viernes, 12 de febrero de 2016

UNA TEMPORADA EN EL INFIERNO V



Lamento esta inoportuna intromisión de la realidad física y material, la única existente y la única posible, y que uno de los demonios del Consejo –no voy a decir cual- se hiciera madridista a fuerza de ausentarse del Infierno y disfrazado como un forofo cualquiera presenciara partido tras partido en el Bernabeu en la mejor época de este equipo que viste de blanco, lo contrario a los demonios, que visten de negro. Debo decir que en el Infierno en este momento no debe haber seguidores del Barça, porque todos están en el Cielo… de momento… porque a pesar de que el Cielo y el Infierno duran para siempre, los acontecimientos terrenos cambian cada dos por tres y lo que ayer fue blanco hoy es negro y lo que ayer fue negro hoy es blaugrana. Y no voy a decir más porque me pierdo y mi hija es culé y mi hijo merengue y con todo ello voy a hacerme turrón navideño. 

Como esto es un microrelato no puedo ni debo seguir con el resto del himno. Interesados pueden pedirlo a Amazing Inferno, le será enviado sin gastos. Un detalle me puso los pelos de punta. Se oyó una voz infernal cantando el himno del Barça y los restantes demonios dejaron de cantar el himno infernal para cantar el himno del Madrid, aún con más fuerza, no fuera que alguno más estuviera pensando en arrepentirse. 

Y mientras el demonio arrepentido Sloctik era arrebatado a los cielos por el arcángel Miradél, Satanás y Luzbél exclamaron:

¿Por qué…por qué? 

Sloctik miró hacia atrás un momento y a sus negras orejas la exclamación de jefe y lugarteniente llegó como un triste: 

¿Poqué… poqué?

Y apenas arcángel y demonio se perdieron de vista todos los demonios del Consejo corrieron a una especie de bunker informatizado y encendieron los monitores. Así pudieron presenciar el vuelo de Sloctik en directo y así esperaban ver el resto de la película angelical, porque el sello que le había sido estampado en la frente al demonio arrepentido no era tal sello, sino una cámara oculta.


Se oyeron carcajadas. Todos se felicitaron, dándose fuertes palmadas en los cuernos y jugando con los rabos. 

-Hemos engañado a ese idiota de Miradél. El muy “gilipollas” pensó que sería más astuto que un demonio del Infierno.

¿Qué otras sorpresas nos deparará el largo viaje celestial de Sloctik? Las narraremos a su debido tiempo. Ahora nos espera una nueva visita el demonio económico y concretamente al infernal juego de la bolsa. Ustedes me disculparán, pero debo terminar rápidamente este microrelato para dedicarme a uno de mis culebrones. Que ustedes lo pasen bien en el Purgatorio. ¿Qué cómo digo? ¿Acaso no lo sabían? La Tierra es el Purgatorio. Pocos llegarán algún día al Cielo, porque la mayoría se despeñarán en el Infierno. Vivimos en una sociedad corrupta, lujuriosa y en crisis económica. Ándense con ojo. Puede que el Infierno esté más cerca de lo que parece. Cita de las profecías de San Malaquías, revisadas por Nostradamus… Amén.

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