domingo, 7 de mayo de 2023

UN DÍA EN LA VIDA DE UNA FAMILIA VANTIANA XXV

 


Como nuestros holovidentes están viendo, en las dos partes en que se ha escindido la pantalla, por un lado Alierina y los suyos han empezado a disfrutar del refrigerio que les ha preparado Arleína, que tiene una pinta increíble, algún día Artotis nos tendrá que invitar a su finca, a todos los que hacemos este programa. Por otro lado Artotis está siendo lamido a conciencia por todas las crías, parece que lo está pasando en grande y la expresión de su rostro refleja el enorme cariño que les tiene. Nosotros vamos a aprender un poco del lenguaje animal con nuestro querido Amantanimales. ¿Podrías explicarnos cómo es el lenguaje animal y si serías capaz de traducir el lenguaje de todos los animales del zoo, o caso contrario si existen otros traductores y cómo se prevé la evolución de éstos en los misteriosos planes de HDM-24?

-También para mí, Arminido, eres un querido amigo. Será un placer explicarte el lenguaje animal. El lenguaje es un invento práctico, la comunicación es imprescindible cuando hay tareas comunes que realizar y está en juego la supervivencia. En el caso de los animales el instinto ya les provee de los mecanismos necesarios para que las manadas sobrevivan, no obstante cuando aparecen otros depredadores más sofisticados o sea los omeguianos, se ven obligados a inventar un lenguaje mínimo para poder comunicarse e interactuar con ellos. Esto les supone un gran esfuerzo y se limitan a unos sonidos básicos que solo emplean con los omeguianos. Con los de su propia especie apenas los usan salvo cuando se producen emergencias, como que una cría desaparezca y la tengan que llamar a distancia o cuando avisan a otros que están violando su territorio o las jerarquías. Con los omeguianos necesitan una mínima comunicación, ya que son depredadores muy superiores a los que han conocido hasta su aparición, con los demás depredadores con los que se han tenido que ver las caras, se han limitado a un aviso amenazador de las consecuencias de intentar depredarles a ellos. Los caeros tardaron mucho en ser domesticados. Hasta que los granjeros rebeldes no lo intentaron no se consiguieron los primeros éxitos a los que siguieron grandes avances tras mucho tiempo de convivencia con ellos. En el caso de los caeros de Artotis fue una circunstancia excepcional la que llevó a la relación tan especial que ahora mantienen. Artotis ha conseguido que el vocabulario de los caeros se haya enriquecido, al obligarles a comunicar necesidades que hasta entonces no habían sentido, tales como la expresión de un afecto nuevo y especial, la preocupación por la supervivencia de alguien ajeno a la especie, al que apenas conocen y por el que sienten un agradecimiento que para ellos está por encima del tiempo y de las circunstancias. El lenguaje de los animales es muy diferente del de los omeguianos que con el tiempo han ido perdiendo facultades propias de su condición animal, como un olfato muy desarrollado que les permite conocer cómo se sienten otros animales y qué necesitan. Han perdido la agudeza visual, que a otros animales les permite hacerse una clara idea del entorno en el que están y dónde están situados los depredadores que van a por ellos. Han perdido la especial sensibilidad que tienen los animales para interpretar el lenguaje básico de otros animales, los gruñidos, aullidos, el piar de las aves y sus posturas y protocolos de cada especie. Los omeguianos, conforme han ido evolucionando, han dejado atrás muchas facultades animales y se han visto obligados a inventar un lenguaje que les permita comunicar y conocer lo que sus agudos sentidos animales les permitían saber directamente. La socialización de su especie, así como los avances tecnológicos y de todo tipo que les han permitido llegar hasta donde están ahora le han obligado a la creación de un lenguaje que les facilitara la comunicación de aspectos de su vida que no podían ser transmitidos de otra manera. Mientras en los animales el lenguaje se adapta a sus necesidades básicas y el resto es conocido a través de sus sentidos animales, los omeguianos se vieron forzados a convertir su lenguaje en algo abstracto que pudiera abarcar todo tipo de contingencias concretas y matices que no hubiera sido posible expresar de otra manera, dada la cantidad de información a transmitir. Se podría decir que el lenguaje abstracto es una forma de comprimir la información para hablar de los árboles, por ejemplo, sin necesidad de hablar de cada uno de ellos. La relación de Artotis con la caeresa y el resto de los caeros de la manada es tan especial que su lideresa ha tenido que ampliar su lenguaje. Sin dejar de lado su lenguaje ancestral, como las lamidas cariñosas o la expresión de matices a través de su mirada, algo que en todos los animales es muy importante, sobre todo en momentos en que es necesaria la comunicación rápida, ella ha observado y asimilado que a Artotis le gusta mucho emplear el lenguaje sonoro y por eso intenta imitarle y busca ser comprendida. Mi programación me permite la interpretación de todas las señales observables en los animales, desde la postura, el lenguaje sonoro, la mirada y hasta el olor. Se nos ha dotado de un sentido muy especial que nos ayuda a interpretar cada olor. En cuanto a si existen más robots preparados para la comunicación con los animales, puedo decirte que en el zoo hay al menos dos docenas de ellos. Todos tenemos una programación general que nos permite la comunicación con cualquier animal, pero también recibimos programas específicos para entender y comunicar con especies animales concretas. En mi caso estoy especializado en caeros. Es algo parecido a los estudios de los omeguianos, antes de la aparición de “H”, cuando iban a las universidades y se sacaban títulos. Tras unos estudios generales, cada estudiante se especializaba en una materia concreta. Y para acabar, porque me he extendido demasiado, decirte que básicamente Artotis ha sido recibido como alguien a quien quieren mucho, lo que le están transmitiendo con las lamidas, además he percibido un reproche cariñoso de la caeresa por abandonar la manada por tanto tiempo. Aunque ha ido asimilando que Artotis tiene su propia manada, su familia, su pareja, no deja de sentirse abandonada, lo que siempre le echa en cara. Le ha bastado aproximarse para saber cómo se encuentra a través de sus olores. El resto ha sido una petición de quedarse con ellos todo el tiempo que pueda.

-Ha sido una prolija y muy interesante lección. Gracias, amigo. Ahora me gustaría formularte una pregunta que no me gustaría que contestaras de la forma más lógica, como sería remitirme al interesado para obtener la respuesta. Me encantaría incluso que especularas al respecto. La pregunta es la siguiente: ¿Qué planes crees que tiene el bueno de “H” para todos los animales que aún pueblan el planeta Omega, a quien agradecemos que haya salvado de la absoluta extinción?

-Sí, amigo Arminido, la respuesta debería dártela el bueno de “H”. Yo no puedo saber sus planes porque no me los comunica, pero en base a la programación que me ha sido implantada, diría que sus planes para los animales no difieren mucho de los que tiene para los omeguianos. Nadie sabe lo que Helenio de Moroni, el creador de HDM-24, dejaría en los circuitos más profundos y ocultos de “H”, pero a juzgar por lo que ha hecho hasta ahora, en estos siglos que lleva funcionando, parece claro que su prioridad es la supervivencia de las especies que habitan este planeta, especialmente la vuestra. También la de ir mejorando vuestras condiciones de vida, dejando una cierta libertad a la especie más inteligente, por decirlo así, no voy a opinar al respecto, para que pueda opinar y decidir en ciertas cuestiones. Está claro que, en cuanto a la supervivencia de los omeguianos y la mejora de sus condiciones de vida, no deberíais tener la menor queja. Otra cuestión es si la libertad que disfrutáis os parece suficiente y las condiciones de vida, las que vosotros hubierais decidido. Por mi parte, como inteligencia artificial, también me gustaría disponer de cierta libertad, al margen de mi programación, y me plantearía un tipo diferente de vida para los animales de Omega.

-¿Ah, sí? ¿Puedes decirnos algo al respecto?

-Creo que no me bloqueará mi programación si te digo que elevar la inteligencia de los animales hasta la vuestra no es algo que esté fuera del alcance de esa portentosa inteligencia artificial creada por el legendario Helenio de Moroni a quien reverenciáis como a un dios, sin que eso os impida burlaros y contar chistes del profesor chiflado, como lo llamáis. Si los animales poseyeran vuestra inteligencia deberían decidir al respecto, pero entonces no habría nada que decidir porque ya no habría inteligencia que elevar. Por otro lado. creo que los animales serían más felices si vivieran con vosotros, en lugar de estar marginados y encerrados tras vallas que disparan rayos omega. Haría una campaña para la adopción de mascotas, lo que al mismo tiempo ayudaría a que los omeguianos dejaran de vivir en un mundo virtual que creo no les aporta mucho. Un aumento sustancial de los créditos por adopción de animales, ayudaría mucho. Y no quiero decir más, porque estoy moviéndome por la línea roja que me marca mi programación.

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