jueves, 4 de septiembre de 2014

DICCIONARIO DE ZOOANTROPOLOGÍA II

LEÓN-LEONADO-SIN GARRAS



ESPECIE: Felina.
SUBESPECIE: Felina sin garras.
MORFOLOGÍA: La del león común, solo pequeños detalles ocultos hacen de esta especie algo muy particular.
ENTORNO: La gran ciudad, la masa, habitual en lugares donde la jefatura y el liderazgo están muy bien vistos. Gusta de la burocracia, de entornos frecuentados por ejecutivos y yupis. 

ETOLOGÍA: No soporta la competencia, necesita ser el "p... amo", el jefe de la manada y sobre todo del harén. Cuando los machos jóvenes se aproximan a sus leonas abre la boca como un hipopótamo y ruge como un huracán. Se pasea majestuoso por la sabana y espera a que sus leonas corran como desesperadas tras las presas y las abatan, entonces hace su aparición, moviéndose como un titán entre las nubes, mueve la cabeza, enseña los dientes y si tiene que dar un buen "rabazo" lo da para quedarse solo. Se pone "morao" él solito, no soporta compartir ni que le atosiguen. Cuando termina se aleja enseñando sus majestuosas posaderas y se tumba a la sombra de un ombú donde hace una siesta atemporal y plácida, propia de quienes tienen la conciencia tranquila. Se pasa un tercio de su vida durmiendo, otro tercio descansando, abriendo la boca, rugiendo, moviendo el rabo a la sombra del arbolado y el tercio que falta lo dedica a coitos rápidos, solo en época de celo, a alejar a los machos jóvenes, a comer cuando procede y sus sirvientas han cazado, a mirar el horizonte como un romántico, como un nostálgico de viejos tiempos y a dar vueltas y vueltas en círculo alrededor de su harén, mira a las leonas solo de espaldas o de través y vigila que no se le alborote el gallinero. Lo peor que puede ocurrir en su vida es que una leona se le rebele, que los cachorros salgan ranas y deban ser defendidos por las leonas, y sobre todo que un macho joven y atrevido se acerque con ganas de juerga y sin el menor miedo a sus rugidos.

DEBILIDADES O CÓMO CAZAR AL CAZADOR

Sus rugidos hielan el corazón, pero si un macho joven y valiente se le acerca, dispuesto a la batalla, los rugidos se harán cada vez menos frecuentes y menos fieros. Si una hembra le planta cara descubrirá que no tiene garras y que sus zarpazos son más propios de un fofo grasoso que de un culturista. Si macho joven o hembra peleona están dispuestos a morder, nuestro ejemplar hará gala de su morfología majestuosa, de sus rugidos horrísonos, de su envergadura grasosa y de toda su fama para lograr atemorizar al contrario antes de que se acerque demasiado, pero si lo hace y tiene que morder todo el mundo descubrirá que se le están cayendo los dientes por una piorrea maloliente, que sus mordiscos son apenas lenguetazos de gato, que sus zarpazos solo te hacen daño si te pillan en mala posición y que su figura de Titán es solo un holograma proyectado y aumentado por sus numerosos parásitos dérmicos.

¿ESPECIE EN PELIGRO DE EXTINCIÓN?

Al contrario, mientras el león con garras y las leonas lo tienen cada vez más difícil debido a cazadores sin escrúpulos que disparan desde lejos, el león-leonado-sin garras parece medrar entre las masas hacerse un lugar allí donde falta verdadero liderazgo. Se trata de un verdadero incordio puesto que suplanta a los verdaderos líderes y no permite que los jóvenes leones y las sacrificadas leonas lleguen a una entente cordial para perpetuar la especie y repartirse las tareas con la igualdad que debería presidir siempre en la sabana y en cualquier selva que se precie.


   CANDOROSA LABIALIS
ESPECIE: Paloma candorosa.
SUBESPECIE: Picus labialis.



DESCRIPCIÓN: 

No confundir con la famosa “paloma de la paz”. Al contrario, esta especie solo es capaz de generar guerra, allá por donde pasa o donde se encuentra o hacia donde vuela. Suele volar bajo y no por desear convertirse en meteoróloga, imitando al grajo, que vuela bajo cuando hace un frío del carajo, sino porque su mirada está siempre fija en la tierra, y concretamente en los habitantes terráqueos, y más concretamente en lo que dicen, hacen, e incluso piensan. 

Su físico no suele despertar libidinosidad, al contrario de lo que le sucede a la paloma de la paz, a quien todos los señores de la guerra quieren llevar al huerto. Más bien feúcha y flacucha, suele tener pocos pretendientes, aunque si encuentra alguno suele retirarla de estos aleteos tan pedrestres.

Sus orejas están tan desarrolladas que podría escuchar una conversación a varias leguas de distancia, y si no es capaz de hacerlo… se la inventa. Su vista no es lo que era, por ello suele llevar gafas, de culo de vaso. Con la tecnología moderna es posible que alguna utilice también prismáticos. 

Pero es su pico, un pico de oro, un pico capaz de picotear mil granos a la vez y en diferentes corrales, la que hace de esta especie algo único y estremecedor. Donde picotea no crece la hierba, como le sucedía al huno Atila.

ETOLOGÍA O CONDUCTA

Aunque necesita del grupo tanto para informarse como para “desfogarse”, gusta de salir en solitario buscando la aventura. Todo lo observa, todo lo estudia, todo lo analiza. Hace tesis doctorales sin ir a la universidad y termina por saber todo de todos…o al menos eso cree todo el mundo, porque cuando necesitan saber algo de alguien a ella acuden.

Sus dotes de observación no son nada comparadas con sus dotes de transmisión. En tiempos en los que no existía el teléfono, el telégrafo o incluso las señales de humo, se las apañaba para enterar a un barrio en un par de horas y a una ciudad en un día. Todo gracias a su pico de oro.

Sus dotes interpretativas son paupérrimas, aunque ella cree ser una actriz de primera. Baja la mirada, pide perdón, habla bajito, mira con dulzura, se retuerce las manos por miedo a ofender. Habla con un candor tan extraordinario de las más terribles tragedias, de las obscenidades más truculentas, de las más pantanosas conductas, que esta cualidad ha sido elegida por los ornitólogos para definir la subespecie. Candorosa. ¡Quién podría ni siquiera imaginar que lo que dice es para hacer daño! En cuanto al adjetivo “labialis” al parecer le fue impuesto por un ornitólogo que metió el dedo en el pico y se encontró con una lengua afilada que se lo dejó hecho trizas. Su labia es portentosa, te podría contar el Quijote en tres horas y cuarto y aún le sobraría tiempo para narrar alguna breve anécdota de algún vecino.

PASADO, PRESENTE Y FUTURO DE LA ESPECIE

En otros tiempos buscaban las porterías de las casas por su frescor en verano y por su trasiego en todo tiempo. Alguna elegía una vieja casa abandonada y se escondía detrás de los visillos. De ahí que el humorista José Mota haya catalogado una rama de la especie a la que ha llamado “La viejalvisillo”. 

Como en toda especie hay hembras y machos, machos y hembras. En esta especie el macho suele intentar pasar desapercibido tras la hembra, pero cuando sale a campo abierto resulta en extremo peligroso porque no es tan candoroso y su labia está sembrada de todo tipo de palabras malsonantes.

En el pasado fue una subespecie muy apreciada porque entre col y col lechuga y entre picoteo y picote uno se enteraba de algo, aunque fuera de poco y muy tergiversado. Con los nuevos tiempos uno ya no sabe si la especie está en peligro de extinción o todos los que “tuitean” son palomas o palomos virtuales, de la especie “candoroso tecleo”. En realidad puede que todos nos hayamos transformado en “candorosos tecleros” y por eso hace ya años que ningún ornitólogo ha podido capturar a esta especie con red.

Sin duda el futuro estará en las manos, mejor dicho, en los picos, mejor dicho, en la lengua, mejor dicho, en las teclas de esta especie, a quien la tecnología ha dotado de un poder tal que mucho me temo que el resto del zoo perecerá antes o después… me temo que antes.

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