jueves, 4 de septiembre de 2014

DICCIONARIO DE ZOOANTROPOLOGÍA I




PRESENTACIÓN

Este es un nuevo experimento en el taller del loco, no sé si también en el Teatro mágico, porque algo de magia si tiene esta historia. Os voy a presentar a un nuevo personaje que aún no conocéis. Se trata de "Hipo" Hipopótamus Hipocondriacus. Tiene ya muchos años de existencia. Fue de los primeros personajes que creé, como una autoparodia divertida. Por entonces alcancé mi peso record (actualmente mi señora me mira y no cesa de decirme que estoy como en aquel tiempo, pero no es cierto, que conste) y decidí que mi primer personaje sería un gordito amable, aunque algo resentido, un compañero inseparable del profesor Cabezaprivilegiada al que ya conocéis por sus regalos y del que pronto subiré una biografía a su lugar correspondiente. 

El diccionario de zooantropología comenzó mal porque fue una pequeña o gran venganza contra el mundo, el demonio y la carne, los mayores enemigos del alma. En realidad mis enemigos eran entonces otros. Sufría de acoso, de mobbing en el trabajo, y como no podía morder a nadie, solo soportar mordiscos, me dije que si me inventaba un diccionario zooantropológico tal vez calmara mis ansias de venganza.

Eso hice, pero ahora quiero atenuar aquellas terribles semblanzas "zooantropológicas" y repasaré, antes de subirlas, cada una de ellas, para darles otro toque, más generoso y bondadoso, si eso es posible.

Además de invitar a mi buen amigo Mr. Bernie,académico y participante activo en el taller del loco, a participar en este nuevo diccionario, también quedan invitados ustedes, amables lectores, y sonymageros en general, a colaborar en este diccionario de la forma que estimen oportuno. Si quieren figuras amables y entrañables, como pueden ser sus amadísimas mascotas, pueden "humanizarlas" y hacerlas un homenaje. Claro que tal vez "humanizarlas" no sea una buena idea, mejor nos "mascotizamos" nosotros, pero sea como sea, están ustedes invitados.



UNA HISTORIA SURREALISTA

“HIPOPOTAMUS HIPOCONDRIACUS”

Nadie, de no haber sido John "Cabezaprivilegiada", hubiera logrado el milagro de dar forma y peso específico a la nueva ciencia. Recién salida de la nada, como un pan del horno aún calentito, el feliz acontecimiento se debía en gran parte a la delicadeza y buen hacer de la comadrona: un anónimo catedrático de universidad conocido por compañeros y alumnos por el cariñoso apodo de "Hipopotamus Hipocondriacus". Aunque no lo confesaran todos sus alumnos sentían un gran cariño hacia la oronda figura del profesor, lo que les llevaba a la exagerada manifestación de que sin duda era el genio más grande desde Einstein.

Como nos ocurre a todos –siempre, antes o después, terminamos por encontrar la horma de nuestro zapato -el admirado profesor la encontró en forma de alumno, vago y vengativo como los dioses mitológicos. Su malevolencia tenía que llevarle necesariamente a la venganza debido a los suspensos que con dolosa reiteración hacía caer sobre su cabeza de chorlito el admirado profesor. Venganza que decidió enfocar mediante un contundente argumento "ad hominem", que por ser anónimo resultó aún más demoledor, no se puede replicar a un anónimo como no se puede contestar a las acusaciones de una pared.

Precisamente el vengativo alumno decidió utilizar una de las numerosas paredes que salpicaban el Campus como lechugas en una huerta y que el alumnado respetaba tanto como a los profesores. Allí dibujó lo que él consideró un nuevo espécimen biológico, mitad hombre, mitad bestia. La parte de bestia correspondía a un enorme hipopótamo, todo barriga, y la parte humana, más pequeña, estaba ocupada por la presunta cabeza de nuestro hombre, un cráneo mondo y lirondo ostentando un único pelo en lo alto como si se tratara de la bandera de un nuevo país adjudicado a la especie recién salida de la espuma de las olas, como Afrodita pero en gordo. Al lado del dibujo rezaba una leyenda: "conozca al nuevo espécimen, mitad hombre, mitad bestia, conozca a Hipopótamus Hipocondriacus".

¿Quién hubiera podido imaginar que de algo tan pueril surgiría una nueva ciencia?. Evidentemente nadie en su sano juicio, ni siquiera los que aún siguen creyendo que en los áridos desiertos del planeta algún día brotaran jugosas cebollas capaces de alimentar las lágrimas de todos nosotros como lo consiguieron en su día los profetas bíblicos y lo conseguirán también los otros, esos que sin duda nos deparará el próximo futuro, tan jugositos ellos y llorones como cebolla que se pela a sí misma.

Resulta de todo punto increíble cómo los acontecimientos se precipitaron en una catarata de escenas que muy bien hubieran podido sacarse de alguna película cómica, una de esas películas en las que el autor aún no tiene claro el final. Hipopótamus Hipocondriacus, herido en su amor propio, escribió debajo del dibujo de su esperpéntica figura la descripción en latín del nuevo espécimen. No contento con ello dedicó todas sus energías a crear un zoológico, recolectando, como trigo maduro, los ejemplares más vistosos del Campus. Emborronó las paredes de todos y cada uno de los edificios del complejo universitario con torpes dibujos y descripciones detalladas, en latín, de cada uno de los ejemplares. Naturalmente que fue despedido, aunque costó arrojar su voluminosa figura fuera de los límites del Campus. De hecho se necesitó a todo el equipo de rugby de la universidad, dándole patadas en su redondo trasero, para conseguir que atravesara los límites del reputado centro.

Coincidencias geniales, extrañas y milagrosas coincidencias, de las que muchas ciencias han sorbido todo su néctar divino (Newton sorbió el néctar de la manzana y vean la que armó). Con la última patada Hipopótamus Hipocondriacus cayó encima de John "Cabezaprivilegiada" que se apresuraba por llegar puntual a la conferencia que sobre las leyes matemáticas de la violencia debía dictar dentro de quince minutos en el amplio salón "Newton". John fue derribado, aplastado y al mismo tiempo librado de una muerte agónica por el propio Hipopotamus, que con agilidad felina, pudo levantarse a tiempo de salvar, de algo peor que la muerte, el fibroso cuerpo de la conocida eminencia.

Cuenta la historia que John "Cabezaprivilegiada" no solo no pudo llegar puntual, por primera vez en su larga vida docente a una cita, sino que ni siquiera llegó. Al conocer de primera mano la causa de aquel sorprendente evento decidió hacerse acompañar por Hipopótamus recorriendo todas y cada una de las paredes pintarrajeadas, donde tomó abundantes notas en su agenda azul que muchos hubieran dado media cabeza por llegar a leer. Al tiempo que su acompañante le contaba toda la historia, globalmente y con pelos y señales, en la fibrosa cabeza de John empezaron a surgir las simientes de la nueva ciencia.
La denominó "Zooantropología", nombre rimbombante como el de casi todas las ciencias, que prefieren ostentar títulos aristocráticos en lugar de nombres comunes que cuadrarían más a esa recolecta de observaciones y datos, hecha por concienzudos servidores del agro - lo que en realidad son las ciencias, no nos llamemos a engaño-.

Ediciones "La Mente Despierta" tiene el honor y el privilegio de adelantar para ustedes la primera descripción de espécimen que aparece en el libro de John "Cabezaprivilegiada", titulado "Zooantropología" o la ciencia del futuro. Libro que John ha aceptado encantado -por la elevada suma que se ha embolsado- publicar en nuestra editorial que acaba de dar sus primeros pasos con este libro, iniciando así su andadura hacia, solo los dioses saben, qué nuevos horizontes editoriales.

El libro estará pronto en sus librerías habituales, pero antes pueden llamarnos al 00-000-0000, prefijo 0-0-0, y les remitiremos por correo totalmente gratuito un vale por descuento de hasta un cincuenta por ciento del precio del nuevo best-seller. Además, y aunque no se lo crean, acompañaremos el ejemplar, preciosamente encuadernado en oro y platino, de otro completamente gratuito debido a la pluma del reputado estudioso de las ciencias sociales, profesor Tiquis Miquis, se trata de su obra maestra "Politología, maravillas de la naturaleza". 

Y ahora queridos amigos -llamen, llamen, no sean tontos, ni desconfíen, ese número existe- les daremos un pequeño adelanto para que vayan abriendo boca, no tanto como para que parezcan hipopótamos, pero algo es algo, queridos amigos.




Hipopotamus Hipocondriacus

Ejemplar único en su especie- o casi único porque sino no podríamos explicarnos el olvido de haber sido excluido de las especies en peligro de extinción- aún más voluminoso que la media de sus congéneres de la otra especie "hipopótamus normalis" o "dicharacherus". Su incapacidad para moverse en tierra y la gran capacidad de desalojo de toneladas cúbicas de agua, le hacen un ejemplar solitario e hipocondríaco, de ahí su nombre. Su tendencia a la hipocondría va en sus genes -tan locos que han convertido la espiral del ADN en un laberinto inextricable- lo que le hace especialmente querido por doctores y psiquiatras, cuyas consultas llena, no sólo con su volumen, sino aún más con sus berridos lamentosos sobre la desgracia de haber recibido genes no merecidos de sus progenitores.

Su desgracia no es aparente al observador puesto que la esconde bajo toneladas de comida que el caudaloso río de la vida va introduciendo de lleno en su enorme boca desdentada hasta llenar sus ocultos vacíos internos. gourmet incorregible, siempre disfrutará de una buena comida, esté donde esté, y aunque el cielo, sacudidas sus columnas sustentadoras por cualquier Sansón vengativo de tres al cuarto, esté a punto de caer, no únicamente sobre su cabeza, sino sobre el resto de animales de la sabana.

Suele reproducirse tarde, si es que lo hace -muchos prefieren no dejar descendencia tras las enormes huellas que van dejando sus patas- y solo si la suerte le resulta propicia, puesto que las hembras de la especia compatible "hipopótamus dicharacherus" huyen de él como de la sarna y las escasas hembras de "hipopótamus hipocondriacus" necesitan un severo cortejo para ser convencidas de un apareamiento que puede costarles la vida.

Suele morir de inanición, a avanzada edad, debido a haberse enamorado locamente y sin posibilidades de una hembra de "gacela felina" que tan solo sus ojos húmedos podrían alcanzar. Su hipocondría ha pasado a la historia y está en todos los manuales del "buen psiquiatra". Nos abstendremos de leerles la reseña de referido manual por temor a un nuevo diluvio universal que con la que está cayendo no imagino dónde nos podríamos refugiar. Me da risa lo del arca de Noé.

Nota del autor.
"Por Dios, que no se preocupen los amables y afectuosos lectores, el autor se ha puesto a dieta y en unos años espera alcanzarla estética adecuada para desenvolverse en esta sociedad a la que tanto quiere y tanto le quiere".

Nota de los editores
"los editores advierten que caso de encontrar ejemplares de este nuevo y raro espécimen, así como de los restantes del libro, les llamen rápidamente al 0...( para qué repetirlo, ustedes ya se lo han aprendido de memoria). Prometen una recompensa del 20% de lo que obtengan con la distribución de fotografías y videos (lo de la contabilidad creativa corre de nuestra cuenta).

"Por cierto que somos estúpidos. Que no llame nadie si se encontrare ejemplares de estas especies, podríamos terminar querellados y "apuñalaos". Solo deseamos que ustedes lo pasen bien y por favor que nadie se ofenda si se siente "retratao" que por lo visto el autor se ha puesto a parir y ninguna comadrona le ha "echao" una mano".

Nota del lector.
"Buff... ¡Cómo han degenerado los surrealistas!.

Nota del verdadero autor( el otro es un usurpador que se ha colado de rondón)
Que el autor, el verdadero, está escribiendo una novela en la que la nueva ciencia de la "Zooantropología" tendrá todo un capítulo. Solicita la colaboración de los amables lectores con sus sugerencias. Promete enviarles un cheque, si la novela se convierte en best-seller mundial, desde su residencia de ancianos para que todos los colaboradores puedan costearse la suya en cualquier lugar del planeta. Caso de no llegar a best-seller mundial, lo que es harto probable, les incluirá en su página de agradecimientos, algo es algo.


Slictik


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