yo quien lleve a nadie a la cama, no soy tan tonto, serán ellas las que me conduzcan al lecho por el camino que quieran. Y allí ya será cuenta mía lo que haga o lo que no haga.

Y comencé por el principio. Primero fui prudente, solo contactaré con aquellas que pongan en su perfil que lo que desean es una aventura de una noche, una noche loca. Nada de romanticismos. Luego, como las respuestas no llegaban, me volví loco y contacté con todas las que pude, cada día una buena remesa. Y esperé...y esperé... y esperé... Internet es como un universo en expansión, a velocidad de vértigo, pero me equivoqué. Si hubiera puesto un perfil falso, una foto de un musculitos joven y arrogante, tal vez ellas no resistirían a la tentación de contestarme el primero. Pero fui horado, sincero, idiota. Y ellas debieron ponerme el último de la cola, cuando ya no le quede otro con quien probar. Y si yo era su único contacto, cosa que dudo, esperarían un tiempo prudencial...por si llegaba un mejor partido.

Ni un solo contacto nativo respondió. Las mujeres de este país, o no son tontas, y quieren carne fresca o buscan juventud, o son unas remilgadas de mucho cuidado. Las primeras respuestas llegaron y eran todas extranjeras, inglesas, americanas, francesas, belgas, holandesas... Ni una italiana, curioso, o portuguesa, o... Una chica inglesa, de London-Londres. Un par de fotos de una chica joven, con buena delantera, buenas piernas y un culito... bueno el culito vino en una segunda entrega, en la primera enseñaba piernas y se adivinaban unos buenos pechos sin sujetador bajo el top o como se diga. El traductor hace milagros... aunque el verdadero milagro lo haces tú si quieres entender algo. Tal vez fuera el traductor, porque algo no encajaba, una chica que en realidad quiere una aventura seria y romántica pero que te dice que te va a follar hasta en la Torre de Londres. Tal vez sea el traductor, seguro, pero es que me puse como la grana con aquellas expresiones, y grana y oro me quedé. ¿Quieres una aventura seria y dices esas cosas, y enseñas ese delicioso culito, de espaldas, enseñando parte de la braguita? ¿Me estás poniendo cachondo antes de enamorarme? Buena estrategia. D. parecía una anglicana, puritana y tonta, suponiendo que así sean las anglicanas, que lo dudo. O como son las baptistas-adventistas del último día, que ignoro en realidad cómo son y cómo se lo montan. Algo no encajaba y no tuve que pensar mucho para descubrirlo. Una chica romántica y sensible rara vez escogerá a un vejestorio como yo, salvo que no tenga ojos en la cara o le guste la fruta madura, cosa que en la fruta se entiende, pero en los hombres no, seamos claros y honrados. Y por cada parrafito diciendo que busca un hombre serio y que si yo soy serio y no la engañaré como a una pardilla, le sigue otro que me pone la cara como un tomate, que si me va a comer el nabo, que si no aguanta más, que si la excitación le sube y le baja hasta encontrarse entre los muslos, que si... Esto es cosa del traductor de Google, dices pene o miembro y te traduce polla, polla loca, como la novela de Henry Miller. Dices labios de arriba y te pone labios de abajo y dices sexo y te pone chochito, coño y ordinarieces semejantes.

Y su ansia viva, que diría el admirado Mota, hace que al tercer correo, con más fotos guarras, te diga que quiere venir a verte, ya, ipso facto, sin esperar más. Y tu le dices, ven mi amor, que aquí te espero, comiendo un huevo, patatas fritas y un caramelo, y el pene enhiesto ( a saber cómo lo traducirá el desvergonzado del traductor de Google). Y ella, a vuelta de correo, a bote pronto, te dice que es estudiante y no tiene dinero para el avión...pues que venga nadando, leche, y que cruce el canal de la Mancha, como haría yo si estuviera claro que iba a catar ese culito rico. Y tú contestas que los divorciados estamos más tiesos que la mojama, y no precisamente abajo, sino en la cuenta bancaria. Y decides no poner una ficha en el tapete de la ruleta, porque todo está más claro que el agua, blanco y en botella... semen. Y también porque ya invertiste un par de fichas en otra chica, un bombón, del que te enamoraste locamente a las primeras de cambio, pero que no te lo comiste porque te dejó tirado en el aeropuerto, con un ramo de rosas, y una vez y dos veces. Y ni siquiera tuviste ánimo de regalárselo a una nativa. Los tiraste directamente a la papelera. Pero todo esto lo ocultas porque te da una vergüenza del carajo. ¡Eres tan tímido y vergonzoso! Como una novicia, como un divorciado timorato. Y esta es una historia para otra ocasión.

Y miras tu libreta y restas. Ana-María y Cia te llevaron un pico, no mucho, en el sexo gratis telefónico, el bombón se llevó un par de fichas y dos ramos de rosas, y... dos tonterías a... son... te quedan... Y culito rico, con el que sueñas de día y de noche, empalmado como un tren dispuesto a horadar un túnel, y delantera oculta bajo un top, sin sujetador ( al menos se lo podía haber quitado para la foto si el ansia viva era tan viva) insiste y te cuenta que su casero, viejo rijoso Londinense, quiere que le pague el alquiler que le debe en carne. Que le mandes el importe. Aquí culito rico ha cometido un error imperdonable. Quiere que le mandes dinero para el alquiler, pero no para el avión, no para que ese culito rico se ponga a tiro de nabo-enhiesto. Respondes con discreción, por si te equivocaras y al cabo de un tiempo pudieras darle un tiento. Divorciado sigue tieso como una mojama. Te olvidas de ella.




Junto con D. respondieron a tus requerimientos una docena de guiris o extranjeras, que no suecas, ni una. Tú te apresuraste a cantar una loa de sus cuerpos y almas. El ansia viva, romántica, porque ellas eran muy románticas, te impelió a invitarlas a tu cutre apartamento; la tiesez de la crisis económica te impedía a ti volar hacia ellas, cosa que hubieras hecho de tener alas, o con los brazos; lo intentaste desde la ventana, pero no te elevaste un palmo, lo que sí conseguiste elevar fue tu nabo, como traduce el bueno de Google, que tú pusiste muy claro eso del pene o miembro viril. Ellas enseguida estuvieron dispuestas, pero empezaron los problemas, no “moning”, ¿y si pudieras enviarme para el equipaje que el billete ya lo tengo? ¡Pero cómo os tengo que decir que estoy tieso!

A la diosa K... que no Kafka, hasta la escribiste un poema, y eso que te mandó un montón de fotos y ninguna coincidía con la otra. Una preciosa chica americana en un descapotable que te quitó el hipo de por vida; en la India, con Kim de la India, digo con la estatua de un elefante, y en tanga leopardo y... El almacén del timador o timadora de turno era bastante cutre, mezclaba tantos perfiles y tantas fotos recogidas en Google images que todo rechinaba, hasta los dientes, apretados cuando te dolían los testículos o gónadas ( cómo traducirá eso el enano infiltrado del traductor de Google, ¿como “huevos”, como “te duelen los huevos”?).

La diosa K... te acaba pidiendo dinero. Contestas que no entiendes cómo con semejante descapotable puede tener necesidad de dinero. ¿Y tu que esperabas que viniera a verte en su jet privado? Preguntas de dónde ha sacado las fotos. Ella se hunde con todo su equipaje. Te dice que necesita dar de comer a su hija y que es de Nigeria, no americana. Ya estamos con la mafia nigeriana, con la mafia africana. ¡Cuántas veces te las encontrarás a lo largo de tu andadura! ¿Será cierto que son todas africanas? De no serlo, ¿por qué será que lo dicen? ¿Piensan que los occidentales en crisis seguimos teniendo el concepto de la mujer africana esclava sexual? ¿Y si fuera realmente una chica nigeriana que gasta sus ahorros en intentar dar el timo del romance virtual en el locutorio más próximo a su chabola para alimentar a su bebé? Se te caería el corazón a los pies si fuera cierto, hasta renunciarías a tu arroz a la cubana con dos huevos y salchicha, para mandarle algo de pasta. Pero piensas que lo más probable es que se trate de la mafia nigeriana, todos sentados en sus sillas paticojas en una oficina cutre del centro de Nairobi...digo no, que es la capital de Kenia...creo, y la de Nigeria era Lagos pero ahora es Abuja. He tenido que mirar la wiki de las narices. ¡Cómo me hacen trabajar para nada!

La diosa K... desaparece de tu vida, con su descapotable y su jet privado y todos tus sueños románticos de casarte con una millonaria que está como... como... (no me quedan palabras para describir su cuerpo, sus cuerpos) todos esos sueños, repito, porque uno es un romántico empedernido aunque sea un separado de mierda, tirados por el retrete, junto con las lentejas que se te quemaron hoy.

¡Maldita sea! ¿Piensan que soy tonto? Lo piensan y lo eres. Porque Adele H. en la que habías puesto tus esperanzas, una mujer con cuerpo robusto, tanto como el tuyo, no diría que gordita, porque eso es un insulto en una mujer y una realidad evidente en un hombre, o sea yo, y con una mentalidad del siglo pasado-antepasado-y-ante-ante-ante-pasado, que buscaba una relación seria, romántica y que deseaba le prometieras amor eterno antes de conoceros, imaginado solo ese cuerpo robusto entre tus brazos, esa mujer que está harta de mangantes con el nabo enhiesto que solo buscan el refocile y la lujuria, esa mujer que promete, porque nadie cuelga unas fotos falsas de una mujer con un cuerpo tan robusto si pretende timarte, ni te dice esas cosas que te hacen pensar en una anabaptista del séptimo día, con el gurka hasta las orejas...esa mujer, repito, con la lengua fuera, agotado de tanto teclear, de tanto ratoncito de las narices subiendo y bajando fotos, que prometía tanto, ahora te canta una milonga y te cuenta una de esas delirantes historias humorísticas que ni tú mismo has podido imaginar nunca. Que tiene dos millones de dólares. Que su novio, el mal nacido, se llevó el dinero de su padre, una especie de empresario o encargado de plataformas de petroleo, con las orejas llenas de billetes que pretende esconder en el fondo de su cabeza. Ella, Adele H., que no es tonta, se quedó con ese pico de dos millones de dólares y quiere regalarte un veinte por ciento, que son... a la mierda la calculadora de Windows, no puede ser verdad, se ha vuelto loca. A cambio tienes que... mejor dejarlo. Me rasco la calva de divorciado casposo y elucubro quién está detrás de esa foto de gordita de buen ver y mejor tocar durante mucho rato, con la que has tenido sueños eróticos después de repasar las fotos de todas tus “contactas” románticas. Y si será hombre o mujer y qué estrategia delirante ha diseñado, como una basta red para cazar elefantes rosas-idiotas como yo. Me pierdo, se me va la cabeza. Y harto, hasta los mismísimos, respondo que a la mierda el dinero, que yo no busco dinero, que busco sexo, SEXO, para que me entiendas SEXO-SEXO, nada de romanticismos ni promesas de amor eterno a una foto y a dos millones de dólares de cuento de hadas. Y que si quiere venir a follar conmigo que te iré a esperar al aeropuerto... esta vez sin flores ( lo pienso no lo escribo). Y me salta con algo que me tumba de espaldas... tiene que pagar el hotel y necesita unos mil dólares. ¿Pero no tienes dos millones de dólares, alma cándida, no puedes tomar un fajito, que ni se nota, y pagar el hotel, y pagar el avión, y pagar el taxi desde el aeropuerto, y venir a verme y desnudarte en mi dormitorio y enseñarme esas carnes prietas donde yo me perderé a gusto una noche, dos noches, tres noches... como un globo dos globos -¡menudos globos se te adivinan!- porque estoy tan hambriento que me comería... bueno dejémoslo. Dejémoslo todo.




¡Maldito imbécil! Pierdes más tiempo que un corrupto recogiendo dádivas sin compromisos para el futuro. Eres un verdadero idiota. Menos mal que vas a escribir estas historias y todos se van a desternillar de la risa. Menos mal, porque mientras se rían el mundo será mejor e Internet no será una selva plagada de terribles y a veces idiotas depredadores virtuales. Y repasas tu almacén de fotos y te pones como una moto y te vas a la cama y te abrazas con la almohada y copulas con la copulativa, con la “y” que te sale por las orejas, como te salen por las orejas las fotos de Google images recopiladas por mafias del romance virtual y de la cretinez congénita. Y sufres un orgasmito de la señorita Pepis. Y te preguntas si no habrá otra forma de conseguir sexo, para un divorciado solitario y triste, que el puto dinero o prometiendo amor eterno a una mujer tras otra, hasta que una te haga caso y en la noche de bodas te castigue sin sexo porque no has sido suficiententemente romántico. El sexo es la caja de Pandora. Cuando alguien lo abra todos los males se extenderán por el mundo y llegará el Apocalipsis. Y sueñas que tú serás quien abra esa maldita caja tabú desde el principio de los tiempos hasta el final de los tiempos y antes de que llegue tu fin te habrás follado a todas tus “contactas” virtuales y morirás con la sonrisa copulativa “y” en la boca mientras el mundo se convierte en una orgía dantesca y todos palman-empalman de ataques al corazón. Porque no se puede follar tanto, que no, que ya lo decía mi abuelita a quien Dios tenga en su gloria, que por el pito muere el pez y por el chochito la hez depravada.

Continuará.

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