lunes, 28 de noviembre de 2016

EN LOS BOSQUES DE CRAZYWORLD V

EN LOS BOSQUES DE CRAZYWORLD/ CONTINUACIÓN




-Muchas gracias, hombre. Es todo un detalle por tu parte.

-No hay de qué. Este Robert es el mejor amigo del millonario y un pájaro de cuidado. Como puedes ver también le gusta el “sado”, aunque en las grabaciones que he visto no ha pasado de unos azotes en el culo de su amante o de unos latigazos muy suaves. Sí le gusta mucho esposarlas a la cama. También tiene ramalazos masoquistas. A veces se visten los dos de cuero, con antifaces y se deja pisotear por su dueña. En algún video llega a una degradación repugnante. Ella le obliga a beberse su orina. Se acuclilla sobre él y le lanza el chorrito a la boca. Realmente repugnante, pero muy divertido. Otro día te busco la grabación y te la dejo a mano para que la veas cuando quieras.

-Tú también estás hecho un buen pájaro, Jimmy, un pájaro de cuidado. Has conseguido un maravilloso refugio. Me gustaría poder pasar aquí una larga temporada, lejos de esa chifladura de Crazyworld. Pero me temo que nos echarían en falta y nos buscarían. ¿No es así?

-Tú también acabarás siendo un pajarraco, amigo. En cuanto al tiempo que se puede pasar sin que te echen de menos y comiencen a buscarte, depende mucho de quién esté de turno en el Centro de Seguridad, del humor de Sun y de otras muchas circunstancias. Nunca estás seguro de lo que puede ocurrir si llevas algunos días sin hacer acto de presencia por allí. Cuando Heather está de turno puedes pasarte una semana sin aparecer por ninguna parte, nadie te echará de menos.

-¿Qué es eso del turno de guardia?

-El protocolo que el director les dio, al comenzar a funcionar Crazyworld, y que luego fue reformado por el doctor Sun les obliga a dar un parte diario confirmando que están todos los que deberían estar, y no solo pacientes, se refiere a todo el personal. Es algo así como pasar lista en una prisión. Recuerdo que cuando llegué los guardias de seguridad pasaban lista por la mañana y por la noche. Nos hacían formar en el comedor y como algunos pacientes ni siquiera responden a su nombre les acompañaba una camarera. También lo hacían en los demás edificios del personal, incluido el de las putas y putos. Todos tenían que formar como en el ejército, ponerse firmes y responder a la lista. Fulanito de tal… ¡presente! Era un verdadero cachondeo. El doctor Sun que presenció una noche el desmadre que se organizó al pasar lista, reformó el protocolo que les había dado el director. Tenían que comprobar en las grabaciones o constatar en los monitores que no faltaba nadie. Con eso era suficiente. Con el tiempo se organizaron entre ellos mismos para que el parte correspondiente, debidamente firmado, estuviera en el despacho de Sun todas las noches a las veintidós horas. Ahora uno se encarga cada semana de ese trámite. Cuando está Heather ni se preocupa de cerciorarse por dónde ando, si no me ve en las grabaciones o en los monitores. Ya sabe que soy culo de mal asiento. Pero con los demás no ocurre lo mismo, se lo dirían a Sun y este organizaría una búsqueda hasta que me encontraran. Luego me castigaría a las celdas de aislamiento, un día, una semana… con él nunca se sabe.

-¿Y cada cuánto tiempo está Heather de guardia?

- Solo los jefes están autorizados a firmar y presentar el parte y actualmente son cinco que se sustituyen entre sí en diferentes turnos. Calculo que está una semana al mes, algunos meses dos semanas y otros ninguna. Si quieres pasar aquí unas vacaciones, pregúntame antes, los turnos nunca se cumplen a rajatabla, y se cambian según las necesidades y los acuerdos a que lleguen entre sí los jefes de seguridad.

-¿Y tú cómo te enteras?

-No te voy a contar todos los secretos, al menos no el primer día. Si estás de acuerdo en ir organizando un plan de fuga será imprescindible también contar con Heather. Puede que necesitemos que ella esté de guardia dos semanas seguidas. Tú no tendrás problemas en convencerla. Ya has visto que la tienes en el bote. A mí me odia, aunque hubo un tiempo en el que se mostró muy cariñosa conmigo.

-Cuenta, cuenta…

-No tenemos tiempo. La semana que viene le toca a Heather de guardia, si no lo cambia. Podríamos venir aquí y estar unos días, nos merecemos unas vacaciones. Creo que dejaremos los vídeos por hoy. Se está haciendo muy tarde. Te dejaré los mejores a mano, para que puedas echarles un vistazo cuando quieras. Ahora debes anotar mis instrucciones y dejarlas aquí, pegadas a este monitor. Puedes utilizar ese taco de posit-it.



Y Jimmy me fue dictando todo lo que debería saber para funcionar con aquel formidable equipo de grabación y espionaje. De momento a mí solo me interesaba conocer el funcionamiento de los vídeos y los deuvedés. Puede que la función de cámara lenta me viniera bien para recrearme en ciertas escenas, pero poco más. Cuando se lo comenté, El Pecas se enfadó mucho. ¿Acaso se me había pasado por la cabeza traerme a mis ligues y no grabar lo que hiciéramos? Debía de jurar hacerlo o me arrepentiría de haber conocido su gran secreto. No sé lo que pensaría hacerme si no juraba, no quise saberlo. Juré sin inmutarme, repitiendo la fórmula que él me fue dictando. Antes quise saber si él también grababa sus hazañas sexuales. Me lo confirmó, pero como yo me mostrara un tanto desconfiado, buscó una cinta y la puso un momento. En ella podía verse a Jimmy follando con una mujer que yo aún no conocía. Me bastó, aunque le pedí que en la próxima ocasión me dejara todas sus grabaciones a mano o yo no le dejaría las mías.

-Mira, cuando traigas a una mujer hasta aquí, deberás procurar que no sepa dónde está ni el camino que ha recorrido. Lo mejor sería que la durmieras. Puedes pedirme somníferos y te ayudaré con la carretilla. Si eso te parece demasiado complicado, al menos ponle una venda en los ojos y no dejes que se la quite hasta estar dentro de la cabaña. Puedes convencerla como si tuvieras para ella un regalo muy especial y no pudiera verlo hasta que tú se lo digas.

-¡Pero Jimmy! ¡Cómo crees que puedo mantenerla con los ojos cerrados la media hora o más que nos ha llevado caminar por el bosque! Además que nos perderíamos seguro.

-Te haré un mapa con todas las señales que he ido marcando. Y en cuanto a las mujeres se nota que eres amnésico y no recuerdas nada. Una mujer con un motivo romántico de primera clase se dejaría atar, amordazar, que le pusieras una venda en los ojos y hasta que la des una azotaina en el culo.

-¡No seas bruto, Jimmy!

-Ya me lo dirás cuando adquieras experiencia. A cambio mañana me ayudarás a traer algunos bidones de gasolina para el generador, que aunque se gaste poco vamos a necesitarlos para pasar el invierno. Ya tendremos tiempo de hablar del plan de fuga. Ahora me vas a acompañar al bunker nuclear. En caso de emergencia podríamos sobrevivir aquí un par de años sin ser localizados. Claro que yo no me encerraría ahí sin una mujer con la que poder pasar el rato. Sería muy aburrido.
Meticulosamente apagó todo lo que había encendido, dejándolo todo tal cual estaba.

-Cuando vengas, procura no dejar señales de que alguien ha descubierto la cabaña y anda por aquí. Hasta ahora no he notado nada que me haga pensar que el millonario sigue viniendo o que algún miembro del personal sabe de su existencia, pero mejor es prevenir que curar.

-De acuerdo, Jimmy, seré cuidadoso.



Apagó las luces. Por suerte había dejado encendida la luz del pasillo que proyectaba un pequeño rectángulo en el techo del desván. Me empujó con suavidad para que pasara delante. Descendí por la escalera de cuerda sintiéndome Tarzán de los monos. De nuevo una imagen clara en mi memoria. Ya pensaría en ello cuando tuviera tiempo. El Pecas recogió la escalera y cerró la trampilla con cuidado. En cuanto estuvo en el suelo colocó la escalera metálica, en la que había trepado para abrir la trampilla, en el armario del pasillo. Sin más se puso al frente y bajó escaleras hasta llegar a un sótano, decorado con más cabezas de animales y más cuernos. Me pareció una especie de museo cinegético de los bosques de Crazyworld, con mapas enmarcados y colgados de las paredes, fotografías de animales, pájaros, reptiles y todo tipo de bichos y breves textos que explicaban su vida y milagros. Todo estaba muy bien distribuido, con sillones orejeros y sofás para descansar, comentar cómo va la vida y tomarse una copa del mueble bar. Era un lugar amplio, aunque un poco estrecho para mi gusto. Si te encontrabas con una pareja, de frente, y tú ibas acompañado, alguien debería ceder el paso. Es solo para que se hagan una idea de cómo estaba distribuido aquello.

Jimmy no me dejó echar un vistazo, comprendía su prisa aunque consideraba su reacción como exagerada, teniendo en cuenta que llegar tarde a cenar o noche avanzada no debería causarnos problemas, salvo que cerraran las puertas antes de la hora habitual. ¿O es que me estaba ocultando algo?

Sin pausa y sin comentarme nada sacó algunos libros de una pequeña estantería pegada a la pared del fondo, a la izquierda de la escalera. Asistí impertérrito al esperpéntico ritual que El Pecas fue coregrafiando. Parecía sacar un libro al azar y luego otro de otra estantería, y uno lo dejaba a la mitad y otro lo sacaba por completo y algunos libros estaban juntos y otros muy separados… Aquello no tenía el menor sentido. Cuanto terminó, repasó lo hecho. Yo me acerqué, curioso, Los títulos y autores de los libros eran variados, no encontré ningún tipo de clave. Más bien parecía que escogía cada libro por su posición en la estantería y lo sacaba hasta una distancia determinada, si bien con un par de libros hizo lo contrario, los empujó hacia dentro, una cuarta aproximadamente. Cuando todo estuvo en su sitio correspondiente, según el esquema que él poseía en la cabeza, se puso de espaldas a la estantería y comenzó a caminar hacia mí, que me encontraba enfrente, de una forma que consideré muy infantil. En efecto, colocaba el pie izquierdo y luego el calcaño derecho, de forma que la puntera del izquierdo tocara la parte trasera del zapato derecho y luego al revés, y así iba caminando y contando, al parecer. Hasta que alcanzó la cantidad que andaba buscando. Entonces se paró, me miró sin verme y dio un fuerte zapatazo en el suelo. Regresó corriendo hasta la estantería y hurgando con la palma de la mano por detrás, a una altura determinada, me pareció que apretaba un botón u oprimía un saliente.

Mi sorpresa no tuvo límites cuando un lienzo de pared, al que estaba pegada la estantería, comenzó a moverse, con mucha lentitud al principio, y luego con más rapidez hasta dejar un espacio suficiente para que pasara una persona. Jimmy me hizo una seña de que le siguiera y él se coló en el interior en un visto y no visto. El lienzo de pared que se estaba moviendo debería encajar a la perfección para que yo no hubiera advertido nada extraño. Creo que nadie se hubiera dado cuenta, ni aunque se pasara un buen rato meditando frente a esa pared.

Tras la pared me encontré con un pequeño hueco, un vacío del que no pude hacerme una idea hasta que Jimmy encendió una pequeña luz sobre la puerta acorazada. Sí, porque el hueco había sido excavado en la piedra. Una enorme puerta acorazada, circular, imagino que hecha del mejor acero del mundo, nos impedía el paso al interior. Me recordó a las de los submarinos (¿dónde había visto yo un submarino?), con la típica ruedita a la que se da vueltas en un sentido u otro, según se intente abrir o cerrar. En el centro de la rueda parpadeaba una especie de monitor digital. Jimmy se puso a teclear, o más bien, a tocar con los dedos aquí y allá, en otra especie de danza esperpéntica, ésta vez con las manos. El resultado fue que la luz roja de arriba, la que me había permitido hacerme una idea de dónde nos encontrábamos, cambió a verde. Entonces El Pecas me pidió que le ayudara a mover la rueda hacia la derecha, como las agujas del reloj. Cuando le pareció bien empujó hacia fuera y por mi parte ayudé lo que pude.

Se oyó una especie de musiquita, muy suave y bastante hortera para mi gusto y la puerta comenzó a moverse sobre sí misma. Jimmy pasó el primero, yo le seguí con una cierta aprensión, si aquella puerta que se abría automáticamente, se cerraba de la misma forma y sin avisar allí nos quedaríamos los dos el resto de nuestras estúpidas vidas. Las luces se habían encendido en cuanto la puerta blindada comenzó a moverse. El interior era como la cueva de Alí Babá y los cuarenta ladrones, solo que aquello era un bunker nuclear y los ladrones éramos solo dos y no cuarenta.

Jimmy seguía teniendo prisa, así que no dejó que me regodeara con lo que estaba viendo. Se trataba de una especie de loft gigantesco, con paredes de piedra, en lugar de tabiques de ladrillo. De hecho se había excavado en la piedra de la montaña todo el espacio, por lo que tanto techo como paredes, en bruto, hubieran podido ser las de un túnel excavado en la montaña.




jueves, 24 de noviembre de 2016

QUIJOTADAS SOBRELA LOCURA



Quijotadas sobre la locura

( por: slictik | Género: Aforismo )




SI FUERA...SI FUERA...

UN BICHO REPULSIVO
Sería una araña, siempre dispuesta a atrapar a la mosca de la razón en su telaraña para de esta aviesa forma absorber sus entrañas.


UN PERSONAJE EN UNA CORTE REAL
Sería el bufón dispuesto a cualquier cosa para que los cortesanos se rían a mandíbula batiente. De esta manera podrá evitar que le corten la cabeza.



UN BARCO
Sería el buque fantasma. Su tripulación va de puerto en puerto buscando un corazón que les ame desinteresadamente, es la única manera de alcanzar la redención.

UN CABALLO
Sería el caballo de Atila. Donde pisa no vuelve a crecer la hierba de la idea.

UN PERRO
Sería un can Cerbero colocado por los dioses a la entrada del infierno para asustar a los incautos.

LA REVOLUCION
Sería la revolución más completa. Lograría que todos los ciudadanos libres de toda sospecha caminaran cabeza abajo por las calles, haciendo el pino.

UNA EMISORA DE RADIO
Emitiría en FM permanente. Todas las ondas irían rizadas como recién salidas de la peluquería.

UN ELECTRODOMESTICO
Sería una lavadora, siempre dando vueltas y más vueltas para lavar la ropa sucia de los demás y cuando llega el centrifugado se estropea.

UN SENTIMIENTO
Sería la pasión desmesurada del enamorado que aúlla todas las noches a la luz de la luna.

UN ANGEL
Sería el demonio tonto que intenta comprar las almas a los demás a cambio de la suya.

UNA ESTRELLA
Sería una supernova que ilumina el universo un instante para ocultar el brillo normal de las estrellas que se van consumiendo lentamente.

UNA ENFERMEDAD
Sería la lepra. No es contagiosa pero nadie se acerca...por si acaso.

UN PEZ
Sería una medusa. Llama la atención por su transparencia.

UNA FIGURA EN EL ESQUEMA FAMILIAR
Sería el hijo tonto, con quien todos cargan porque tienen miedo de estar siendo castigados por Dios por una culpa oculta a los demás.

UN FENOMENO METEREOLOGICO
Sería la niebla. Nadie quiere aventurarse en ella por miedo a perderse.

UN POETA
Solo escribiría sonetos a una amada inexistente.

MUSICA
Sería el silencio. No tiene otro sentido que resaltar la melodía.

UN COCINERO
Echaría veneno en todos los platos del banquete y luego se los comería él solito.

ADIVINA ADIVINANZA,¿ QUIEN SOY YO SINO SOY SANCHO PANZA?

Es peor que la muerte. Sí porque la muerte nos sumerge en un plácido sueño y ella en una pesadilla sin fin.
Es peor que la vida, sí porque por muy mala que sea ésta siempre existe el consuelo de la muerte. En cambio para ella no hay redención posible porque no conoce el significado de vida o muerte.
Es peor que la tortura porque hasta los verdugos se cansan, ¿pero quién parará las manos de este verdugo infernal?.
Es peor que luchar a brazo partido con el tiempo, sí porque ella ha alcanzado la eternidad, una eternidad donde la consciencia está amordazada para siempre.
Dicen que antiguamente los dioses hablaban con ella como con una hermana querida. Hoy ni los psiquiatras se atreven a dirigirle la palabra, la embuten de psicofármacos para que no pueda contarles sus secretos.
Es vidente, lee el futuro en nuestros rostros; es la protesta más desgarradamente sincera contra la guillotina de la norma; es un terrible error de la naturaleza, para que luego digan que ésta no se equivoca. Es nuestro rostro en el espejo distorsionado de Alicia en el país del subconsciente.










EL LABORATORIO DEL PROFESOR CABEZA PRIVILEGIADA







              EL LABORATORIO DEL PROFESOR CABEZAPRIVILEGIADA




 A pesar de la amistad que une a Hipo con el profesor lo cierto es que éste no conoce aún el laboratorio secreto que el más grande inventor desde Leonardo da Vinci tiene bajo una montaña en algún lugar sobre el planeta Tierra. Según rumores ésta es la presa más codiciada de la C.I.A. y de otros servicios de inteligencia.

Aprovechando un periodo vacacional, que el millonario Slictik se ha concedido a si mismo con gran generosidad por su parte, a este curioso personaje se le ocurrió llamar a su despechado al profesor donde le conminó a que le enseñara el laboratorio. Como quien no quiere la cosa la expedición se planificó y ejecutó casi sin tiempo material para otra cosa que no fuera agenciarse un medio de transporte. Como Slictik no deseaba utilizar al chofer habitual de su limusina, por motivos obvios de mantener el preciado secreto a toda costa, no tuvo empacho en telefonear a Hipo para que pusiera su utilitario a disposición del terceto. El coche del profesor es un ferrari testarrosa en color rojo violento que llama descaradamente la atención allá donde aparece. Razón por la que fue descartado sin apelación a pesar de las protestas del profesor que no se mueve sino es al volante de su bólido.

Así que muy de mañana, casi con el alba, Hipo, que aún se restregaba las legañas estacionó en el patio de la mansión del conocido millonario. Allí estaban ya el profesor que había dejado su ferrari en las cocheras de alta seguridad de la mansión y Slictik que llevaba para la ocasión un viejo vaquero remendado, una camisa a la que faltaban botones y un sombrero de cawboy para refugiarse del sol veraniego que en aquel momento asomaba un pelo de su rubia cabellera por el horizonte. El malhumorado millonario que no dejaba de meter prisa al dormido Hipo se apoderó del asiento del copiloto, sucio de papeles y migas de pan, y obligó al profesor a sentarse atrás con la disculpa de que era preciso vigilar a un conductor poco diestro.

Salieron a la autopista H-1, iluminada por los faros de una fila de madrugadores vehículos, y tras un largo y accidentado viaje hacia las montañas rocosas en el que no faltó de nada, ni lluvia, ni granizo, ni atascos, ni rayos y truenos, se desviaron por un camino de tierra hacia el malhadado laboratorio. Durante el camino Slictik aburrió a Hipo con toda clase de observaciones e improperios, acusándole de ser el ser humano más gafe de la historia desde que Pandora abrió el baúl donde los dioses habían recluido todos los males. Este que es muy sentido se prometió venganza.

En el primer rayo de sol menos fogoso que el resto que dijo haber descubierto -no se sabe si ayudado por algún artilugio regalo del profesor-  decidió parar el coche y buscar una sombra en el árido desierto. A pesar de su fama de gafe encontró un matojo que daba una sombra adecuada a su volumen. Sin decir nada, silencioso como un muerto, abrió el portamaletas y de una mochila vieja y grasosa sacó una bolsa de plástico con varias tarteras. Una estaba repleta de ensalada campera tal como a él le gusta, otra de tortilla de patata con pimiento y chorizo y envuelto en papel de aluminio varios trozos de jamón, chorizo, cecina casera y toda clase de sabrosas viandas adecuadas a una excursión campestre.
Sin encomendarse ni a Dios ni al diablo cargó con todo, se puso en bandolera una cantimplora de vino de Rioja que recibe todos los meses por correo aéreo, y se instaló a la sombra del matojo. Colocó un sucio trozo de plástico sobre la arena y comenzó a sacar viandas como un hambriento Sancho Panza.

Slictik, que vio el panorama oscuro en el horizonte y despejado a la sombra del castaño, a pesar de tratarse de un caluroso día veraniego, salió corriendo hacia Hipo pero en lugar de disculparse por su descortés comportamiento no se le ocurrió otra cosa que coger a Hipo del cuello de la camisa y endilgarle un desabrido sermón sobre sus gustos sanchopancescos y su falta de humanidad. Hipo se molestó aún más de lo que estaba y en cuanto pudo desasirse se sentó en la arena y tenedor en ristre comenzó a dar buena cuenta de la ensalada sin mirar a otra cosa que no fueran las patatas, lechugas, tomates y toda clase de ingredientes de que gusta aliñar sus ensaladas.

Slictik que sabe apreciar una buena comida allá donde la encuentre cogió la hogaza de pan blanco y el envoltorio de la cecina y se puso a comer a dos carrillos olvidado del profesor que desde el asiento trasero del coche no dejaba de mirar en su dirección con cara de pocos amigos. Ambos estaban tan ocupados en la faena que se llevaron la gran sorpresa cuando de pronto el profesor se sentó a su lado y sin el preceptivo "sorry" comenzó también a dar buena cuenta del avituallamiento.
Finalizado el ágape y animados por el vinillo se pusieron en camino hablando por los codos. El resto del camino se les hizo muy liviano a pesar de los baches y de que Hipo en un volantazo muy brusco al despertar de un breve adormecimiento a punto estuvo de sepultarles en un precipicio.

El laboratorio del profesor se encuentra bajo una montaña aprovechando una gran cueva natural. Es preciso abandonar el coche a la entrada de un desfiladero, trepar por un senderillo de cabras si las hubiera en las montañas rocosas, y tras deslizarse por un estrechísimo pasadizo por el que Hipo se vio obligado a pasar de costado, uno se encuentra con un alto vallado metálico electrificado. El profesor dijo las palabras mágicas que desactivan las defensas y el terceto pudo pasar al otro lado donde un enorme mastín con collar de púas saludó muy respetuoso al profesor moviendo la cola. En cuanto olió a Hipo se lanzó sobre él, se puso a dos patas, las otras las apoyó en los hombros del voluminoso ser humano amante de los animales, y sin encomendarse a nadie lamió los carrillos de su nuevo amigo. En cuanto se cansó de carantoñas fue directo a oler a Slictik pero algo no debió gustarle porque quiso emprenderla a mordiscos con el millonario que se había dado ya la vuelta e iniciaba una loca carrera. Gracias a los buenos oficios de Hipo y a las órdenes del profesor Slictik se libró de unas buenas dentelladas en el trasero.

Utilizando un diminuto mando a distancia el profesor abrió la cueva de Alí Babá disimulada en la dura piedra. Los tres mosqueteros acceden al interior bajando a las profundidades en una plataforma-ascensor. El trabajo de construir este laboratorio en plena roca debió de ser ímprobo. Solo la tecnología avanzadisima que posee el profesor pudo hacerlo posible. Al parecer en la construcción colaboró un robots última generación que bien hubiera podido edificar él solito el monasterio del Escorial.

Hipo y Slictik no pueden evitar asombrarse de la cabeza privilegiada del profesor. Ni en sueños imaginaron semejante despliegue de ingenio y medios. La primitiva covacha fue transformada en un gigantesco bunker donde no falta de nada, amplísimo laboratorio con todos los adelantos de la ciencia, dormitorio para el profesor y su servidumbre (una vieja nany inglesa y un rígido mayordomo) y posibles huéspedes. Por no faltar no falta ni una sala de cine al que el profesor es muy aficionado, salón para fumadores y no fumadores, comedor, cocina, bodega y surtida despensa. Biblioteca de Alejandría abundantes incunables y todo lo que un supermillonario en la sombra como es el profesor pudiera desear.

Les recibe el mayordomo James quien inclina la cabeza con rigidez de bisagra que nunca ha salido de sus goznes. El profesor le manda preparar bebidas para limpiarse el polvo del camino al tiempo que saluda a la vieja Nany, achacosa y medio sorda, que no deja de oprimirse las manos sobre el delantal de un blanco impoluto, al ver frente a ella a la gran pasión de su vida. Desde niño a cuidado al profesor sin concederse un segundo de descanso, hasta en sueños repasa sus obligaciones del día siguiente. Saluda a Hipo  quien se atreve a dar un casto beso en las arrugadas mejillas de la anciana. Esta se ruboriza y mira al suelo. Gesto que aprovecha Slictik para pasar de saludar a la vieja y apoderarse de un cómodo sillón orejero donde recibe la copa de manos del silencioso James.

Una vez recargadas pilas el profesor hace de cicerone sin pérdida de tiempo. Acceden al laboratorio por una gran puerta acristalada que el profesor abre con un guiño de su ojo izquierdo. Explica que una cámara fotoeléctrica enfoca su rostro y analiza el movimiento de su párpado. Si éste no coincidiera con el de su patrón no se abriría ni con la explosión de cien bombas nucleares. Este dispositivo crearía serios problemas en otra persona puesto que un estado emocional fuera de lo habitual impediría que el guiño fuera reconocido pero habida cuenta de lo impertérrito del carácter de este hombre tal peligro es impensable. Ya en el interior la pulcritud y limpieza extremas que se observa a simple vista hacen pensar en la mano de Nany. Ni una mota de polvo, cada cosa en su sitio y un sitio para cada cosa que tiene su correspondiente plaquita explicativa. Los inventos están ordenados por orden alfabético y nada que pueda ser inventado está ausente.
Hipo inicia el recorrido por su cuenta deteniéndose de pronto ante unos pendientes que llaman su atención.




INVENTOS DEL PROFESOR JOHN CABEZAPRIVILEGIADA

Traductor electrónico simultáneo de lenguajes políticos (T.S.L.P.)

Observarán que tiene todo el aspecto de un sonetone. Ustedes se colocan el pinganillo en la oreja y este receptor en el bolsillo de la camisa. Les garantizo que no habrá político capaz de engañarles, por muy retorcido e inextricable que sea su lenguaje.

Pongamos ejemplos para que se hagan una ligera idea del poder que un aparatito como éste puede traer a sus vidas manipuladas.

Imaginen que un político comienza a hablar de "conyuntura económica". Inmediatamente el traductor simultáneo les soplará a la oreja: Las cosas se han torcido, por lo tanto es lógico que los que deben pagar el pato son los trabajadores. Es ley de vida, amiguitos".

Imaginen que se acaba de producir un escándalo de corrupción política. Cuando oigan aquello de "Vamos a crear una comisión de investigación seria, muy seria. Les aseguro que descubriremos hasta el barrillo que se ha ido acumulando todos estos años en los bajos de su vehículo, amado elector, y lo limpiaremos sin que usted tenga que doblar la cintura". El traductor simultáneo les hará oír lo siguiente: "Lo taparemos todo, arrojaremos el escándalo a la basura del vertedero más cercano. ¡A ver quién es el guapo que se atreve a encontrarlo sin antes ensuciarse hasta las orejas!

Cuando oigan aquello de "este país va bien" entenderán lo siguiente: "este país va bien para unos pocos, para nosotros sin ir más lejos, pero den tiempo al tiempo y ustedes acabarán gozando de nuestros privilegios. Estamos en el buen camino, colega ciudadano".

Imaginen que están oyendo algo parecido a esto:" Vamos a arrasar en las próximas elecciones". El traductor que es un avispadillo entenderá que quieren decir: "Les vamos a engañar, que son ustedes más tontos que Picio. Ténganlo por seguro, estúpidos, cretinos, son tan manipulables que la seguridad de nuestra victoria es de una evidencia incontrovertible".

Esta es sólo una pequeña muestra y eso que las imitaciones que les acabo de hacer de un político en plena campaña electoral han sido pobres, muy pobres, lo reconozco. Pónganse el pinganillo en un mítin y verán lo que es bueno.

He decidido que en las próximas elecciones regalaré este artilugio a la puerta de cada local donde se celebre un mítin. Solo pongo una condición y es que a la pregunta de cualquiera sobre el aditamento de su oreja, contestarán: Lo siento amigo, estoy más sordo que una tapia. Háganlo, se los ruego a ustedes o me pondrán en un serio compromiso.

Ustedes disculparán la interrupción pero acaba de sonarme el móvil.
 Sin duda se trata de mi novia...ya saben la bibliotecaria...no, no la becaria, han entendido mal, la bibliotecaria. Ya saben cómo son las mujeres, nunca las hagas esperar o te arrepentirás, sobre todo si es el día de tu-su boda. Confío en que dentro de un par de horas pueda seguir narrándoles esta extraordinaria demostración de magia a cargo del ilustre profesor. A mi novia le gusta hablar mucho pero mientras contesto a todas sus preguntas no me perderé ni un solo invento del profesor. Pueden estar tranquilos.

Continuará.



 

lunes, 21 de noviembre de 2016

MANUAL DEL PERFECTO HUMORISTA II






                    MANUAL DEL PERFECTO HUMORISTA II


¿Ya han descansado?... Pues seguimos el largo viaje hacia  la meta del humorista perfecto.

Estábamos en eso de psicoanalizarnos para descubrir nuestros defectos y poder parodiarnos con causa y motivo.
-Bien. Pero alguna cualidad tienes. Eso seguro. Nadie es perfecto. Eso es cierto, aunque también lo es que nadie es absolutamente imperfecto. ¿Eres generoso, espiritual, bondadoso? Entonces ya eres el profeta Milarepa.

-¿Es imposible reírse de la bondad?

-En absoluto. Exagérala y te reirás de Milarepa bilocándose en multitud de clones para ayudar a un millar de personas a la vez. ¿No se te ocurren situaciones graciosas al respecto?

CÓMO APROVECHAR TUS PROPIOS DEFECTOS PARA CREAR PERSONAJES

-¿Estás siempre pensando en el qué dirán y no vives si alguien dice algo malo de tí?

-Ya has creado al matrimonio Durán,  esclavos del qué dirán.

-¿Que eso no es gracioso?  Imagina que tus personajes van por la calle y que unos les dicen que van vestidos como bufones, con ropa muy chillona. Entonces regresan y se cambian. Negro. Vuelven a salir y otros viandantes comentan que parecen enterradores....Regresan, se cambian de ropa de nuevo y ahora dicen que... etc Finalmente terminan por desnudarse en plena calle y  les señalan y gritan que son unos pervertidos.

¿No es graciosa la escena que he descrito? Si la trabajas bien puedes estar escribiendo una escena antológica de una comedia. Basta con que sepas utilizar los trucos humorísticos que llegarás a conocer a la perfección si continuas leyendo este manual. Una vez tienes al personaje y su defecto, el sacarle partido es simplemente cuestión de técnica.

EL HUMOR ES INFINITO EN CUANTO A LOS TEMAS Y LOS PERSONAJES

Es imposible que te bloquees al crear un personaje o tratar un tema si sigues las normas de este manual, puesto que el humor es infinito y universal. Puedes psicoanalizarte hasta la extenuación y siempre descubrirás algo nuevo. Un billón de defectos y una docena de cualidades (las cualidades son más difíciles de encontrar). No importa. A todo le sacarás partido.

-Ya eres un gran humorista. Puedes estar seguro. Y eso sin haber dejado de reírte de ti mismo.

-Te queda reírte de los demás. Por lo que puedes multiplicar tus posibilidades humorísticas geométricamente. Por un millón, por un billón, por mil billones de billones. Sí, porque si no hay tantos seres humanos sobre el planeta, los ha podido haber si sumas los que han fallecido y sino imaginas los que habrá en el futuro.

-ASÓMATE A LA VENTANA

Y verás bullir a un cósmico hormiguero. Tu humor se está expandiendo, expandiendo... como tu consciencia. Exactamente igual. Porque es tu consciencia la que se expande cuando observas a los demás como objeto humorístico. Y así hasta donde tu vista alcance.

-Ya puedes reírte de los demás, puesto que te has reído d ti mismo con la crueldad que no sería capaz de emplear ni el asesino de “La matanza de Texas” con su sierra mecánica. Te has cortado en pedacitos y los has arrojado a los perros de presa. ¿Quién podría reírse de ti con la saña con la que tú ya lo has hecho?

¿Entonces tienes miedo de que los demás te devuelvan la pelota que les has lanzado y se retuerzan de risa al verte?
En absoluto. Hasta puede ser divertido. Ahora sí, ahora estás preparado para dar el segundo paso.

                    SEGUNDO PASO

        CÓMO REÍRSE DE LOS DEMÁS.

Ya sé que estáis ansiosos por hacerlo. Y os lo merecéis, porque antes os habéis destripado a vosotros mismos tronchándoos de risa al mismo tiempo. Pero un poco de calma. Respirad profundamente porque aunque sea muy divertido reírse de los demás no hay que perder el control.