viernes, 18 de septiembre de 2015

DICCIONARIO DE ZOOANTROPOLOGÍA III


CANDOROSA LABIALIS
ESPECIE: Paloma candorosa.
SUBESPECIE: Picus labialis.

Imagen

DESCRIPCIÓN: 

No confundir con la famosa “paloma de la paz”. Al contrario, esta especie solo es capaz de generar guerra, allá por donde pasa o donde se encuentra o hacia donde vuela. Suele volar bajo y no por desear convertirse en meteoróloga, imitando al grajo, que vuela bajo cuando hace un frío del carajo, sino porque su mirada está siempre fija en la tierra, y concretamente en los habitantes terráqueos, y más concretamente en lo que dicen, hacen, e incluso piensan. 

Su físico no suele despertar libidinosidad, al contrario de lo que le sucede a la paloma de la paz, a quien todos los señores de la guerra quieren llevar al huerto. Más bien feúcha y flacucha, suele tener pocos pretendientes, aunque si encuentra alguno suele retirarla de estos aleteos tan pedrestres.

Sus orejas están tan desarrolladas que podría escuchar una conversación a varias leguas de distancia, y si no es capaz de hacerlo… se la inventa. Su vista no es lo que era, por ello suele llevar gafas, de culo de vaso. Con la tecnología moderna es posible que alguna utilice también prismáticos. 

Pero es su pico, un pico de oro, un pico capaz de picotear mil granos a la vez y en diferentes corrales, la que hace de esta especie algo único y estremecedor. Donde picotea no crece la hierba, como le sucedía al huno Atila.

ETOLOGÍA O CONDUCTA

Aunque necesita del grupo tanto para informarse como para “desfogarse”, gusta de salir en solitario buscando la aventura. Todo lo observa, todo lo estudia, todo lo analiza. Hace tesis doctorales sin ir a la universidad y termina por saber todo de todos…o al menos eso cree todo el mundo, porque cuando necesitan saber algo de alguien a ella acuden.

Sus dotes de observación no son nada comparadas con sus dotes de transmisión. En tiempos en los que no existía el teléfono, el telégrafo o incluso las señales de humo, se las apañaba para enterar a un barrio en un par de horas y a una ciudad en un día. Todo gracias a su pico de oro.

Sus dotes interpretativas son paupérrimas, aunque ella cree ser una actriz de primera. Baja la mirada, pide perdón, habla bajito, mira con dulzura, se retuerce las manos por miedo a ofender. Habla con un candor tan extraordinario de las más terribles tragedias, de las obscenidades más truculentas, de las más pantanosas conductas, que esta cualidad ha sido elegida por los ornitólogos para definir la subespecie. Candorosa. ¡Quién podría ni siquiera imaginar que lo que dice es para hacer daño! En cuanto al adjetivo “labialis” al parecer le fue impuesto por un ornitólogo que metió el dedo en el pico y se encontró con una lengua afilada que se lo dejó hecho trizas. Su labia es portentosa, te podría contar el Quijote en tres horas y cuarto y aún le sobraría tiempo para narrar alguna breve anécdota de algún vecino.

PASADO, PRESENTE Y FUTURO DE LA ESPECIE

En otros tiempos buscaban las porterías de las casas por su frescor en verano y por su trasiego en todo tiempo. Alguna elegía una vieja casa abandonada y se escondía detrás de los visillos. De ahí que el humorista José Mota haya catalogado una rama de la especie a la que ha llamado “La viejalvisillo”. 

Como en toda especie hay hembras y machos, machos y hembras. En esta especie el macho suele intentar pasar desapercibido tras la hembra, pero cuando sale a campo abierto resulta en extremo peligroso porque no es tan candoroso y su labia está sembrada de todo tipo de palabras malsonantes.

En el pasado fue una subespecie muy apreciada porque entre col y col lechuga y entre picoteo y picote uno se enteraba de algo, aunque fuera de poco y muy tergiversado. Con los nuevos tiempos uno ya no sabe si la especie está en peligro de extinción o todos los que “tuitean” son palomas o palomos virtuales, de la especie “candoroso tecleo”. En realidad puede que todos nos hayamos transformado en “candorosos tecleros” y por eso hace ya años que ningún ornitólogo ha podido capturar a esta especie con red.

Sin duda el futuro estará en las manos, mejor dicho, en los picos, mejor dicho, en la lengua, mejor dicho, en las teclas de esta especie, a quien la tecnología ha dotado de un poder tal que mucho me temo que el resto del zoo perecerá antes o después… me temo que antes.

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