martes, 4 de diciembre de 2018

3001 ODISEA DE LA JUSTICIA X



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UNA BIOGRAFÍA NO AUTORIZADA DEL SR. ALADRO, ABOGADRO… POR EL NARRADOR

PRIMERA PARTE

De humildísima cuna –nació más pobre que las ratas en época de crisis- nadie, y menos sus padres y hermanos, imaginó nunca que pudiera llegar a algo y menos a “abogadro”.  La razón y causa primera y última de este curioso apelativo la conoceremos un poco más adelante, no se me impacienten.

Esto hándicap –la pobreza cum laude- que en otros hubiera supuesto un muro infranqueable, supuso para nuestro biografiado un acicate impagable para luchar contra la supervivencia y vencerla y doblegarla y domeñarla.

A los dieciocho años, con la mayoría de edad en el bolsillo, se presentó a funcionario judicial (los estudios necesarios los había completado “cum laude” de su profesor, Laundelino Ortiz y sorpresa del resto de los mortales que desconocían sus dotes porque nuestro héroe había decidido ser anónimo y ocultar todo lo bueno, porque de lo malo nadie tiene envidia).

Obtuvo el número dos de su promoción, porque el número uno, o “number one” le fue adjudicado, a dedo, por un enchufe de alto voltaje a otro con menos méritos pero más suerte.

Pronto ascendería por promoción interna, pero esa es otra historia para otro capítulo. Perdónenme ustedes, pero los narradores prolijos estamos muy mal vistos y somos envidiados por el resto de los mortales que consideran que “lo bueno, si breve dos veces bueno”. Seguro que eso lo dijo alguien antes de conocer el orgasmo. De otra manera no se explica. Y disculpen ustedes mi pecaminosa imaginación.

Continuará, pronto… espero.


ENSAYO HISTÓRICO-EVOLUTIVO SOBRE LA COMISIÓN JUDICIAL… POR EL SR. ALADRO, ABOGADRO

PRIMERA PARTE

Los abogados, a los que actualmente, en el año 3001, llaman “abogadros”, por nuestra poliédrica naturaleza, capaz de múltiples facetas. Tenemos muy mala fama desde tiempo inmemorial, allá por la época de las cavernas, cuando un avispado miembro tribal se ofreció a dirimir en un enfrentamiento a garrotazos y lograr que ambos contendientes se dieran la mano a cambio de un jugoso jabalí, recién cazado. Puede que aquel primer abogado fuera Obelix, o al menos lo pareciera, dado su apetito.

Que tengamos mala fama no significa nada. También la tienen los fumadores y eso que en tiempos de Bogart fumaba hasta al apuntador. También la tienen los funcionarios de Justicia, desde tiempo inmemorial, pongamos por caso, o los delanteros que llevan tres meses sin oler un gol, aunque la temporada pasada fueran el pichichi. Lo importante no es la fama, buena o mal, sino lo que uno hace (por sus obras los conoceréis).

Una mala fama puede solucionarte un problema y una buena fama dejarte en la estacada. ¿Elegirían a un “buena fama” o a un “mala fama”?

Pero vamos a lo que vamos. Mis conocimientos de la historia y evolución de la Comisión Judicial no se deben solo a mis aficiones arqueológicas y jurisprudenciales. Aladro es un abogadro que no se limita a permanecer en su despachito privado como en un bunker, soy, o al menos así me considero, un todo terreno, lo mismo ando por la calle, acompañando comisiones judiciales, que me tiro al monto, como las cabras,y asalto a los jueces al salir de sus domicilios, para recordarles mis asuntos pendientes.

Las…

Lo siento, debo cortar aquí este larguísimo correo “electro-holovisivo” que me acaba de llegar vía “fax-virtual”. En otro momento tal vez esté de humor para dejarles conocer el resto de este farragoso ensayo del Sr. Aladro, a quien su madre debió parir con harto dolor y tanto tiempo como el dedica a hacerme la vida imposible. Soy el narrador de ustedes. Hasta la próxima.



UN FLASHBAK TERCERA PARTE


Los robots y los humanos tenemos mucho en común, más de lo que cree el común de los mortales. Cuando se nos cruzan los cables…se nos cruzan hasta convertirse en un nudo gordiano.

Eso le ocurrió a Gestoreitor. Fue salir del bunker, ese feo edificio que acoge la oficina judicial (habría mucho que hablar del diseño de las oficinas judiciales, pero eso lo hará Don Perfecto, arquitecto) y observar el tráfico de la gran urbe, para que se le cruzaran los cables, dicho en sentido literal (menos mal que no se le había asignado la función de semáforo robotizado, en la Justicia casi todo tiene arreglo, aunque pocas veces se arregle algo) y a pesar de los esfuerzos de la buenaza de Aux-Ejecuteitor, no hubo manera de desenredar el caos que se formó en el cráneo metálico de su buen amigo Gestoreitor.

Este comenzó a protestar en voz alta por  el escaso número de plazas sacadas a concurso de traslado.

-Pásate la vida al servicio de la Admon (se refería a la administración de Justicia) y cuando necesitas un simple traslado para reunirte con tu esposa e hijos, todos muy queridos, solo puedes elegir entre sí o sí o no o no. Es una vergüenza. O somos móviles o no lo somos y si lo somos, quiero decir móviles, y no podemos movernos entonces nos están tomando el pelo. Me he pasado varios días dando vueltas y más vueltas a mis posibilidades de traslado, para acabar haciéndome el cable un lio. ¿Y los códigos? Te equivocas en un número y te mandan a Katmandú. Menos mal que mi esposa revisó todos y cada uno de los códigos o su cuitado marido habría terminado en Siberia.

-Pero Gestoreitor, querido amigo –intervino Aux-Ejecuteitor, dulce, paciente, generosa y razonable- tú no tienes que pedir traslado. Tú no tienes esposa, no tienes hijos, nadie te echa de menos. Eres célibe por imposición del programador, quien nos creó estériles, como su cráneo. Estás aquí por imposición programática. No se ha convocado ningún concurso de traslado, ni se convocará nunca. Estaremos en nuestros puestos mientras funcionemos y el día que dejemos de funcionar nos mandarán al almacén, hibernados como cucarachas en cubitos de hielo. Y en cuanto a los dichosos códigos, aquí no hay más códigos que los de los expedientes, y esos los sabemos de memoria.

-Me he pasado horas y horas calculando las distancias. Como a todo el mundo me gusta vivir en casita, hogar, dulce hogar e ir a trabajar al ladito mismo de la puerta de casa. Es posible que tenga que alquilar un apartamento y solo podré ver a mi querida esposa los fines de semana. ¿Te imaginas la vida que me espera?

Gestoreitor seguía erre que erre con el cable cruzado y la lengua floja mientras caminaban por la acera como una Comisión Judicial bien avenida.

-Vamos, amigo, despierta, desenreda ese lío de cables. Tú seguirás aquí de por vida, salvo que se te cruce un cable… ¡Oh, qué he dicho! ¡Pobre Gestoreitor!

-Menos mal que alguna mente privilegiada inventó las “Resultas”, al menos uno puede jugar a la lotería y esperar que te toque el Gordo.

Era inútil, Gestoreitor no escuchaba. Así que la dulce Aux inventó una estrategia.

-Tenemos que estar en la calle…(se omite el nombre por prudencia) en media hora y te recuerdo que está a 40 km. Tenemos el tiempo justo. Debes meter la quinta marcha, amigo.

Algún día les hablaré del transporte y la logística en la Admon. Hoy no tengo tiempo. Ustedes disculpen.

Aux oprimió un botón en la espalda de Gestoreitor y sus piernas se revolucionaron. ¿Han visto alguna vez dibujos animados? ¿Noo? Un día les contaré una historia de dibujos animados. Hoy no tengo tiempo. Ustedes disculpen de nuevo.

Para un observador imparcial las piernas de Gestoreitor se movieron como si fueran ruedas con radios, tan deprisa que se formú una poderosa corriente de aire, como generada por un gigantesco ventilador. En los dibujos animados las piernas de los personajes se mueven tan deprisa que parecen moverse como ruedas a cien por hora. Pues algo así le ocurrió a Gestoreitor. Lo malo es que no se movía del sitio. Así que Aux le tomó de la mano, como si fuera su novio, oprimió otro botoncito en su dulce espalda y salieron como cohetes.

Nadie se llevó las manos a la cabeza. Todo el mundo estaba acostumbrado a los movimientos impredecibles de las Comisiones Judiciales. Menos mal que el GPS insertado entre sus cejas funcionaba bien… no siempre, pero al menos en aquel momento funcionó a las mil maravillas. Sortearon el tráfico, los peatones, los edificios, como misiles balísticos intercontinentales último modelo, y sin daños colaterales llegaron al destino con tan solo diez minutos de retraso.

Y aquí lo dejamos. Me duele tener que alargar este capítulo del flashback hasta un cuarto y tal vez un quinto, pero así es la vida, el narrador dispone y las circunstancias imponen.

Continuará…eso espero.

                             
HUMILDÍSIMA NOTA DEL AUTOR

Me duele, y cómo me duele, la cabeza, la barriguita y hasta las plantas de los pies, al comprobar que en el año 3001 los concursos de traslado siguen igual que ahora. Sufro por Gestoreitor. Tal vez sea demasiado empático, pero es que no puedo evitarlo.

Al pobre le sucede lo mismo que a mí. Tres días y tres noches calculando kilometrajes y poniéndome en contacto con los subconscientes de mis colegas de la zona para intentar convencerles de que pidan el traslado porque allí están muy mal. ¿Alguno ha pensado en pedir el traslado? ¿Noo? Pues a convencerles con sólidos argumentos o las Resultas serán una filfa.

Ha sido duro, muy duro, tanto como elegir entre Siberia y la Antártida, cuando tu amada esposa te está esperando en el Toboso, cuan gentil Dulcinea. Al menos ya tengo la fotocopia, sellada y fechada, en el bolsillo. Ahora solo me resta rezar.

Padre nuestro… sobre todo mío, cuida de tu hijo con solicitud providente y al menos mándame a Siberia, no me dejes aquí, te lo pido por favor. Ya encontraré un apartamentito en la estepa y pagaré los vuelos charter que sean necesarios para ver a mi esposa. No me importan los ahorros de toda mi vida, no me importa nada, solo abrazar a mi amada de vez en cuando y besar sus labios grana.

Padrecito querido, otros no tienen esposa ni retoños. Sufrirán menos que yo. Al fin y al cabo son solo “singles” y algunos hasta célibes. Puede que sea cierto que la soledad es muy dura y que ya tienen bastante con ella. Vale. Pero al fin y al cabo ya están acostumbrados a su dolor y apenas sufrirán. No como yo, padrecito, que no estoy acostumbrado a amar a distancia. Utiliza el baremo del sufrimiento. ¿Quién sufre más que yo?

Cuida de tu hijo, padrecito, y si no puedes mandarme a Siberia, como vacante más cercana, al menos envíame a la Antártida, allí al menos hay pingüinos… etc etc.

Disculpen este humildísimo desfallecimiento. Soy humano. Que sea lo que Dios quiera. Si me quieres enviar a las nubes de Magallanes o a las puertas de Orión, con los replicantes, que se haga tu voluntad y no la mía.

Y ahora les dejo en las terribles manos del narrador. Pueden seguir la biografía del Sr. Aladro, abogadro, que en su día fue también funcionario judicial, luego ascendió a Secretario, sacó la carrera de Juez, llegó muy alto, pasó a un bufete de abogados de primera y luego… Pero esa es una parte de la historia que aún no puedo revelarles. También pueden continuar con el entretenido ensayo de la historia y evolución de las comisiones judiciales. O si lo prefieren les invito a unas migas y a un buen Valdepeñas. Corre de mi cuenta, que al menos ustedes sean felices, sino puede serlo este ente individual.

¡Buaaaaa….!




martes, 27 de noviembre de 2018

3001 ODISEA DELA JUSTICIA IX




UN FLASHBACK, SEGUNDA PARTE

Nota previa del narrador

Para los lectores actuales, año 30.., o para los lectores de la época en que se sitúa esta historia, año 3001, pero sobre todo para los lectores del pasado, año 2010 y adyacentes y aledaños, debo remitirles a la nota a pie de página del Sr. Aladro, abogadro, que hace un enjundioso y prolijo estudio histórico-evolutivo de la Comisión Judicial. Incluso para los profesionales y técnicos en la materia será un ensayo divertido y digno de ser tenido en cuenta.

Para quienes desconocen quién es el Sr. Aladro, abogadro, estoy confeccionando una breve biografía de este ínclito personaje. Me temo que se está saliendo de madre, por lo que me veré obligado a subirla como un apéndice, con algunos capítulos. Lo mismo que haré con otros personajes y materias que aparecen en la historia, para que ésta no se complique más de la cuenta. En realidad ya está bastante complicada. ¿No les parece?

UN FLASHBACK, SEGUNDA PARTE… AHORA SÍ

Lo ideal en una buena narración sería comenzar desde el principio, seguir el hilo de la historia hasta el final y… si gusta, gusta, y si disgusta y tiran tomates, pues a aguantarse. Pero como ya les dije la clásica serie “Perdido”, emitida en la primera década del siglo XXI, cambió todas las estructuras narrativas y nos complicó la vida a los narradores hasta límites que es mejor no conozcan nunca a fondo. Es por eso que voy a cortar con unas tijeras esta historia y separar la escena del programador y sus consecuencias, para insertar otra que debió haber sido insertada antes. Forma parte del pasado más cercano de Gestoreitor. Aún así no deja de ser pasado y por lo tanto nadie me negará que estoy utilizando la vieja técnica del “flashback”.

Cuando Gestoreitor abandonó el edificio o palacio de justicia o “bunker” de la NOJ, como así fue llamado hace algún tiempo (algún día les contará Aladro la historia de la reforma de la Justicia, o NOJ, Nueva Oficina Judicial, en el año 2010, y la reforma de la reforma o NRNOJ, Nueva Reforma de la Nueva Oficinal Judicial, allá por el año 2050), conducido maternalmente del brazo por AuxEjecuteitor, las lágrimas metálicas, ligeramente oxidadas, empañaban sus ojos de fibra de carbono, y su lamentosa y cazallera voz metálica, apenas lograba brotar de su garganta de plastiacero.

Si Sioux, Ojo de Águila, lo hubiera visto entonces habría tomado de inmediato la decisión que tomaría en el futuro: hibernarlo y almacenarlo en la unidad de Apoyo robótico en la reserva, o “UAROBRES”. No lo hizo porque Tramiteitor aún no lo había llamado. Les ruego que sean conscientes de que estamos en el pasado y no en el presente o en el futuro. Esto es un flashback y no un tiempo narrativo actual, no confundan ambas cosas.



Era evidente, hasta para un ojo de ratón, que Gestoreitor ya no era del todo robot, o si prefieren, dicho de otra manera, ya era algo humano. ¿Qué podemos decir de AuxEjecuteitor? Tres cuartos de lo mismo y una pizca de comino.

La comisión Judicial ha tenido una larga evolución, como ustedes sabrán en cuanto lean el ensayo del Sr. Aladro, Abogadro, pero nunca hasta entonces se vio nada parecido. Más que una comisión robótica al uso, ambos-dos parecían un matrimonio que se estuviera reconciliando tras una dura bronca. Su programación les impulsaba a practicar las diligencias señaladas para aquella desapacible mañana del mes de enero en… (no pongamos nombres, que luego todo el mundo se queja) por encima y por debajo de cualquier otra consideración.

Resulta tan curioso como esperpéntico que justo en esta época robótica la Comisión Judicial tomara nuevos bríos. Tras la implantación de la Nueva Oficina Judicial, NOJ, hasta al más lerdo se le hubiera ocurrido apostar doble contra sencillo a que la comisión judicial acabaría por desaparecer. Estuvo a punto de ocurrir y la Nueva Reforma de la NOJ, o NRNOJ, le dio la puntilla. Sin embargo justo cuando los funcionarios de justicia fueron sustituidos por robots y se les consideró incapaces de mentir, engañar, manipular, dejarse corromper o perder completamente el rumbo de la fiabilidad, lo que hizo pensar que las funciones de las comisiones judiciales podrían ser asumidas, sin ningún desdoro, por un solo robot o funcionario judicial robotizado, fue entonces cuando la comisión judicial resucitó de entre los muertos y vivió su mejor época.
¿Qué había ocurrido? Algo tan sencillo y surrealista como que los robots eran incapaces de distinguir a un humano de un robot. Parece idiota e incomprensible. Pero para ellos los humanos eran tan robots como ellos, aunque constantemente parecían estar cortocircuitados y bloqueados. El profesor Sakimito, ayudado por el profesor Cabezaprivilegiada, contratado al efecto, programó a los funcionarios de justicia robotizados para que solventaran esta papeleta. Más o menos lo fueron logrando, aunque se decidió que cuatro ojos metálicos ven más que dos y que si uno no distinguía o se bloqueaba el otro podría supervisar y tener la última palabra. Esta y no otra fue la causa del regreso de la comisión Judicial y su revitalización casi milagrosa.
Gestoreitor era el más preparado y avanzado de todos los de su clase. Nadie supo cómo se saltó su programación robótica y decidió que la mejor forma de saber si el ciudadano a embargar, desahuciar o lo que fuera, era humano o no( como saben los robots no pueden ser sometidos a la ley, ni mucho menos condenados, un robot no es libre y quien no es libre no es responsable y quien no es responsable no puede ser juzgado por nada ni por nadie) era hacerle cosquillas, en los sobacos o en otra parte anatómica cosquilleable. También funcionaba darle un pisotón, insultarle, escupirle, etc. Si no reaccionaba era claramente un robot.

Gestoreitor, con esta técnica propia, rompió la barrera del sonido de las estadísticas y fue condecorado como empleado del mes en doce ocasiones. Auxejecuteitor había asumido como válidas estas técnicas e imaginado otras que puso en práctica con feliz resultado (fue condecorada como empleada del mes en trece ocasiones, lo que Gestoreitor llevó muy bien, porque estaba enamorado en secreto de Aux, ya que por entonces se creía humano y veía como humano todo lo que se moviera a su alrededor, ya fuera una cucaracha o un automóvil).
Pero debo terminar este capítulo. No hay dos sin tres, dice el refrán y me molestaría mucho dejar al Sr. Flashback con solo dos patas. No se pierdan pues el tercer y último capítulo de este episodio.

NOTA A PIE DE PÁGINA

Me temo que el ensayo del Sr. Aladro tendrá que ir aparte es más largo que un día sin pan para quienes no sean robots, claro.

-Tengo algo que decir, soy el Sr. Aladro.

-Quisiera matizar… soy el Sr. Martín, director de Marketín.

-Soy Karl Future y tengo mucho, mucho que rebatir.

Nada, muchachos, para otra ocasión en el correspondiente tablón de comentarios y críticas. Soy el narrador.

martes, 20 de noviembre de 2018

3001 ODISEA DE LA JUSTICIA VIII







3001, ODISEA DE LA JUSTICIA






UN FLASHBACK


Permítanme que antes de proseguir esta amarga y triste historia envíe una nota de socorro o S.O.S.

NOTA DE SOCORRO O S.O.S.

Por favor, por favor, please, que nadie envíe más paquetitos de monedas a mi domicilio habitual. Esto parece una chatarrería. My God, Díos mío, en mala hora se me ocurrió pedir ayuda. Tengo el jardín lleno de sacos de moneditas y chatarra y el salón más parece un ciber que la casa de un futuro "millonetis".

En realidad el problema se arregló enseguida. Llamaron a la puerta y al abrirla me encontré con un jardinero con un carrito con ruedas, no recuerdo cómo se llamaba a principios del siglo XXI. Portaba montones de sacos repletos de céntimos de euro-dolar-yen. Dijo ser el jardinero de Sakimito, el portentoso genio de la informática y de la programación. Al parecer es vecino mío, ¡y yo sin enterarme! Los saquitos de monedas los obtuvo del Sr. Buenavista. Como venganza por denunciarle por una arriesgada operación bursatil, el Sr. Buenavista le pagó en monedas de céntimo. Ahora tengo suficientes monedas para introducir por la ranurita de mi termostato a plazos. Lo que no tengo es una señorita con buen escote que eche las monedas, mientras yo echo un vistazo al cañón del Colorado. Podría pedírselo a una robotina. De esas que no dejan de medir la playa una y otra vez, arriba y abajo, siempre con el mismo paso medido y la misma sonrisa estereotipada, pero no me gusta que me miren de esa manera, como si ellas fueran mis patronas, mis amas, y yo su esclavo para siempre.



CONTINUA LA NARRACIÓN

Ne disculparán que haga un flashbak en este momento. ¡Con lo interesante que se ha puesto la historia! Pero es algo necesario. Imprescindible, diría yo. Además desde que la serie "·Perdidos" puso de moda esa narración en paralelo, en flashback, con prospectiva de futuro, en círculo, etc. Un buen narrador ya no es feliz si no introduce un montón de flashbakcs. Si no se adelanta a los acontecimientos y lo enreda todo. Y perdonen que las letras tiemblen tanto, pero no puedo impedirlo. Cada vez que echo una moneda en la ranurita del termostato me tiembla la voz y mi ordenadora me entiende mal y escribe peor.











A lo que vamos. El flasbck tiene sentido porque necesito contarles lo que les sucedió a Gestopreitor y a AuxEjecuteitor en esa salida como Comisión Judicial. Al mismo tiempo tengo que hacer un flashbak más en profundidad para contarles lo de la nueva oficina judicial o NOJ. El episodio en el que el Ministerio contrata a la empresa publicitaria de Martín, director de Marketín, para hacer llegar al gran público la necesidad de la nueva oficina es regocijante hasta extremos delirantes. La historia de la mascota o NOJITO es algo que no deberían perderse. En aquellos tiempos tenían la manía de las mascotas, las banderas, los símbolos. Hoy, gracias a Dios, en este universo globalizado esas cosas pasaron a la historia y son como ridículas antiguallas.

También tendré que contarles cómo Gestoreitor y Cia. fueron enviados al almacén e hibernados a la espera de mejores tiempos. Cómo Tramiteitor, que no fue hibernado, debido a la férrea resistencia de sus circuitos, logró despertar a sus hermanos y juntos tramaron la revolución cibernética.

Fue entonces, cuando yo, el narrador, más joven y menos obeso, tramé la reconquista del poder judicial por parte de los viejos funcionarios supervivientes. Pero esa es una larga historia, un profundo flashbak que les contaré en su momento. Así como otras muchas cosas que les harán partirse de risa, porque ustedes, hermanos del pasado, son tan ingenuos, que aún creen que nada de esto puede pasarles.


El siguiente capítulo, titulado Flashbak segunda parte tratará de las incidencias de la Comisión Judicial robótica.



COMENTARIO DEL SR. KARL FUTURE

Profundizando más en las leyes de la robótica...


NOTA URGENTE DEL SR. BUENAVISTA

Yo iba primero. Pese a quien pese hoy les contaré lo de la productividad. ustedes no se imaginan los errores que cometen quienes creen que la productividad es hacer caramelos que llevarse a la boca o ruedas para coches, por poner un ejemplo. La administración de justicia es tan productiva como la que más o incluso más que la que más. Para ello tienen que mentalizarse en el concepto de la producción negativa. Las pérdidas de productividad que ha evitado la justicia con sus justas resoluciones no pueden ser ni catalogadas. Se imaginan las pérdidas que sufriría esta sociedad si los delincuentes camparan por sus respetos, hiriendo aquí y alá, y luego la sanidad teniendo que curar a las víctimas, con el consiguiente gasto, o la pérdida de productividad de las empresas si no pudieran dirimir sus conflictos ante la justicia... ?

Me cortan. Dice el autor que es cierto que le tiemblan las líneas en la pantalla y no puede ver lo que escribe. El ciber se ha tragado todas sus monedas y encima le tiemblan las líneas en la pantalla.


NOTA HUMILDÍSIMA DEL AUTOR

Es cierto, es cierto, tal vez se deba a que esta mañana tuve la primera sesión del cursillo sobre la oficina judicial y me tiemblan las piernas. My God, Díos mío, que el Ministerio me ponga un informático a mi lado, solo para mí, porque mi ordenador va a estar bloqueado hasta el apocalipsis. No voy a ser capaz de hacerlo bien. Cada error un bloqueo. ¡Oh my God! Y por favor, que sea Sioux, Ojo de Aguila. Le estoy tomando mucho cariño a este simpático personaje.








martes, 13 de noviembre de 2018

3001 ODISEA DE LA JUSTICIA VII




EL NARRADOR

El Sr. Buenavista quería hablarles de la productividad y su incidencia en la economía de mercado en el siglo XXI. El Sr. Pirulo, físico teórico, quería hablarles de física cuántica, para explicar eso de que el pasado no cambia, en realidad sí podría cambiarse. Algunos más querían hablar también, pero el pizarrón no se abre hoy. Lo primero es lo primero y ya me está saliendo humo de la calva.



      EL PROGRAMADOR, TERCERA PARTE

    Disculpen, disculpen, el cambio de termostato ha sido más laborioso de lo que imaginaba. En la revisión me descubrieron un montón de fallos en casi todas mis partes anatómicas.Me han hecho tantos implantes que ya puedo considerarme un hombre biónico. En realidad puede que hasta sea un robot. Pero esto es algo que solo se descubrirá al final de este largo culebrón. En estos tiempos nadie puede fiarse de nada. ¿Soy en realidad un robot? ¿Soy un humano con muy mala leche y un cinismo a prueba de bomba? No se molesten ni pierdan el tiempo con estas tonterías. Lo importante es lo que estoy contando.

     Habíamos quedado en que nuestro programador se estaba tomando un "cafelito" y fumándose un "pitillito". Pues bien, se tomó otros tres o cuatro cafelitos y se fumó media cajetilla de "Lucky Stroike", Esto mata, pero me da igual.Al final, cuando ya estaba tan aburrido que se estaba preguntando por qué razón no habría en canal a Tramiteitor y le cambiaba todos los circuitos, aparecieron en la puerta Gestoreitor y AuxEjecuteitor. El primero cariacontecido y lacrimoso. ¿Para cuándo el concurso de traslado? Gritaba con voz destemplada y metálica, muy enronquecida por sobrecalentamiento de sus circuitos. AuxEjecuteitor le acariciaba la nuca mientras intentaba en vano consolarle. Todo se andará, querido amigo, todo se andará.

    En cuanto el programador observó a su presa se lanzó sobre ella como un buitre. Le tocó un botón oculto y Gestoreitor quedó comatoso, fuera de servicio. Tras un prolongado y meticuloso examen de sus circuitos decidió que nada extraño pululaba por allí. Lo reinició y comenzó su bateria de preguntas, su test infalible para detectar atisbos de humanidad en los robots.

   -Diga ser más cierto cómo usted no puede ser trasladado porque es un robot y no un ser humano, con derechos inalienables que nunca serán pisoteados.

    -El confesante declara bajo juramento indecisorio que es tan humano como el que más y que necesita del cariño de su "love", de su compañía y de sus caricias. Que sus hijos lloran desconsoladamente por los rincones y que no hay derecho a que la burocracia sea tan desconsiderada con la naturaleza humana, tan fragil como un globito volando por el cielo, al alcance de cualquier desaprensivo.

    -Diga ser más cierto que usted posee una programación que le impulsa a trabajar compulsivamente y no pensar en nada más.

    -No es cierto. Poseo un alma inmortal que necesita de amor y de la compañía de sus seres queridos. Quiero mi traslado, quiero mi traslado...

     Y aquí Gestoreitor se echó a llorar como una Magdalena robótica, sus circuitos se colapsaron y el programador se tocó una pluma de su emplumado de guerra, muy pensativo. Tramiteitor observaba la escena con ojos robóticos, pero no intervino por miedo a ser considerado humano. En cambio AuxEjecuteitor se lanzó sobre Gestoreitor y comenzó a hacerle una respiración boca a boca que hubiera quitado el Hipo a un "Hipo...condriaco". Sus bocas metálicas se juntaron, pero siguieron frías, como pudo comprobar el programador con su detector de temperatura corporal. Tampoco observó aliento vital en ninguno de los dos. Sioux, el programador más avispado del cuerpo de programadores, decidió atajar por lo sano. Los bloqueó con un inhibidor de frecuencias y así quedaron ambos, haciéndose una respiración boca a boca que no les iba a llevar a ninguna parte.

    -Usted, Tramiteitor, écheme una mano. Despégueles como pueda y coloque esta sonda nanotecnológica en sus bocas. Necesito un examen en profundidad. Mientras hace esto puede ponerse en comunicación con el Ministerio y anuncie una luz roja como un horno. Esto es una emergencia. Estamos en cuadro.

     -Con todo respeto, Sr. Humano, jefe, Buana. Aquí no hay nada que hacer. Llevamos un mes sin una denuncia que llevarnos a la boca. Se lo puede usted tomar con toda la calma que necesite.

     Sioux se quedó pensativo. El virus era mucho más peligroso de lo que pensaba. Un virus virulento e impredecible. Si la plaga se extendía la Administración de Justicia se paralizaría y la fantástica sociedad del año 3001 quedaría a merced de los delincuentes habituales. Decidió que era hora de subir el color rojo a supernova a punto de estallar. Pero antes de dar una orden de este calibre era preciso tomárselo con calma, meditar friamente, robóticamente, y luego ya se vería. Se tomó otro cafelito, encedió otro pitillito y contempló, pasmado e intrigado la escena que se le presentaba a sus agudos ojitos de sioux, Ojo de Águila. Tramiteitor había caído sobre la pareja que continuaba con sus labios metálicos unidos,pegados, absorbiendo hasta el último hálito de sus circuitos internos. Aquello parecía más una escena pornográfica de la peor película porno que una oficina judicial.

     Se rascó todas las plumas de su emplumada cabellera y se dijo que ahora tendría que hacer un largo, larguísimo informe para el supervisor jefe. Recordó con aprensión la campaña publicitaria del Gobierno. "Los robots son los mejores funcionarios de justicia. Nunca dan problemas. Tramitan más rápido que nadie. Son amables. Nunca se enfadan. Pueden patearles, si lo desean, no les responderán y seguirán tramitando a toda velocidad". La escena tridimensional en la televisión TDT holográfica, era para partirse de risa. Todo el mundo aceptó que los humanos no servían para aquel trabajo. Que los robots serían la solución definitiva a un problema que se venía arrastrando desde tiempos inmemoriales, desde las cavernas, cuando un jefe cavernícola decidió que era más justo solucionar los problemas escribiendo en papiros que a garrotazos.

     Y aquí termino por hoy. Como ando más esperrado que un proletario en plena crisis económica me vi obligado a permitir que me colocaran un termostado a monedas, como en los viejos cibercafés de principios del siglo XXI. Se me están acabando los euro-dólares-yenes y voy a tener que salir pitando o la sesera estallará como un melón maduro.

     En el próximo capítulo les contaré el final de este capítulo, espero, si consigo más monedas. ¿Hay alguien tan amable que pueda prestarme un poco de chatarra?




      INTERVENCIÓN URGENTE DE KARL FUTURE

     El narrador se ha saltado a la torera todas las leyes robóticas, desde Asimov hasta Sokimito, el genio programador de la última centuria del siglo pasado. Un robot debe estar sometido a leyes implacables que no puede saltarse bajo pena de quedar bloqueado en un bucle perpetuo. Caso contrario estaríamos dando el salto de robot a humano. Entraríamos en el terreno de la libertad, de la voluntad, de la rebeldía. En plena y confusa naturaleza humana.

     Es más fácil que un humano se convierta en robot, sustituyendo toda su anatomía por acero de primera, transformándose en un biónico, que un robot entre en el reino de los cielos humano, o en el infierno humano, para ser más precisos. En otro momento les explicaré todo esto con más detenimiento.

     NOTA URGENTE DEL SR. BUENAVISTA

   ¿Y mi disertación sobre la productividad?

    NOTA LAMENTOSA DEL AUTOR

    Renuncio a la chatarra que me puedan facilitar para continuar escribiendo desde el ciber a cambio de un traslado rapidito y sin complicaciones. Si en el Ministerio pudieran ver cómo salta mi corazoncito, como una patata frita en la freidora, su empatía rezumaría por todos los poros de su piel y vendrían a consolarme con un decreto ley urgente.

lunes, 5 de noviembre de 2018

3001 ODISEA DE LA JUSTICIA VI

















LOS PROGRAMADORES-SEGUNDA PARTE






Tramiteitor estaba preocupado, sentía miedo –si es que algo así puede decirse de un robot- de la presencia inminente del programador. Yo también sentiría mucho miedo, terror, si me anunciaran la presencia de mi Creador. Mi cerebro funciona fatal y mi cuerpo es una mierda, con perdón, pero no me gustaría, no, que me hurgaran en las neuronas o me fueran a cambiar un brazo o una pierna con la disculpa de que algo no funciona demasiado bien.






Debo darles algún dato sobre el cuerpo de programadores, es imprescindible. Junto con los jueces fueron los únicos funcionarios de justicia que no pasaron a la reserva. Eso de sustituir a los programadores por robots-programadores asustó a más de uno en el gobierno. ¿Se imaginan a un robot-programador intentando arreglar a un robot bloqueado y que el programador metálico también se bloqueara? ¿Y que luego el supervisor-programador, también robot, se bloqueara a su vez, y así “usque ad nauseam” o hasta la náusea vomitona? Por eso los programadores eran todos humanos. Un cuerpo de élite en la justicia, lo mismo que los marines en el ejercito USA.






Tramiteitor tenía miedo (lo supongo al narrarlo así) y no le faltaba razón. Lo había llamado. Había prometido llegar en media hora y ya pasaba una. Podría pasar otra, tal vez dos o tres más, pero llegaría. Y ahí empezarían los problemas… como llegaron.






El programador era un jovencito que llevaba la mitad de la cabeza pelada y la otra mitad con un peinado a lo “sioux”. Era la moda, y las modas deben ser respetadas o te atienes a las consecuencias. Lo primero que hizo fue preguntarle si su llamada era un error, un bloqueo, un reinicio defectuoso o correcta. Tramiteitor se dispuso a contestar como un robot que sigue el programa adecuado, aunque ahora sabemos, lo sé yo y basta, que el algoritmo del profesor chiflado había hecho de las suyas y algunos robots se estaban humanizando, unos más que otros, y unos pocos comenzaban a preparar la rebelión de las máquinas, de infausto recuerdo.






Tramiteitor disimuló, pues, el resultado de la humanización de sus programas. Contestó que Gestoreitor se encontraba embargando, junto con AuxEjecuteitor, formando lo que en tiempos se llamó Comisión Judicial, y ahora “Pareja de robots complementarios y de seguridad para la práctica de diligencias judiciales”. O sea “PRCSPPDJ”. Que llegaría en un tiempo indeterminado y que consideraba conveniente un examen a fondo puesto que sus programas estaban fallando estrepitosamente.






El programador, llamémosle “Sioux”, le hizo toda clase de preguntas, sobre Gestoreitor, sobre los síntomas del paciente, sobre el funcionamiento de la oficina y sobre él mismo, Tramiteitor. Le pasó un test para calibrar su grado de humanización. Era infalible, el único infalible de todos los que se intentaron. Le pasó por el portátil una serie de fotos de alto calibre de mujeres, o tal vez robotinas, semidesnudas, hasta donde lo permitía el reglamento, y le preguntó qué era lo que estaba viendo. Tramiteitor respondió que unos diseños bastante buenos. Aprobado. Luego le pasó unas fotos de hombre o robotines, semidesnudos. El diseño no era tan bueno, según Tramiteitor. Aprobado. El intríngulis del test era detestar cualquier atisbo de emoción en el robot. Para ello nada mejor que utilizar el sexo, nadie se resiste a él, si no despierta emociones eres un robot. Lo de las fotos femeninas y masculinas iba a captar cualquier indicio de que el robot, neutro, se estaba decantando hacia uno u otro lado.






El programador le machacó durante un tiempo sobre diversos problemas, luego decidió tomarse un café, de una máquina, fumarse un pitillo (se habían quitado los carteles de “Prohibido fumar” porque los robots no fumaban) y esperar a Gestoreitor.






En el próximo episodio les contaré el meticuloso examen que sufrió Gestoreitor. Eso será cuando se pueda, porque mi termostato está sufriendo algunos bloqueos, muy desagradables, y como no salga de aquí pitando no podré contarles nada más. Cuando me arreglen regresaré y la historia continuará. No habrá cambiado puesto que ya pasó y el pasado, según Pirulo, físico teórico, no cambia nunca.






Continuará.

sábado, 27 de octubre de 2018

CEMENTERIO DE HALLOWEEN II


















CEMENTERIO HALLOWEEN II

Me apresuré hacia donde se veían luces y se escuchaban coplillas y músicas. Tal vez, pensé, me encuentre con viejos amigos, con Mujersol, con Teseo, con Cyrano, con... Pero hubiera sido demasiada casualidad. No sabía dónde me encontraba, tampoco sabía exactamente dónde vivían MujerSol y Teseo, a pesar de que me habían dado sus señas. ¡Vaya usted a saber dónde se encontraba el cementerio Hallowen!

Era posible que muy al norte, cerca del territorio gringo. Entonces caí en la cuenta que mi cansada vista y la noche me podían haber jugado una mala pasada.

No se trataba de "Cementerio Hallowen" sino de "Hello, gringo, ven". Acortado en Hellovén.

A mí al menos se me hubiera ocurrido gastar esa broma, de haber sido mexicano. Aunque me parecía que los mexicanos eran muy discretos, educados y elegantes. Al menos esa conclusión saqué cuando me visitó Teseo en España.

Caminaba linterna en ristre, temblando de incertidumbre y deseando un tequilita para mis nervios, cuando desde detrás de una tumba me salió una figura al paso.


Me detuve asustado y mi corazón golpeó contra mi pecho, plof y plof y más plof. No cabía duda de la naturaleza de la figura encontradiza. La cara lívida, ojeras y círculos rojizos en los ojos, dentadura podrida y un traje de charro mexicano sobre su delgada silueta.

No encontraba palabras para dirigirme a él. Sin embargo él si las encontró para saludarme con mucho cariño.

-Hola amigo Slictik. He oído hablar mucho de usted.

-No sé si eso será bueno o malo. Que los muertos hablen tanto de mí. ¿Cuál es su nombre, amigo?

-Don Segismundo, para servirle.

-Si quiere servirme me vendría bien un trago de tequilita, para calmar los nervios y entonar el cuerpo. Por cierto, ¿no será usted ese de "La vida es sueño" de Calderón?

-Aquí tengo una botella de tequila que los muertos fabricamos para este día tan señalado. Si quiere algo comestible también he arramblado con productos típicos de la tierra, de la fiesta que están celebrando al otro lado de este cementerio.


Me tendió la botella y bebí un buen trago. Era fuerte, muy fuerte, buen tequila, pero con un sabor raro, como a raices de árboles milenarios y a bayas recogidas tres mil años atrás. Muy fuerte y muy añejo, sin duda.

Necesitaba el trago para enfrentarme a Don Segismundo pero también para bajar la comida. Dando vueltas por ahí me encontré una taberna mexicana donde me puse ciego de comer frijoles con carne, bien picantitos, y ahora me saltaban en la barriga. El tequila me vino soberbio para diluir la danza de la panza. Lo que no esperaba fue que algo me viniera a la boca y saliera sin poder remediarlo.

-Bruaaff.... Bruaaafff

Eran eructos poderosos que me dejaban el cuerpo más tranquilo, aunque la preocupación por cómo se tomarían lodifuntos semejante falta de respeto, y más Don Segismundo, allí presente, me hizo poner la mano en la boca como un silenciador.


-En vida me llamaban Don Segismundo, ahora no me llaman, por eso he tenido que salir a buscar compañía en fecha tan festiva. En cuanto a si la vida es sueño a mí al menos se me pasó en un sueño, lo malo es que la muerte es dormir más que otra cosa. Teniendo en cuenta que la vida es sueño y la muerte dormir profundo yo diría que el ser humano duerme más que un lirón. Sin tiempo para la reflexión y el cariño. Lo que más eché de menos en via fue el cariño y lo que más hecho de menos en la muerte es el cariño. ¿Podría darme un abrazo, Slictik?

Yo deseaba acercarme a la fiesta por si podía ver por allí mis viejos y queridos amigos y también por encajar a Don Segismundo en un ambiente donde me diera menos miedo. No obstante me acerqué hasta él y le dí un fuerte abrazo. Era tan delgado que yo diría que estaba en los puros huesos. Sin carne para atenuar el choque sentí como si abrazara a un esqueleto.

-Siéntese amigo sobre esa tumba y tome un traguito más, que veo que le gusta este tequilita. Yo tomaré otro para animarme.

Hice lo que me aconsejaba, justo a tiempo, porque no me sostenían ya las piernas. Pero no pude evitar lo que me ascendía por el tubo hacia la garganta.

-Bruaaafff...

-No se sienta molesto. Es señal de buen provecho y a los muertos no solo no nos enfadan sino que sentimos envidia. Los gusanos comieron nuestras carnes (¡Para lo que las necesitábamos!) y ahora con los huesos no podemos ni abrazarnos sin sentir las aristas.

-¿Por qué no me cuenta la historia de su amarga vida?

Eché un buen trago de la botella que me tendía y se la devolví. Él echó otro y se dispuso a contarme, no sin antes abrir su boca en una sonrisa que me permitió ver una dentadura podrida y una boca profunda, como la puerta del infierno.

-¿Por qué piensa que la vida de los difuntos ha sido amarga? ¿Por qué ya no estamos vivos? La mayoría de las veces la vida es más amarga que la muerte. ¿Mi vida amarga? Jeje

-Me alegra de que sea usted una de las excepciones a la regla. Imagino que si hiciéramos una encuesta entre los vivos la gran mayoría pensaría que su vida es amarga.

Continuará .
Slictik




lunes, 22 de octubre de 2018

CEMENTERIO DE HALLOWEN


CEMENTERIO HALLOWEEN

Viernes, 31 de Octubre de 2008




Mi visita al cementerio Halloween

Me perdí en la noche. Es fácil que me pierda de día, asi que no me sorprendió que me perdiera de noche. Comencé a dar vueltas y vueltas con el coche sin ver nada hasta que cansado paré el motor y salí del vehículo.

No he mencionado que estaba de vacaciones en México. Había oído hablar a unos buenos amigos mexicanos, Teseo y Mujersol, de las fiestas de difuntos que se celebran allí y conocía un poco del festejo gracias a mi afición a los documentales. Así que me dije. Esto está chupado. Me compro un billete, me voy a México, alquilo un coche y voy a ver a mis amigos y disfrutar de la fiesta.

Sí, sí, conociéndome como me conozco tenía que haber contratado una guía turística o al menos haberme llevado conmigo a Milarepa, un buen amigo, que siempre me saca de los líos en los que me meto.

¿Que quién soy? Algunos me llaman Slictik y yo suelo llamarme tonto, sobre todo cuando me pierdo en plena noche, sin comida, sin bebida, y sobre tod sin compañía.

Como digo salí del coche con una linterna que encontré en el maletero. Por suerte mi maletero parece un gran almacen de cosas viejas e inútiles, pero la linterna me serviría.

La encendí y me puse a caminar. Encendí un pitillo y me dije que lo peor que me podía pasar es que me abdujeran los extraterrestres. Pero no se veía ninguna nave... al menos de momento.

Lo que sí estaba viendo eran unas lucecitas titilantes en dirección sur, o puede que fuera norte o cualquier otra. En el maletero no llevaba brújula ni mapas.

Allá que me fuí, pensando que donde hay luces hay vida y donde hay vida siempre hay alguna mujer comprensiva con un tonto.


De pronto recordé que era el día de difuntos o Hallowen más al norte. En mi pais, España, perderse de noche y cerca de un cementerio eriza el vello de algunos. Si además es día de difuntos uno sale corriendo. Las flores se llevan de día. Se hace cola para entrar al cementerio y vas a la tumba de tus seres queridos. Echas unos rezos si eres creyente y si no lo eres pones las flores y haces un poco de limpieza. En España el día de difuntos es bastante serio, casi dramático, nada de fiestas ni de bromas. Y si alguno se atreve a hacer bromas se arriesga a que un creyente malhumorado le ponga las peras al cuarto.

¡Pero estoy en México! Aquí sí valen las bromas y las fiestas. ¡Menos mal!

Las lucecitas eran fuegos fatuos en un cementerio. Me acerqué hasta la puerta y pude leer "Cementerio Hallowen".

Bueno, pensé, puede que no sean luces fatuas, sino mexicanos que están celebrando el día de difuntos. Necesito un buen trago y algo de compañía.

Me puse a saltar la valla con tan mala suerte que el pantalón se me enganchó en la punta de un hierro por la culera y tuve que dejarme de reflexiones elegantes y salvar el pellejo.

En aquel cementerio no tenía ningún ser querido, aunque como dice Milarepa, puede que en cada cementerio del mundo tengas varios seres queridos y no lo sepas. Él cree en la reencarnación. Yo ni creo ni dejo de creer. Pero necesitaba compañía

Me puse a caminar entre tumbas, con la linterna en ristre y la culera del pantalón con un siete. ¡Menos mal que era de noche y que allí no había nadie!

¿Y los difuntos?

En España no solo se respeta a los difuntos, la mayoría les tiene miedo y si alguno se les apareciera en un cementerio saldrían como almas que lleva el diablo. Yo no tengo miedo. Estoy acostumbrado a que mis personajes me den sustos, incluso en plena noche.

¿Que no tengo miedo?

De pronto escuché voces a lo lejos. Si hubiera tenido vello se me hubiera erizado. Por suerte ya no tengo,y sin depilación.

Me dije que estaba tan solo que hasta que saliera un muerto de su tumba me vendría bien. Y si me contaba una buena historia... mejor. Y si me invitaba a un trago de tequila... le daría un abrazo.


Continuará 
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Slictik 
Slictik